ATENAS.- El ex primer
ministro conservador y líder de Nueva Democracia, principal partido de
la oposición en Grecia, Andonis Samarás, consideró hoy preocupante la
decisión del Banco Central Europeo (BCE) de dejar de aceptar los bonos
griegos como garantía en sus operaciones de refinanciación.
"La decisión del BCE es preocupante, pero lo peor se puede evitar aún
y es nuestro deber no dejar que el país llegue al borde del abismo",
afirmó Samarás ante el grupo parlamentario de Nueva Democracia, tras la
ceremonia de constitución del nuevo Parlamento griego.
El líder del principal partido de la oposición recordó a sus
diputados que "el presidente del Parlamento Europeo, el socialista
Martin Schultz, advirtió de que Grecia se arriesga a una quiebra al no
respetar sus compromisos".
"Se trata de lo que intentaba y seguiré intentando evitar", destacó Samarás.
El ex primer ministro evitó pronunciarse sobre su derrota electoral, pasando esta responsabilidad a su grupo parlamentario.
"El resultado electoral y la crítica a nuestra estrategia se tratará
en la próxima reunión del grupo parlamentario en dos semanas", dijo
Samarás a los diputados de su formación.
Además, advirtió a los posibles candidatos a sucederle de que ciertos
"oligarcas" intentan hundir a Nueva Democracia en una crisis interna
"porque quieren una oposición débil, pero no les haremos este favor",
recalcó Samarás.
El líder conservador criticó con dureza al Gobierno de coalición
encabezado por el izquierdista Syriza, al que acusó de estar listo "o
para la ruptura con Europa o para dar un giro radical a su política en
un tiempo y en un lugar erróneo".
"Ya no hablan de la quita de la deuda y se sentirán aliviados si
consiguen lo que nosotros ya habíamos conseguido", comentó el ex primer
ministro.
Samarás estimó, asimismo, que hay muchas similitudes entre el
comportamiento del actual primer ministro, Alexis Tsipras, y del
ministro de Finanzas, Yanis Varufakis, con la actitud del ex primer
ministro, Yorgos Papandreu, y su titular de Finanzas en 2010, Yorgos
Papakonstandinu, cuando Grecia firmó su primer plan de rescate.
Además criticó la intención de Syriza de restablecer el salario
mínimo en 751 euros que, a su juicio, en vez de incrementar los ingresos
del Estado, provocará un aumento de los despidos.
"Si el Gobierno decide poner en marcha lo que prometió, la vida será dura", pronosticó Samarás.
El presidente de Nueva Democracia dedicó la mayor parte de su
discurso a defender la labor de su Ejecutivo, de la que se declaró
"orgulloso".
"Nos encargamos de un caos y lo transformamos en un país normal",
destacó Samarás, que enumeró los logros de su Gobierno en materia de
reformas estructurales que, según dijo, permitieron a Grecia "salir de
la crisis".
Al final de su discurso, el ex primer ministro admitió "unos errores"
de gestión, de los cuales responsabilizó a "la coalición obligatoria"
que tuvo que acordar con el partido socialdemócrata Pasok.
Entre ellos mencionó la marcha atrás de su Gobierno en la idea
inicial de limitar drásticamente el derecho a la huelga y la
introducción del Enfia, el impuesto sobre la propiedad.
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