martes, 6 de enero de 2015

El capital chino invade Francia y dispara su inversión un 1.400% / José Alves *

La batalla por el Club Mediterráneo (Club Med) no tiene precedentes en Francia, donde el capital chino sigue haciendo su agosto. Su desenlace final, a favor del fondo de inversión chino Fosun, es un ejemplo con casi dos años de historia. Fosum lanzó una OPA amistosa en mayo del 2013, a un precio de saldo de 17 euros por acción, pero pronto encontró resistencia. Los accionistas minoritarios judializaron sin éxito el asunto. Después, el empresario Italiano Andrea Bonomi, a través de Global Ressorts y con el fondo norteamericano KKR, de aliado, mejoró en cuatro ocasiones las ofertas chinas hasta ofrecer 24 euros. Pero finalmente ha tirado la toalla ante la última oferta china de 24,60 euros, que valora el grupo francés en 939 millones. Ha vencido la tenacidad de Pekín, que ha multiplicado un 1.400% su inversión en Francia en siete años.

La Autoridad de los Mercados Financieros (AMF) tuvo que in­ter­venir va­rias veces a favor de Fosun. En mayo de 2014, des­pués que el Tribunal de Apelación des­es­ti­mara la que­rella de los ac­cio­nistas mi­no­ri­ta­rios contra la oferta china, alargó el pe­riodo de la OPA y ante la es­pe­cu­la­ción en torno a la pre­sen­ta­ción de con­tra-o­fertas ac­tivó el dis­po­si­tivo "anti-rumores" para forzar a Andrea Bononi a cla­ri­ficar sus in­ten­cio­nes, po­nién­dole como plazo el 30 de ju­nio, que fue cuando el em­pre­sario ita­liano pre­sentó una OPA de 21 eu­ros, 22% más que los 17,50 euros ofer­tados por Fosun, que ya había me­jo­rado su oferta ini­cial.

A partir de ese mo­mento, el pulso entre Fosun y Bonomi tuvo tam­bién una fase psi­co­ló­gica. En no­viembre de 2014, el em­pre­sario ita­liano se situó como el prin­cipal ac­cio­nista del Club Med, con una par­ti­ci­pa­ción del 18,9%, frente al 18,28% con­tro­lado por Fosun, que lle­vaba ya cuatro años como ac­cio­nista del grupo galo. En se­tiem­bre, el fondo chino había me­jo­rado su oferta, ele­ván­dola a 22 eu­ros, pero el rival ita­liano volvió a la carga por dos ve­ces, en no­viembre y en di­ciem­bre, con sendas ofertas de 23 y de 24 eu­ros. Bonomi solo desechó el Club Med como "oportunidad de in­ver­sión" el pa­sado 2 de enero, ante la oferta china de 24,60 eu­ros.

Vía Libre

Fosun tendrá así vía libre para desa­rro­llar la es­tra­tegia a largo plazo que había plan­teado para el Club Med desde 2010, tras su en­trada en el ca­pi­tal: la ex­pan­sión del grupo no solo en el mer­cado chino, a través la aper­tura de cinco al­deas de va­ca­cio­nes, sino tam­bién en países como Rusia, Brasil y África del Sur. Una es­tra­tegia que contó desde el primer mo­mento con el apoyo del equipo di­rec­tivo del grupo fran­cés, em­pe­zando por el pre­si­dente Henri Giscard d'Es­taing (el hijo mayor del ex-­Jefe del Estado Valery Giscard d'Es­taing), que en una po­lé­mica en­tre­vista al jornal "Les Echos", du­rante la guerra de OPA's, tomó po­si­ción a favor de Fosun.

