BERLÍN.- Alemania espera con
cierto escepticismo la lista de reformas que deberá presentar mañana el
gobierno griego de cara a la prórroga del plan ayuda, acordada el
viernes en la última sesión del eurogrupo.
En la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de la canciller
Angela Merkel, y aún más en su ala bávara, la Unión Socialcristiana
(CSU,) hay muchas voces que indican que es demasiado pronto para el
júbilo y que la posibilidad de aprobar una prórroga depende de la lista
de reformas que presente Atenas.
"El compromiso al que se ha llegado sólo da un respiro", dijo en
declaraciones que publica hoy el dominical "Bild am Sonntag" uno de los
representantes de la línea dura de la CSU, el ministro de Finanzas de
Baviera, Markus Söder.
Para Söder, el resultado de las negociaciones en el eurogrupo es una
victoria parcial para Alemania y sobre todo para el ministro de Finazas,
Wolfgang Schäuble.
"Sin su actitud consecuente este resultado no hubiera sido posible", dijo Söder.
Los obstáculos que vienen son en primer lugar el análisis de las
reformas que proponga el gobierno griego y, sobre todo, lo que ocurra
dentro de cuatro meses cuando se tengan que negociar nuevos créditos.
Para Söder, para obtener nuevos créditos en cuatro meses el gobierno
griego tendría que olvidarse de buena parte de sus promesas electorales.
La posición de Söder es prácticamente la de todos los diputados de la
CSU en el Bundestag, donde forman un grupo parlamentario común con la
CDU de Angela Merkel.
Así, por ejemplo, la líder de la CSU en el Bundestag y vicepresidenta
del grupo parlamentario conjunto CDU/CSU, Gerda Hasselfeldt advirtió
que los planes de reforma griegos debían ser examinados en detalle y que
de ningún modo se puede aceptar un "compromiso podrido".
Dentro de la CDU la actitud no es muy lejana a la de la CSU, aunque la manera de expresarla sea menos radical.
Así, por ejemplo, el diputado Ralph Brinkhaus advirtió que de la
lista de reformas que presente Atenas y del análisis que hagan de ellas
"las instituciones" que antes se llamaban "la troika".
Al lado de las posiciones que oscilan entre el escepticismo y el
optimismo moderado hay también otras claramente críticas del compromiso y
que, desde diversas perspectivas, proponen una salida ordenada de
Grecia del euro.
La idea de una salida ordenada de Grecia del euro ha sido la bandera
política central de Alternativa por Alemania (AfD), un nuevo partido
euroescéptico que ha obtenido escaños en la eurocámara y en varios
parlamentos regionales y le viene quitando votos por la derecha a la
CDU.
Desde la academia, el director del instituto Ifo, Hans Werner Sin,
-uno de los economistas más conocidos de Alemania- también es partidario
de un Grexit (salida de Grecia) ordenado y ha rechazado el actual
compromiso, al margen de la lista de reformas que proponga Atenas.
"Más dinero no es más que un analgésico para la enfermedad griega y
no ayuda a curarla", dijo Sinn en un comunicado del instituto Ifo.
"Grecia se hizo demasiado cara con el euro y tiene que hacerse más
barata para recuperar su competividad. Eso sólo es posible con una
salida del euro y una devaluación de la dracma", agregó.
La AfD sugiere incluso que una salida del euro de Grecia debería
estar acompañada de la condonación de una parte de la deuda, lo que
probablemente sería inevitable debido a los problemas cambiarios que
habría.
En la CDU y la CSU nadie llega al extremo de proponer el Grexit como
solución a la crisis pero si hay quienes dejan deslizar la advertencia
de que ese extremo sería manejable para la unión monetaria pero un
desastre para Grecia.
"Un Grexit sería ante todo un problema para Grecia, menos para la
eurozona", dijo Söder en la entrevista con "Bild am Sonntag", recogiendo
lo que piensan muchos en Alemania.
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