WASHINGTON.- No sólo los que celebraron con
entusiasmo las fiestas de fin de año tuvieron que lidiar en algunos
casos con la resaca del día siguiente. Los inversores también podrían
experimentar esa sensación en los inicios del 2015 tras una racha
alcista de dos años que ha hecho que las acciones estadounidenses suban
casi un 50 por ciento.
Al comenzar el último día de transacciones de 2014, el
índice S&P 500 ha ganado casi un 13 por ciento anual, gracias a una
mejoría en el crecimiento económico y a la política monetaria
ultraexpansiva de la Reserva Federal de Estados Unidos. Incluyendo
dividendos, el avance es de un 15 por ciento.
Sin embargo, la ratio Precio-Beneficio (PER) del índice
S&P 500, basada en expectativas de ganancias en 2015, está en cerca
de 17 ahora, por encima del promedio de 15 años de alrededor de 15.
Eso significa que podría ser necesaria una aceleración
del crecimiento de las ganancias para que el mercado toque nuevos
máximos históricos.
Sin embargo, las estimaciones de analistas de Wall
Street para el crecimiento de las ganancias del índice S&P 500 para
los próximos trimestres giran en torno a un 5 por ciento.
Como la Fed está lista para comenzar a elevar las tasas
de interés por primera vez en una década y la fortaleza del dólar juega
en contra de empresas con operaciones en el extranjero, la posibilidad
de que los beneficios corporativos suban más que esas estimaciones
dependerá en gran medida de la demanda interna.
"Los múltiplos casi siempre bajan cuando la Fed eleva
los tipos. Tendrán que depender de las ganancias", comentó Jim Paulsen,
estratega jefe de inversiones de Wells Capital Management en
Minneapolis, que gestiona 345.000 millones de dólares en activos.
El PER del índice S&P 500 se ubicaba en unas 13
veces a comienzos de 2013 y ahora está cerca de 17.
Desde 1940, dicho nivel es asociado con rendimientos de
S&P (excluyendo dividendos) de cerca de un 5 por ciento en un
período de 12 meses, según datos de Citigroup.
Si la Fed endurece su política monetaria, los tipos de
interés más altos no sólo aumentarán los costes de financiación en
general, sino que también reducirán los préstamos para realizar
recompras de acciones, que en los últimos años han ayudado a impulsar el
crecimiento de las ganancias por acción y los precios de las acciones.
Con la caída de ese respaldo artificial, las empresas
de Estados Unidos tendrán que depender mucho más en los clientes
domésticos para impulsar el crecimiento de esas ganancias.
El giro a una mayor confianza en el crecimiento de las
ventas más que en el dinero barato de la Fed no sería una transición
fácil. Las estimaciones del cuarto trimestre han caído en las últimas
semanas, principalmente en el sector de la energía ante el desplome de
los precios del crudo.
Ahora se espera que el crecimiento anual sea de un 4,3
por ciento para el S&P 500 en el cuarto trimestre, por debajo de la
previsión de alza de un 11,1 por ciento del 1 de octubre.
Las expectativas de ganancias para las firmas del
S&P 500 en el primer semestre del próximo año no son tan
alentadoras: las estimaciones para beneficios del primer y segundo
trimestre se sitúan actualmente en un 5,3 por ciento y un 5,9 por
ciento, respectivamente.
Hasta ahora, en el cuarto trimestre, las expectativas
han caído en gran parte debido al sector energía, pero las áreas que
podrían beneficiarse de los menores costes de combustible, en particular
la del consumo discrecional -que incluye minoristas- no han visto un
incremento en las proyecciones. Se pronostica un crecimiento de un 8 por
ciento en el trimestre, por debajo del 13,9 por ciento estimado el 1 de
octubre.
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