LONDRES.- La economía española se encuentra en la senda de la recuperación,
pero su evolución aún no es lo suficientemente óptima como para que
mejore su nota ante los mercados. Así lo entiende la agencia de
calificación Moody's, tras anunciar ayer que mantiene el 'rating' del
país en la referencia 'Baa2'. Es decir, la economía se comporta de forma
satisfactoria, pero le cuesta mejorar esa calificación.
La revisión de la nota emitida por Moody's a España era la primera
que una de las tres grandes agencias de calificación emitía este año.
Precisamente, hace 12 meses, esta firma daba el pistoletazo de salida
para una nueva etapa en la que los analistas reconocían los esfuerzos de
la economía española y subían su nota desde 'Baa3' a la actual 'Baa2',
con perspectivas positivas.
Hace un año reconocía que había conseguido «reequilibrarse» y pasar a
un «modelo de crecimiento más sostenible». Por otro lado, considera que
se ha llevado a cabo un amplio abanico de «reformas estructurales» en
materia laboral, pensiones e impuestos, así como una «reestructuración»
del sistema bancario.
Con esa nueva nota, Moody's abría la puerta a que posteriormente
tanto Standard & Poor's (S&P) como a Fitch también valoraran
positivamente la deuda española y la calificaran con unos 'rating' que
alejaban el fantasma del 'bono basura'. Durante buena parte de 2012 y
2013, todas las alarmas se encendieron después de que las tres agencias
llegaran a otorgar a España una nota que habría abocado al rescate del
país.
Esas calificaciones provocaron que se disparara la prima de riesgo
española con respecto a la alemana y se llegara a situar por encima de
los 600 puntos básicos. El interés que se exigían los inversores por
comprar un bono a 10 años superó el 6,7% hace tres años. Ayer, el bono
cotizaba en el entorno del 1,50% y la prima de riesgo se mantenía
estable en el cierre de la sesión en los 110 puntos básicos.
Las tres agencias de 'rating' han mantenido la misma trayectoria en
la evaluación que han realizado sobre España. En el caso de Standard
& Poor's, la última nota que concedía a la economía era de 'BBB',
una referencia intermedia dentro de la parte baja de la tabla. Esta
firma llegó a evaluar a la economía con una nota de 'BBB-', la nota
mínima otorgada a España, en el mes de octubre de 2012. La peor
calificación de S&P es 'B' (como la que tiene Portugal) e incluso
'C' (el caso de Grecia), mientras que las mejores son las notas 'AAA',
la que mantiene intacta la economía alemana.
Aunque los analistas de S&P podrían seguir en las próximas
semanas el mismo camino que ha trazado este viernes Moody's, desde esta
firma advertían esta misma semana sobre los principales riesgos que
acechan a la economía española. Por una parte, la "debilidad" del
crecimiento de Europa, que influye directamente en cualquier perspectiva
de crecimiento nacional. Y, por otro lado, las numerosas citas
electorales (autonómicas, municipales y generales) que se van a
desarrollar durante este año. Porque podrían provocar una «relajación en
la consecución de los objetivos fiscales» por parte de los gobernantes,
que se enfrentarán a sus respectivos electorados.
Por su parte, la agencia Fitch también ha cambiado sus perspectivas
sobre España a lo largo de los tres últimos años. En este caso, otorgó
una nota mínima en toda la crisis ('BBB') en junio de 2012, unas semanas
antes de que el presidente del BCE, Mario Draghi, pronunciara sus
mágicas palabras -«Haré todo lo que haga falta para salvar al euro»- con
las que comenzó a calmar a los mercados. En abril del año pasado, Fitch
mejoró la nota de España hasta 'BBB+', otorgándole también una
perspectiva estable.
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