martes, 27 de enero de 2015

Una tormenta de nieve histórica paraliza Nueva York y el nordeste de EE UU



NUEVA YORK.- El noreste de Estados Unidos amaneció hoy casi paralizado. Desde anoche, ciudadanos locales y turistas se quedaron en sus casas y hoteles, mientras las rutas estaban cerradas y los aeropuertos con actividad muy limitada, ante una tormenta gigante que podría cubrir con 90 centímetros de nieve una región donde viven más de 35 millones de personas.

Según el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, en sus siglas en inglés), se trata de una "tormenta de nieve potencialmente letal" que podría dejar hasta 76 centímetros de nieve en algunas zonas de la región noreste de EE UU, con vientos cercanos a los 100 kilómetros por hora en Nueva York y otras ciudades. El fuerte viento puede provocar problemas en el suministro eléctrico.
La fuerza principal de la tormenta de nieve -a la que denominan "Juno"- comenzó a sentirse a última hora de anoche y se cree que se puede prolongar hacia las 11:00 hora local de hoy, según las previsiones meteorológicas.
Habrá vientos de hasta 40 kilómetros por hora, con rachas superiores a los 100 kilómetros, lo que dará una sensación de frío muy superior a la temperatura real, que en Nueva York estaba hacia la medianoche en -3 grados centígrados.
En siete estados de la zona noreste, desde Nueva Jersey hasta Maine, en la frontera con Canadá, se han declarado estados de emergencia totales o regionales. Incluyen, además de Nueva York, otras ciudades importantes, como Boston, para poder movilizar efectivos.
Varias ciudades movilizaron máquinas para retirar nieve y esparcieron sal a fin de enfrentar lo que se perfilaba como una peligrosa tormenta acompañada de viento que modificó drásticamente lo que ha sido hasta el momento un invierno sin nieve para la mayoría de las zonas urbanas del extremo noreste.
En Nueva York, desde las 23:00 hora local quedó interrumpido el tráfico normal en las calles de la ciudad, por disposición del alcalde, Bill de Blasio, y sólo se permite la circulación de vehículos de emergencia.
También quedó suspendido desde la misma hora el metro de Nueva York, que normalmente funciona 24 horas al día y transporta diariamente a unos seis millones de pasajeros, así como otros sistemas de transporte público, lo que impide a los neoyorquinos desplazarse por la ciudad de otra forma que no sea a pie.
Más de 7.700 vuelos de llegada y salida fueron cancelados en el noreste del país y posiblemente no haya despegues hasta mañana miércoles. Las escuelas hoy no funcionaban, igual que la mayoría de los negocios, mientras que las oficinas del gobierno cerraron por completo.
"Ésta será muy probablemente una de las tormentas de nieve mayores en la ciudad de Nueva York", advirtió anoche el alcalde De Blasio.
Las medidas son tan drásticas que afectan hasta a las bicicletas de transporte de comida a domicilio, muy populares en la ciudad que, como tuvo que recordar anoche De Blasio a preguntas de los periodistas, "no son vehículos de emergencia" y, por lo tanto, tampoco pueden circular.
"Va a ser muy, pero que muy difícil caminar afuera", afirmó De Blasio. "No quiero que nadie que no lo necesite absolutamente salga afuera", insistió el alcalde.
En Boston (Massachusetts), según disposición de las autoridades, también regía una prohibición para circular por las calles en vehículo desde anoche, al igual que en todo el estado de Connecticut y en varios condados del estado de Nueva York.
La paralización de muchas actividades de Nueva York afectó hasta la sede de Naciones Unidas, que ayer suspendió reuniones y hoy, un acto para recordar el holocausto judío que estaba programado.
Por otro lado, en Wall Street, la Bolsa de Valores de Nueva York indicó que permanecería abierta y funcionaría normalmente hoy.
"Por favor, quédense en casa", aconsejó el gobernador de Nueva Jersey a sus vecinos ante la llegada de la tormenta, que le ha obligado a mandar a sus domicilios a todos los trabajadores públicos del Estado, salvo los más esenciales, hasta el miércoles. 
La tormenta fue tomando fuerza de forma progresiva durante la tarde del lunes y se esperaba su máxima intensidad por la noche. Eso obligó además a cancelar los espectáculos de la tarde en Broadway y aplazar dos partidos de la NBA.
Andrew Cuomo, gobernador del Estado de Nueva York, anunció con la nieve ya cayendo que el tráfico quedaba prohibido desde las 23.00 horas en las autopistas principales que recorren el área metropolitana de la mayor ciudad de EE UU y anticipó que suspendería el servicio de tren de cercanías durante la noche hasta nueva orden.
Dannel Malloy, el gobernador de Connecticut, se anticipó anunciando una prohibición de viajes por carretera a partir de las 21.00 horas.
Bill de Blasio adoptó una medida de precaución similar, al prohibir que se circule con coche en la ciudad de Nueva York para facilitar las labores de limpieza, que se complicarán por la combinación de viento y nieve. "Son medidas para garantizar la seguridad", añadió.
Las aerolíneas United y American cancelaron por precaución todos los vuelos para el martes en los aeródromos de Nueva York, Boston, Nueva Jersey y Filadelfia.

