Aunque se
llegó a temer que el plan de compra de deuda que ha aprobado el Banco
Central Europeo acabara penalizando a España y a los demás países
periféricos, no ha sido así. El programa no solo comprará deuda alemana,
si no que las únicas limitaciones que se han decidido son para Grecia y
Chipre. El inicio de la compra de deuda helena se retrasa al mes de
julio, fecha en la que vencen unos bonos de su plan de ayuda.
También
le afectará la decisión de que solo se podrá comprar deuda de
países en grado de inversión, con calificación mejor que BBB-.
Habrá que esperar a ese momento para saber si Atenas ha conseguido
mejorar su calificación.
Lo cierto es que el programa ha superado las expectativas. Entre todos los activos contemplados, el BCE y los bancos centrales de los países del euro se harán con hasta 60.000 millones de euros de deuda pública y privada durante al menos hasta septiembre del año que viene.
A los mercados les ha gustado. Tras algunas dudas, el Ibex ha conseguido su máximo anual tras conocer los detalles del programa, el euro se ha hundido y la prima de riesgo ha caído por debajo de los 100 puntos de diferencia con el bono alemán a 10 años.
El programa, sólo por este concepto, supone en España inyectar en la financiación de empresas y particulares 54.000 millones este año y al menos otros 57.600 millones el año que viene. Como ha explicado el presidente del BCE, Mario Draghi, si no se hubieran conseguido los objetivos buscados, el programa podría ampliarse.
En conjunto será un mínimo de 1,14 billones de euros. Los riesgos se reparten entre el BCE y cada uno de los bancos centrales nacionales en la proporción de 20% a 80%. Pero el BCE también ha rebajado diez puntos básicos el coste de las subastas de liquidez a cuatro años condicionadas a la concesión de créditos.
Hasta ahora se aplicaba un 0,15% y, a partir de las próximas subastas, se aplicará el mismo que el del tipo de interés oficial, es decir, el 0,05%. Supone una inyección adicional a la banca española muy importante. En la subasta precedente, los bancos españoles consiguieron más de 36.000 millones, la práctica totalidad de lo que aspiraban obtener.
Ahora ya no quedan excusas para que el crédito no empiece a correr de forma más fluida por los canales de la economía española. Tanto el ministro de Economía, Luis de Guindos, como la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, en su intervención en Davos han dado por hecho que la economía crecerá al 3 %. Es lo que ha llevado a calcular al presidente del Gobierno que los nuevos empleos podrían sumar casi un millón de personas.
Si nos atenemos a las reformas que propone el BCE y a lo que ha dicho la directora gerente del FMI, los españoles habríamos hecho los deberes. Ahora, una vez que no hemos sido discriminados por el BCE, le corresponde al sector financiero hacer los suyos.
Lo cierto es que el programa ha superado las expectativas. Entre todos los activos contemplados, el BCE y los bancos centrales de los países del euro se harán con hasta 60.000 millones de euros de deuda pública y privada durante al menos hasta septiembre del año que viene.
A los mercados les ha gustado. Tras algunas dudas, el Ibex ha conseguido su máximo anual tras conocer los detalles del programa, el euro se ha hundido y la prima de riesgo ha caído por debajo de los 100 puntos de diferencia con el bono alemán a 10 años.
El programa, sólo por este concepto, supone en España inyectar en la financiación de empresas y particulares 54.000 millones este año y al menos otros 57.600 millones el año que viene. Como ha explicado el presidente del BCE, Mario Draghi, si no se hubieran conseguido los objetivos buscados, el programa podría ampliarse.
En conjunto será un mínimo de 1,14 billones de euros. Los riesgos se reparten entre el BCE y cada uno de los bancos centrales nacionales en la proporción de 20% a 80%. Pero el BCE también ha rebajado diez puntos básicos el coste de las subastas de liquidez a cuatro años condicionadas a la concesión de créditos.
Hasta ahora se aplicaba un 0,15% y, a partir de las próximas subastas, se aplicará el mismo que el del tipo de interés oficial, es decir, el 0,05%. Supone una inyección adicional a la banca española muy importante. En la subasta precedente, los bancos españoles consiguieron más de 36.000 millones, la práctica totalidad de lo que aspiraban obtener.
Ahora ya no quedan excusas para que el crédito no empiece a correr de forma más fluida por los canales de la economía española. Tanto el ministro de Economía, Luis de Guindos, como la presidenta del Banco Santander, Ana Botín, en su intervención en Davos han dado por hecho que la economía crecerá al 3 %. Es lo que ha llevado a calcular al presidente del Gobierno que los nuevos empleos podrían sumar casi un millón de personas.
Si nos atenemos a las reformas que propone el BCE y a lo que ha dicho la directora gerente del FMI, los españoles habríamos hecho los deberes. Ahora, una vez que no hemos sido discriminados por el BCE, le corresponde al sector financiero hacer los suyos.
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