WASHINGTON.- La fractura
hidráulica en el Golfo de México está bajo la lupa de las organizaciones
ecologistas de Estados Unidos, que esta semana denunciaron al Gobierno
por no informarles sobre las actividades que las empresas petroleras
llevan a cabo en esta cuenca oceánica para extraer gas y petróleo.
El Gobierno "mantiene a las comunidades locales en la oscuridad sobre
dónde, cómo y cuándo" se utiliza la fractura hidráulica en el Golfo de
México, afirmó el Centro para la Diversidad Biológica en su denuncia, que la organización interpuso ante un juzgado
federal en Washington, D.C.
El Centro para la Diversidad Biológica acusó al Ejecutivo de no
contestar a sus peticiones de información y, por tanto, de violar la Ley
de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés) por la que
los ciudadanos tienen derecho a acceder a información federal.
Según los datos de la asociación, la Oficina de Administración de
Energía Oceánica (BOEM) y la Oficina de Seguridad y Control Ambiental
(BSEE), que dependen del Departamento de Interior, "han autorizado la
construcción de, al menos 115 pozos en el Golfo de México en 2013, que
constituían el 15 por ciento de los previstos para ese año".
Según sus datos, las extracciones estarían produciéndose en el
litoral así que los más afectados podrían ser las comunidades costeras
del Golfo, a cuyas costas llegó en 2010 una inmensa marea negra tras la
explosión de la plataforma Deepwater Horizon, operada por BP.
Además, en su escrito, el Centro para la Diversidad Biológica alerta
de los riesgos de esta técnica que consiste en fracturar mediante agua a
presión mezclada con arena y químicos las zonas rocosas del subsuelo en
las que se encuentran recluidos el gas y el "oro negro".
"En el golfo de México no hay transparencia y no sabemos qué está
ocurriendo, qué químicos se mezclan con el agua para romper las rocas o
si la fractura hidráulica está causando terremotos", explicó la
doctora en Ciencias Climáticas Shaye Wolf, que trabaja para la
organización.
"La fractura hidráulica está relacionada con terremotos de baja
magnitud", afirmó la científica, que en un estudio sobre este fenómeno
en California alerta de que, en algunas ocasiones, los microterremotos
de baja magnitud que crea "intencionalmente" el "fracking" al perforar
con agua el subsuelo pueden tener mayores consecuencias.
Precisamente, un equipo de la Universidad de Miami (Ohio) publicó
esta semana un estudio en la revista Seismological Society of America
(SSA) en el que contabilizan 77 terremotos "estrechamente relacionados
espacial y temporalmente con las operaciones activas de fracking" que se
estaban realizando a un kilómetro de distancia de la localidad de
Poland Township (Ohio).
La magnitud de estos 77 terremotos oscila entre magnitudes pequeñas
de un grado en la escala de Richter hasta 3, en lo que sería "un de los
más grandes terremotos inducidos por la fractura hidráulica en Estados
Unidos", según el estudio.
Los científicos coinciden en que todavía queda mucho por investigar,
aunque lo cierto es que la controversia sobre los impactos
medioambientales de la fractura hidráulica crecen en paralelo con su
"boom" económico, que convirtió a Estados Unidos en 2014 en país
exportador neto de petróleo, algo que no ocurría desde 1995.
Por eso, uno de los más importantes hombres de negocio dentro de la
industria, Chris Faulkner, afirma en su libro "La verdad sobre el
Fracking" que la fractura hidráulica es una de las mayores oportunidades
que se le han presentado a Estados Unidos en los últimos años y
considera que, incluso, podría ser la solución que el mundo busca para
el cambio climático.
Habla de la "Edad del Petróleo" en comparación con la Edad de Piedra y
defiende la "revolución del fracking" con la que el mundo tiene "una
segunda oportunidad en seguridad, prosperidad y liderazgo
internacional".
Liderazgo y riesgo, en todo caso, la denuncia interpuesta por los
ecologistas refleja la división de opiniones de un país, que se debate
entre los beneficios de sus recursos naturales y los riesgos, conocidos o
desconocidos, que podría conllevar su explotación.
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