CARACAS.- Moscú acogió la reunión entre los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y de Venezuela, Nicolás Maduro, en una nueva escala de la gira que el mandatario sudamericano
emprendió el 4 de enero con el propósito, como expresó a la salida del
encuentro, de “fortalecer el petróleo internacionalmente y el ingreso
venezolano”. La reunión tuvo lugar en la residencia de Novo Ogariovo,
estancia campestre de Putin a las afueras de la capital rusa.
En unas breves declaraciones ofrecidas al finalizar la reunión y
transmitidas en directo desde Moscú por el sistema de televisoras del
Estado venezolano, Maduro explicó que ha pedido una audiencia a Enrique Peña Nieto,
presidente de México —otro importante productor independiente de
petróleo—, para reunirse con él antes de regresar a Caracas y poner fin a
su gira de casi dos semanas.
Maduro calificó de “cuantiosos” los
recursos que habría obtenido durante la gira “para que el país siga su
ritmo”. Dijo que una vez llegados a Caracas los ministros que lo han
acompañado durante el periplo darán los detalles sobre esas inversiones.
Aún así, adelantó que China invertirá 1.000 millones de dólares para la
construcción de “las primeras 30 ciudades escolares, de tipo
bolivariano”, en todo el país.
El presidente venezolano también aseguró que rendirá cuentas sobre
los resultados de su gestión internacional a los Consejos Populares de
Gobierno y que en Caracas se pondrá al frente del Estado Mayor Económico
para enfrentarse “al golpe económico” que, dijo, está en marcha en
Venezuela.
“Lo que hay es una insurrección burguesa contra el modelo
socialista”, afirmó Maduro. El país sufre un deterioro social provocado
por el desabastecimiento de productos de consumo básico durante sus días
de ausencia en el país. Maduro achacó la crisis a que los “sectores de
la derecha”, a los que instó a ponerse a trabajar, se han “vuelto
locos”.
También aseguró que las críticas que su gira ha despertado se deben a
una operación de agencias de noticias internacionales que “intentan
impedir el consenso que vamos a construir entre los países petroleros”, a
la vez que agradeció el apoyo que en Venezuela le da “un pueblo
consciente” frente a la conspiración, según expresó el presidente.
A lo
largo de la revolución bolivariana que inició Hugo Chávez en 1999,
Venezuela se ha convertido en un importante socio comercial de Rusia y
destaca, en particular, como un gran comprador de armamento.
Entre las
dos naciones se han suscrito 200 acuerdos de cooperación y mantienen en
marcha 57 proyectos, a los que pasaron revista ambos mandatarios.
Sin embargo, el desplome de los precios del petróleo —principal
fuente de divisas para Moscú y Caracas— permanecía en el centro de la
agenda. Con unos 10 millones de barriles de producción diaria, Rusia es,
junto a Estados Unidos y Arabia Saudí, uno de los mayores productores
de crudo en el planeta, aunque no se adhiere a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Maduro no mencionó ningún acuerdo concreto que pudiera haber alcanzado con su par ruso.
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