miércoles, 21 de enero de 2015

Obama encarga al Congreso empezar a desmontar el embargo a Cuba

WASHINGTON.- El presidente estadounidense, Barack Obama, pidió al Congreso asumir en este 2015 las primeras tareas para poner punto final al embargo económico a Cuba, afirmando que "es hora de probar algo nuevo" en la relación con La Habana.

Un mes después del histórico anuncio de reconciliación entre Washington y La Habana y a pocos días de la flexibilización de viajes y comercio de estadounidenses a la isla, Obama pasó la pelota al tejado de los legisladores.
"Nuestro cambio de política en relación con Cuba tiene el potencial de poner punto final a un legado de falta de confianza en nuestro hemisferio", dijo Obama, añadiendo que el fin del embargo "extiende una mano de amistad al pueblo cubano".
El embargo, vigente desde 1962 pero reforzado por una ley de 1996, "debería haber terminado hace tiempo", dijo Obama, la víspera de unas reuniones oficiales en La Habana para recomponer las relaciones diplomáticas, rotas desde 1963.
 "Cuando uno hace algo que no funciona durante cincuenta años, es hora de probar algo nuevo", dijo el mandatario. "Y este año, el Congreso debería iniciar el trabajo de poner fin al embargo", concluyó.
Cuba fue la única mención de Obama a Latinoamérica en su discurso del Estado de la Unión, la tradicional alocución anual del presidente ante las dos cámaras parlamentarias, los jueces del Tribunal Supremo e invitados especiales.
Alan Gross, un contratista estadounidense que pasó cinco años preso en Cuba antes de ser liberado el mismo día del histórico reacercamiento, el 17 de diciembre, fue uno de los invitados del presidente y la primera dama, Michelle Obama. "Bienvenido a casa, Alan", dijo Obama bajo una lluvia de aplausos. "Gracias", replicó un emocionado Gross desde las tribunas.
En la sala, también estaban presentes los disidentes cubanos Jorge Luis García Pérez, 'Antúnez', y Rosa María Payá, críticos con las negociaciones.
Ante un Congreso hostil dominado completamente por sus adversarios republicanos, por primera vez en sus seis años en la Casa Blanca, Obama anunció que Estados Unidos está listo para "pasar la página" de años de guerras y dificultades económicas. Tras levantarse de una "salvaje recesión" que afectó a su país y al mundo, Estados Unidos, dijo Obama, disfruta de una "economía creciente, con déficit a la baja, una industria dinámica y un auge energético".
Pero anunciando que era hora de atacar las desigualdades que afectan aún al país, el mandatario desafió a sus adversarios a oponerse a un alza de los impuestos a los más ricos para financiar programas para la clase media. "¿Aceptaremos una economía donde solo a unos pocos de nosotros les vaya espectacularmente bien? ¿O nos comprometeremos con una economía que genere ingresos crecientes y oportunidades para todos los que se esfuerzan?", se preguntó el mandatario.
"El veredicto es claro. La economía para las clases medias funciona", señaló un optimista Obama, que disfruta de un repunte en su popularidad.
Proclamando que era hora de atacar las desigualdades que afectan aún el país, Obama llamó a aumentar el salario mínimo, pago equitativo a las mujeres y recortes fiscales para la clase media.
Pero el debate se avecina difícil. La senadora republicana Judi Ernst, encargada a replicar el mensaje de Obama, dijo que los estadounidenses aún sufren "sueldos estancados y trabajos perdidos".
 "Propondremos ideas que apuntan a recortar el gasto despilfarrador y equilibrar el presupuesto con reformas significativas, no más impuestos como propuso el presidente", añadió.
Obama expresó la solidaridad de Estados Unidos con todas las víctimas del terrorismo "desde una escuela en Pakistán hasta las calles de París". 
 "Seguiremos persiguiendo y acabando con los terroristas, además de desmantelar sus redes y nos reservamos el derecho de actuar unilateralmente", añadió.
Prometiendo una campaña exitosa, pero que "va a requerir tiempo", contra el grupo radical Estado Islámico (EI), Obama pidió al Congreso poderes adicionales para utilizar la fuerza militar para detener a los extremistas.
Saludó las sanciones contra Rusia en respuesta a su "agresión" contra Ucrania, afirmando que Estados Unidos defiende el principio de que "las grandes potencias no pueden intimidar a las pequeñas".
Por otro lado, advirtió al Congreso de que vetará cualquier iniciativa de nuevas sanciones a Irán, por considerar que harán fracasar los esfuerzos diplomáticos en curso.
Además, adelantó que no cederá en su determinación de cerrar el centro de detención de la base militar de Guantánamo, en territorio cubano, afirmando que "ha llegado el momento de terminar la tarea".
En el hemiciclo, algunos congresistas levantaron brevemente durante el discurso lápices amarillos, en homenaje a las víctimas del atentando contra la revista francesa Charlie Hebdo.

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