BERLÍN.- Alemania se mostraba preocupada
este lunes por la victoria del partido de izquierda radical Syriza en
Grecia, que podría cuestionar la política europea de reformas
estructurales y rigor presupuestario promovida por Angela Merkel.
La
canciller alemana espera que "respete los
compromisos" adquiridos por los gobiernos precedentes, declaró su
portavoz, Steffen Seibert, en una rueda de prensa. Seibert repitió que
Alemania quiere que Grecia siga en la eurozona. "Desde el inicio de la
crisis, la intención y el objetivo del gobierno [alemán] es estabilizar
la eurozona" con el conjunto de los países miembros, insistió,
rechazando hacer más comentarios sobre "los resultados de una elección
soberana".
El vicepresidente del grupo conservador (CDU) de
Merkel en el Bundestag, Hans-Peter Friedrich, se mostraba más mordaz.
"Los griegos tienen derecho a elegir a quienes quieran. Nosotros tenemos
derecho a dejar de financiar sus deudas", avisó en el diario Bild, el
más leído de Alemania. "Lo siento, señor Tsipras, pero ¡esto va muy
lejos!", advertía este periódico al líder de Syriza, al que calificó de
"fantasma del euro", "peligroso" y de querer buscar a la vez la
paralización de las reformas en Grecia y la obtención de "nuevas
ayudas".
"La eurozona no es una
timba, en la que cada uno puede jugar como quiere [...] ¡Un acuerdo es
un acuerdo!", añadía Bild, que subrayaba el mantenimiento de los
compromisos europeos con Grecia desde 2010 al concederle "más de 200.000
millones de euros" en préstamos.
El domingo, el jefe del
Bundesbank, Jens Weidmann, disuadía a Syriza de hacer cualquier "promesa
ilusoria" a sus conciudadanos. "Grecia avanzó en la vía de las
reformas. Sería catastrófico que se detuviera a mitad de camino",
indicaba, por su parte, el lunes Markus Kerber, jefe de la federación
alemana de la industria.
La situación es compleja para Berlín,
"que, sin duda, esperaba otro resultado", pero no puede "precipitar a
Grecia hacia el abismo", asegura Julian Rappold, investigador en
el Instituto Alemán de Política Extranjera (DGAP). "Merkel ve, por
supuesto, el riesgo de un cambio de rumbo a escala europea", prosigue,
al considerar que "la señal" ofrecida por Syriza "a otros partidos
populistas, como Podemos en España", puede cuestionar las políticas de
austeridad.
Katja Kipping, la presidenta del partido de izquierda
radical alemán Die Linke, llamó, de hecho, "a una 'primavera roja'
europea", mientras el sindicato alemán Verdi propuso un "programa de
inversión" para "reconstruir" Grecia.
Los
comicios griegos llegan en un contexto complicado para Alemania, ya que
"el año pasado, el nuevo eje franco-italiano ya había militado con
ímpetu a favor de un mayor crecimiento en Europa y de una
flexibilización del Pacto de Estabilidad", recuerda Rappold.
Berlín,
que se vio obligada a "mostrarse conciliadora", deberá marcar el
"estrecho" límite entre los temas negociables y los que no lo son. Una
nueva "reducción de la deuda" para Atenas es, "de momento", inviable,
asegura Rappold.
La portavoz del ministerio alemán de Finanzas,
Marianne Kothé, rechazó este lunes esa opción, precisando, sin embargo,
que una prórroga del programa de ayuda a Grecia se podría debatir a
nivel europeo si Atenas "lo pidiera".
La prensa alemana, a
excepción de Bild, llamaba en su mayoría a "darle una oportunidad" a
Tsipras, subrayando el contraste entre la "confianza" de la que
beneficia el político y el descrédito que rodea a los partidos griegos.
Incluso
el diario conservador Die Welt subrayaba que, a diferencia de los
partidos tradicionales, el líder de Syriza no parece "una marioneta de
los acreedores extranjeros" y consideraba que la urgencia de la
situación convertirá a Tsipras en "un reformador inesperado", si Grecia
no logra asumir "sus gastos corrientes" dentro de algunas semanas.
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