FRANCFORT/BERLÍN.- El Bundesbank está inmerso en una
iniciativa de última hora para limitar la impresión de dinero por parte
del BCE, esperando suavizar el borrador o retrasar las decisiones sobre
aspectos claves más allá de esta semana, dijo una persona familiarizada
con el debate.
Mientras la perspectiva de un anuncio del BCE el jueves
ha dado alas a los mercados, el Banco Central alemán está preocupado
ante la posibilidad de que un programa de compra de deuda pública le
deje expuesto a cualquier pérdida.
No se ha tomado una decisión final sobre el plan y el
Bundesbank sigue buscando garantías, como una probable medida que
obligue a los bancos centrales nacionales en vez del BCE a soportar
parte del riesgo de comprar la deuda de los estados miembros de la zona
euro.
El tamaño del programa de compra de deuda, conocido
como alivio cuantitativo, y un posible retraso en su lanzamiento también
son parte del debate.
"En este momento la acción está en decidir qué y en qué
dosis", dijo una fuente cercana al Bundesbank. "Podría ser que se haya
tomado la decisión y falten los detalles".
Aunque la posición del Bundesbank en el seno del BCE es
de mucho peso en el BCE porque Alemania es la principal economía del
bloque, tiene pocos aliados en el consejo de gobierno, compuesto por 25
integrantes.
El consejo ejecutivo del BCE, un equipo de seis
personas que está en el centro de la toma de decisiones, se reunirá este
martes para prepara recomendaciones al grupo más amplio incluyendo a los
banqueros centrales desde Atenas a Roma, que se reúnen desde el
miércoles.
Al posponer el anuncio de elementos del plan, el
presidente del BCE Mario Draghi podría evitar un enfrentamiento -al
menos por ahora- con el responsable del Bundesbank, Jens Weidmann y sus
partidarios, pero bajo el riesgo de una peligrosa reacción negativa del
mercado.
Los inversores ya están nerviosos después de que el
banco central suizo decidiera la semana pasada eliminar un tipo de
cambio máximo sobre el franco.
El BCE declinó hacer comentarios.
Merkel quita importancia
La canciller alemana, Angela
Merkel, minimizó el lunes el probable impacto que tendrá en la zona euro
la eventual decisión que tomará esta semana el Banco Central Europeo de
imprimir dinero, si bien uno de sus diputados advirtió de que el
aumento de liquidez del BCE podría distorsionar los mercados.
Al ser consultada sobre si describiría como "la semana
del destino" al periodo en el que se espera que el BCE anuncie un
programa de compra de bonos soberanos y que Grecia elija a un nuevo
Parlamento, la canciller se mostró en desacuerdo con una terminología
tan dramática.
"No llamaría a esta la semana del destino para el euro.
Siempre he dicho que la crisis de la zona euro todavía no ha sido
superada por completo. Eso pasaba la semana pasada, en las últimas
semanas del 2014 y también sucede durante estas semanas", indicó en una
conferencia de prensa.
Merkel sostuvo que el BCE tomará el jueves su decisión
sobre política monetaria con completa independencia, pese a que el
poderoso Bundesbank germano se opone desde hace tiempo a esta política,
denominada de alivio cuantitativo.
En relación a Grecia, donde lidera las encuestas el
partido izquierdista Syriza, que ha prometido poner fin a las políticas
de austeridad apoyadas por Merkel, aseguró que todos los esfuerzos están
centrados en mantener al país dentro de la zona euro y que los griegos
votarán de manera responsable el domingo.
El portavoz de la canciller, Steffen Seibert, rechazó
dar detalles sobre su reunión de la semana pasada con el presidente del
BCE, Mario Draghi, destacando la sensibilidad política que rodea al
lanzamiento del alivio cuantitativo para combatir la deflación e
impulsar el crecimiento en el bloque.
No obstante, un destacado legislador del partido
conservador de Merkel, Norbert Barthle, dijo: "No estoy
convencido sobre la necesidad de un programa masivo para comprar deuda
estatal".
"Lo más sensato sería esperar primero a que las medidas
que ya se han tomado hagan efecto", dijo el portavoz de asuntos
presupuestarios de los conservadores en la Cámara Baja.
El Bundesbank considera que el alivio cuantitativo es
una puerta trasera que permite financiar a gobiernos irresponsables,
evitando que asuman reformas y generando, además, posibles cargas para
los contribuyentes alemanes.
Este argumento tiene mucho predicamento entre
conservadores como Barthle, un miembro de los democristianos (CDU) de
Merkel, cercano al ministro de Finanzas Wolfgang Schäuble, y uno de los
euroescépticos alemanes que ha combatido sin éxito estas medidas en los
tribunales.
"La principal labor del BCE fue y es asegurar la
estabilidad de los precios. Debería tener esto en mente en lugar de
adoptar de forma cada vez más frecuente medidas dudosas para reflotar la
economía", dijo Barthle.
Pese a la fuerte oposición germana a la compra de bonos
soberanos por parte del BCE, se espera que la entidad anuncie el
programa el jueves tras haber agotado otras herramientas de política
monetaria.
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