ATENAS.- El nuevo primer ministro griego,
Alexis Tsipras, presentó el domingo sus planes para desmantelar el
"cruel" programa de austeridad de su país, descartando la ampliación del
rescate internacional y poniéndose en curso de colisión con sus socios
europeos.
En su primer gran discurso ante el Parlamento desde su
irrupción al poder el mes pasado, Tsipras desgranó una lista de
iniciativas para dar marcha atrás a las reformas impuestas por los
prestamistas europeos y el Fondo Monetario Internacional: desde
reinstaurar los bonos para pensionistas y cancelar un impuesto a la
propiedad, hasta poner fin a los despidos masivos y subir el salario
mínimo hasta los niveles anteriores a la crisis.
Mostrando poco interés en las advertencias de sus
socios europeos para que cumpla los compromisos generados en su rescate
de 240.000 millones de euros, Tsipras aseguró que su intención es
cumplir sus promesas de campaña para sanar las "heridas" de la
austeridad generadas a cambio del dinero.
Según dijo, Grecia lograría presupuestos equilibrados,
pero no podría producir más superávits presupuestarios irreales, en
referencia a los requisitos de tener números azules, excluyendo los
pagos de la deuda.
"El rescate fracasó", dijo ante los aplausos del
Parlamento. "Queremos dejar claro a todos que no estamos negociando. No
estamos negociando nuestra soberanía nacional".
En un gesto simbólico que parecía estar dirigido contra
el principal acreedor de Grecia, Tsipras finalizó su discurso con la
promesa de que intentará que Alemania pague compensaciones por la
Segunda Guerra Mundial.
Tsipras descartó una ampliación del rescate más allá de
su fecha de expiración del 28 de febrero, pero aseguró que cree que se
puede alcanzar aún un entendimiento con sus socios europeos, con un
denominado acuerdo "puente" en los próximos 15 días para mantener a
Grecia a flote.
"El nuevo Gobierno no tiene justificación para pedir
una ampliación", indicó. "Porque no puede pedir una ampliación de los
errores".
Atenas, que tiene la puerta de los mercados cerrada y
tendrá problemas para financiarse si no recibe más ayuda rápidamente,
pretende pagar su deuda, afirmó Tsipras.
"El pueblo griego dio un fuerte y claro mandato para
acabar de inmediato con la austeridad y cambiar las políticas", señaló.
"Por tanto, el rescate fue cancelado por su propio fracaso y sus
destructivos resultados".
La postura de Tsipras está siendo seguida de cerca por
los líderes de la UE, que a la fecha han mostrado poca voluntad de
cumplir con sus demandas, temiendo una vuelta atrás generalizada en las
reformas fiscales y económicas, así como un regreso a los días de gasto
sin freno del pasado, que contribuyeron a que Grecia sumara una deuda de
unos 300.000 millones de euros.
En un intento de demostrar que es serio en su decisión
de evitar una espiral alcista de los gastos públicos, Tsipras anunció
una serie de recortes para adelgazar al Gobierno, reduciendo beneficios
ministeriales como los vehículos y vendiendo uno de los aviones del
primer ministro.
También detalló sus planes para combatir la evasión
fiscal, poniendo a los ricos en su punto de mira, y prometió que los
contratos del sector público no favorecerán más a los oligarcas, una
decisión que es probable que le haga popular entre muchos griegos hartos
de un estado que, creen, sirve a los más poderosos.
Los griegos han sido golpeados duramente por la
austeridad que les impuso la "troika" del Banco Central Europeo, el
Fondo Monetario Internacional y la Comisión Europea.
El país apenas está saliendo de años de depresión económica, pero aún uno de cada cuatro griegos no tiene empleo.
"La prioridad de este Gobierno (...) es enfrentar las
grandes heridas del rescate y la crisis humanitaria, tal y como
prometimos antes de las elecciones", afirmó Tsipras.
Durante la semana pasada, funcionarios griegos
presentaron lo que ven como un plan de transición para mantener las
finanzas fluyendo durante los próximos meses mientras renegocian su
acuerdo de deuda.
Primero rechazarán un tramo de 7.200 millones de euros del rescate que ha quedado pendiente por una revisión suspendida.
En su lugar, quieren el derecho de emitir más deuda a
corto plazo más allá del actual límite de 15.000 millones de euros.
También quieren 1.900 millones de euros en ganancias de bonos griegos
retenidas por el BCE y otras autoridades de la eurozona, algo que fue
acordado previamente.
Con eso como puente, los funcionarios en Atenas
intentarían luego renegociar el pago de la deuda en bonos soberanos
griegos, quizás extendiendo los pagos, sólo pagando los intereses y
obteniendo un respiro para el superávit presupuestario que planea
lograr.
Un funcionario del Gobierno sugirió que no todo tendría que ocurrir al mismo tiempo.
"El ritmo de implementación de nuestras promesas es en un marco de cuatro años", dijo el funcionario.
Tsipras no habló de esto durante su discurso, pero se
mostró optimista ante la posibilidad de alcanzar rápidamente un acuerdo
con Europa.
"Muchos preguntan: ¿es posible que ocurra en los
próximos días? Los contactos que tuve con los socios institucionales de
la Unión Europea me convencieron de que es factible", dijo.
"Por supuesto, hay muchos asuntos que podrían requerir
tiempo para negociar, como la deuda. Pero estamos dispuestos a llegar
ahora a un acuerdo sobre la mayoría de los temas como parte de un programa completo".
No hay comentarios:
Publicar un comentario