MOSCÚ.- El banco central de Rusia, bajo
presión política creciente, trató este viernes de dar oxígeno a una
economía en plena asfixia.
¿Medida bien recibida frente a la amenazante recesión? ¿Concesión a las presiones políticas con efectos devastadores?
La
decisión del Banco de Rusia de llevar su tasa del 17% al 15% tuvo por
efecto inmediato la caída del rublo, que ha vuelto a sus peores niveles
desde las negras jornadas de mediados de diciembre.
La
institución, que desde hace meses se debate frente al hundimiento de la
moneda y la subida de los precios, explicó que su prioridad cambió. Su
objetivo, explicó, es "prevenir una caída importante de la actividad en
un contexto de factores exteriores negativos" como las sanciones
occidentales relacionadas con la crisis ucraniana y la caída de las
cotizaciones del petróleo (principal fuente de ingresos presupuestales
del Estado).
Se prevé una caída del 3,2% del Producto Interior Bruto en el primer semestre, después de un crecimiento del 0,6% en 2014.
Con
una tasa del 17%, muchas voces en los medios económicos consideraban
insostenible cualquier préstamo para los particulares y las empresas.
Pero pocos esperaban ver al banco central revisar lo más rápido posible
su drástica alza de las tasas -6,5 puntos-, anunciada entre el 15 y 16
de diciembre.
Después de meses de una depreciación cada vez más
pronunciada, el rublo experimentaba en ese momento una caída sin
precedentes en 15 años de poder de Vladimir Putin. El pánico se apoderó
de la población, que retiró masivamente fondos de los bancos ante el
riesgo del hundimiento del sistema financiero.
Si el alza de tasas
dio algún alivio, la inflación siguió en cambio acelerándose:
actualmente a una tasa anual del 13,1%, no debería alcanzar su máximo
hasta el segundo trimestre, según el banco central.
Al
15%, la tasa directora sigue "suficientemente alta para que se puedan
alcanzar los objetivos de inflación a medio plazo, pero no puede
provocar un enfriamiento excesivo de la economía", dijo la presidenta
del banco central, Elvira Nabioullina, citada en un comunicado. "Una
bajada de dos puntos hará posible relanzar el crédito para el sector
real", aseguró.
Pese a una serie de 60 medidas publicadas el
martes por el gobierno para atenuar los efectos de la crisis, entre
ellas inyecciones en el sistema bancario, las autoridades ya han
advertido de que el producto interior bruto podría disminuir un 5% este
año.
El ministro de Finanzas, Anton Silouanov, saludó una "buena decisión".
Por
el contrario, los expertos del gabinete londinense Capital Economics
consideraron que esta decisión, seguida de una caída del rublo, "debería
hacer más mal que bien".
"Parece reflejar una presión política
creciente" y "afectará la credibilidad" del banco central, agregaron.
El
Kremlin, por voz del consejero económico Andrei Belooussov, consideró
"casi imposible" hacer negocios con una tasa directora al 17%.
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