En todo o caso, no será la pri­mera vez que el Club Med cambia de ma­nos. Tras su crea­ción en 1950, cuando abrió su pri­mera aldea de va­ca­ciones en España (Palma de Mallorca), fue di­ri­gido du­rante cuatro dé­cadas por su fun­dador Gilbert Trigano, que en 1993, a los 73 años, dejó el si­llón a su hijo Gilbert Trigano. En 1960, el grupo tenía a la fa­milia Rothschild como prin­cipal ac­cio­nista, con 35% del ca­pi­tal; en 1966 hizo su en­trada en Bolsa; la Familia ita­liana Agnelli entró el ca­pital en 1974 y en 1995 era el prin­cipal ac­cio­nista; en 2004 llegó el ho­te­lero Accor, que en 2006 fa­ci­litó la en­trada de nuevos ac­cio­nistas como el banco ma­rroquí CDG. Y el ul­timo gran cambio em­pezó en 2010, con la lle­gada de Fosun.

Los su­ce­sivos cam­bios de ac­cio­nistas de re­fe­rencia es­tu­vieran re­la­cio­nados en grande parte con las di­fi­cul­tades fi­nan­cieras del grup: pese a ser un sím­bolo del genio fran­cés, y cuya imagen quedó in­mor­ta­li­zada tras el éxito po­pular de la pe­lí­cula "Les Bronzés" (1978), el Club Med su­frió du­ra­mente la crisis eco­nó­mica y fi­nan­ciera mun­dial, sigue con nú­meros rojos (los ac­cio­nistas llevan desde 2001 sin re­cibir di­vi­den­dos) y no tubo más re­medio en los úl­timos años que des­pren­derse de al­gunos ac­tivos in­mo­bi­lia­rios. La úl­tima mala no­ti­cia, que afecta sobre todo la aldea de va­ca­ciones en Senegal, es la ola de pá­nico pro­vo­cada pelo virus Ebola.

Con el cambio de dueño, el fu­turo del Club Med, que ex­plota un total de 70 al­deas tu­rís­ticas re­par­tidas por 26 paí­ses, pa­rece ahora más des­pe­jado. No solo por la fuerza fi­nan­ciera de Fosun, sino por la gran apuesta es­tra­té­gica que el fondo chino de Guo Guangchang rea­liza a largo plazo: aunque los casi 500.000 clientes fran­ceses re­pre­sentan to­davía el 36% del to­tal, el Club Med tiene ya en China su se­gundo mayor mer­cado (126.000 clien­tes), que su­pera el belga (80.000). Además de China, que según Fosun es la prin­cipal po­tencia tu­rís­tica mun­dial, el Club Med apos­tará prin­ci­pal­mente en Latinoamérica (Brasil, Colombia) y en el mer­cado ruso.

Rasgarse las ves­ti­du­ras

Por lo tanto, nadie en Francia se rasga las ves­ti­duras porque un grupo tan em­ble­má­tico como el Club Med pase bajo con­trol chino. Pese a las crí­ticas sus­ci­tadas por al­guna ope­ra­cio­nes, en re­la­ción prin­ci­pal­mente con la "opacidad" en torno al origen de los fon­dos, por lo ge­neral la in­ver­sión china tiene buena prensa en Francia. Tanto es así que en su úl­tima vi­sita ofi­cial a Pekín, el pre­si­dente galo François Hollande, cuyo nivel de po­pu­la­ridad está en mí­nimos his­tó­ri­cos, fue muy claro al res­pecto: pro­metió abrir de par en par las puertas del país a toda la in­ver­sión china crea­dora de em­pleo y di­na­mi­za­dora de la eco­nomía na­cio­nal.

El pro­prio Estado francés es el primer a dar el ejem­plo: hace solo unas se­manas no tuvo ningún re­paro en fa­ci­litar la tarea de un con­sorcio in­ter­na­cional di­ri­gido por el chino Symbiose, que por 308 mi­llones de euros se hizo con 49,9% del ae­ro­puerto de Toulouse (el cuarto más im­por­tante del país), aunque la ma­yoría del ca­pital (50,01%) se­guirá en manos del Estado. Otra ope­ra­ción igual de em­ble­má­tica y aun de mayor ca­lado, fue la en­trada del grupo chino Dongfeng en el ca­pital de PSA (Peugeot-Citroën): en el ám­bito de un au­mento de ca­pital de 3.000 mi­llones de eu­ros, Dongfeng in­virtió 800 mi­llones para ha­cerse con 14% de PSA, donde tiene la misma po­si­ción que el Estado y la Familia Peugeot (antes tenía un 25%).