 Desde anoche, NY paralizada

Nueva York, también conocida como la ciudad que nunca duerme, quedo pues paralizada desde anoche por la tormenta de nieve que se extiende al nordeste del país y que ha forzado a la gente a no salir de casa hasta que pase el temporal.
Desde las 23.00 hora local del lunes (05.00, hora peninsular española del martes) quedó interrumpido el tráfico normal en las calles de la ciudad, por disposición del alcalde, Bill de Blasio, y solo se permite la circulación de vehículos de emergencia.
También quedó suspendido desde la misma hora el metro de Nueva York, que normalmente funciona 24 horas al día, así como otros sistemas de transporte público. Desde hoy, y hasta nuevo aviso, las clases han sido suspendidas en la ciudad de Nueva York y en otras zonas de la región más afectadas por el temporal.
«Ésta será muy probablemente una de las tormentas de nieve mayores en la ciudad de Nueva York», advirtió anoche el alcalde De Blasio. Las medidas son tan drásticas que afectan hasta a las bicicletas de transporte de comida a domicilio, muy populares en la ciudad y, como tuvo que recordar el lunes De Blasio a preguntas de los periodistas, «no son vehículos de emergencia» y, por lo tanto, tampoco pueden circular.
En total, la tormenta de nieve, que comenzó a generarse a lo largo del lunes y ganó intensidad poco antes de esta medianoche, afecta a localidades que reúnen unos 29 millones de habitantes, incluida Nueva York, la más poblada del país.
En siete estados de la zona, desde Nueva Jersey hasta Maine, en la frontera con Canadá, se han declarado estados de emergencia totales o regionales. Incluyen, además de Nueva York, otras ciudades importantes.
En Boston, según disposición de las autoridades, también regía una prohibición para circular por las calles en vehículo desde anoche, al igual que en todo el estado de Connecticut y en varios condados del estado de Nueva York.
La fuerza principal de la tormenta de nieve comenzó a sentirse a última hora de anoche y se cree que se puede prolongar hacia las 10.00 hora local de hoy (16.00 GMT), según las previsiones meteorológicas.
Habrá unos vientos de hasta 40 kilómetros por hora, con rachas superiores a los 100 kilómetros por hora, lo que dará una sensación de frío muy superior a la temperatura real, que en Nueva York estaba hacia la medianoche en -3 grados centígrados.
En sus últimas declaraciones públicas, anoche, el alcalde de Nueva York destacó que en el momento más intenso del temporal se esperaban entre 5 y 7 centímetros de nieve por hora. El pronóstico es que la nieve que caiga en esta tormenta llegue a estar por encima del medio metro.
No es mucho si se tiene en cuenta que, en noviembre pasado, la ciudad de Búffalo, en el norte de Nueva York y cerca de la frontera con Canadá, sufrió una tormenta polar con una nevada que llegó hasta los dos metros.
Pero sí lo es para una ciudad como Nueva York, densamente poblada, muy dependiente de sus sistemas de transporte público y llena de bullicio en sus calles, que ya desde anoche estaban desiertas.
«Va a ser muy, pero que muy difícil caminar fuera», afirmó De Blasio anoche. «No quiero que nadie que no lo necesite absolutamente salga fuera», insistió el alcalde de Nueva York.
Ya desde el lunes comenzaron a cancelarse los vuelos de toda la región, incluyendo los del aeropuerto más importante de la zona, el JFK de Nueva York, y el de Newark, en el estado vecino de Nueva Jersey. Informes de medios locales indican que entre el lunes y el martes se habrán cancelado cerca de 6.700 vuelos que debían llegar o despegar de las terminales áreas del nordeste de Estados Unidos el lunes o el martes.
La paralización de muchas actividades de la ciudad ha afectado hasta la sede de Naciones Unidas, que suspendió reuniones y actos que estaban programados desde la tarde del lunes, incluyendo uno para recordar el holocausto judío que estaba programado para hoy.
Pero no está previsto que, dentro de unas horas, se vean afectadas las operaciones de Wall Street, que funcionará como de costumbre. La última vez que el mercado bursátil de Nueva York dejó de operar por un temporal de nieve fue en 1969, por una nevada menor que la actual, pero con un desarrollo tecnológico que estaba a años luz del presente.
Los problemas que está generando la tormenta a los habitantes de Nueva York también se toman con buen humor, sobre todo con el anuncio del alcalde de que hasta la entrega de comida a domicilio en bicicleta está prohibida desde anoche y hasta nueva orden. 
«A lo mejor, durante "Snowmageddon" ("Nevadamagedón"), De Blasio repentinamente quiere aumentar nuestras habilidades para improvisar un risotto o cocinar al vapor algunas verduras», bromeó el columnista Tim Teeman en el sitio The Daily Beast, quien recordó que los hornos de muchas casas no sólo sirven para guardar zapatos.
A la espera de tener las cantidades finales de nieve, se da por hecho que la tormenta entrará entre las diez mayores en la historia de Nueva York.

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