Tomando 2005 como re­fe­ren­cia, la in­ver­sión china en Francia se in­cre­mentó 1.400% en solo siete años. Sin em­bargo, según datos ofi­cia­les, a final del 2012 no re­pre­sen­taba más de 3.500 mi­llones de eu­ros, o sea menos de 1% del "stock" de la in­ver­sión di­recta ex­tran­jera en el país. Así, aunque los mul­ti­mi­llo­na­rios chinos ma­ni­fiesten un gran ape­tite por el in­mo­bi­liario de lujo, por vi­ñedos de pres­ti­gio, etc., la pre­sencia china en Francia queda to­davía li­mi­tada a unas 250 em­pre­sas, frente a las 9.000 galas que operan en China, donde la in­ver­sión di­recta fran­cesa as­ciende a más de 17.000 mi­llones de eu­ros.

Además del Club Med, de PSA y del ae­ro­puerto de Toulouse, las apuestas chinas que más llaman la aten­ción en Francia están con­cen­tradas en el sector agroa­li­men­ta­rio, en la in­dus­tria y en el in­mo­bi­lia­rio, etc., pero tam­bién al­canza sec­tores es­tra­té­gicos como la energía (GDF Suez tiene ca­pital chi­no), las fi­nanzas (instalación de grandes bancos chinos como ICBE) y el sector de las te­le­co­mu­ni­ca­ciones (Haier, ZTE, Lenovo y Huawey tienen sus sedes eu­ro­peas en París). Sin ol­vidar tam­bién el tu­rismo de lujo: el chino Jin Jiang se hizo con las ca­denas ho­te­leras Campanile y Premiere Classe, a través la ad­qui­si­ción del grupo Louvre Hoteles.

En todo caso, la guerra de OPA´s en torno al Club Med, que que­dará como la más larga en la his­toria de la Bolsa de París, tuvo mucho de es­pe­cu­la­ción: los ana­listas sos­pe­chan que Andrea Bononi y el socio nor­te­ame­ri­cano en la ope­ra­ción (el fondo KKR), apos­taron prin­ci­pal­mente en el in­terés que Fosun tenía por el Club Med. Lo cierto es que sa­caron im­por­tantes be­ne­fi­cios de la ope­ra­ción: el Club Med se re­va­lo­rizó mas de 70% en re­la­ción con la úl­tima co­ti­za­ción antes del anuncio de la OPA de Fosun, y según los ex­per­tos, lo que hará ahora el em­pre­sario ita­liano será acudir a la oferta china para li­quidar a muy buen precio su casi 20% del Club Med.

Además de Francia, Fosun ma­ni­fiesta gran ape­tito por el mer­cado eu­ro­peo. Y en primer lu­gar, el por­tu­gués, donde desde su lle­gada (a prin­ci­pios de 2014) lleva in­ver­tidos más de 2.000 mi­llones de eu­ros. Empezó ad­qui­riendo la se­gu­ra­dora Fidelidade, que es­taba en manos del Estado a través el banco pú­blico CGD; entró en el ca­pital de la ope­ra­dora na­cional de las redes eléc­tricas y ga­sistas REN (controlada ahora por el grupo chino State Grid); y tras una dura guerra de OPA´s tam­bién se hizo con ES Saude, una de­cena de hos­pi­tales del Grupo Espirito Santo.

 Su pró­ximo ob­je­tivo es el Novo Banco, que aglu­tina los ac­tivos buenos del an­tiguo BES y re­pre­senta 25% del sector fi­nan­ciero por­tu­gués. Fosun acu­dirá a la subasta como "favorito", frente al ame­ri­cano Apollo y las pro­ba­bles ofertas es­pa­ñolas del Banco Santander, del Banco Popular y de Caixabank.

(*) Periodista y corresponsal en España del diario portugués 'Expresso'

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