BERLÍN.- La economía alemana acabó el
pasado año en buena forma, con un crecimiento mayor de lo inicialmente
anunciado, un 1,6% y no 1,5%, una cifra muy por encima de la media en la
zona euro y que augura un buen 2015.
A mitad de enero, la oficina
de estadísticas Destatis estimó, vagamente, en "un cuarto de punto" el
crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) alemán en el cuarto
trimestre de 2014. Finalmente, el crecimiento en esos tres meses fue del
0,7% respecto a los tres anteriores, gracias a un consumo interno
vigoroso, explicó en un comunicado.
"Es mucho mejor de lo que habían anticipado los economistas", subraya uno de ellos, Jörg Krämer, de Commerzbank, que precisa que una corrección de semejante magnitud es inhabitual.
Para explicar la diferencia, los analistas citan una posible ayuda por
parte del clima clemente del mes de diciembre, que podría haber
estimulado las inversiones en el sector de la construcción. En todo
caso, "la economía alemana se ha revelado realmente muy fuerte en el
cuarto trimestre", asegura Krämer.
En este contexto, y
precisamente apoyado por la economía alemana, el crecimiento económico
en la Eurozona fue un poco mejor de lo previsto en 2014, gracias a un
cuarto trimestre que superó las expectativas. En el trimestre
octubre-diciembre, el PIB de la zona euro aumentó un 0,3%, después de
haberlo hecho en un 0,2% en el trimestre anterior. Con esto, el
crecimiento del conjunto del año 2014 fue de un 0,9% en la Eurozona, una
décima por encima de lo pronosticado por la Comisión Europea.
Tras
un escaso crecimiento de apenas un 0,1% en 2013, Alemania empezó con
buen pie el 2014 creciendo un 0,8% en el primer trimestre.
Posteriormente, se ralentizó en primavera y verano, con un pequeño
retroceso del 0,1% en el segundo trimestre, seguido de un aumento del
PIB de un 0,1% en el tercer trimestre. "La situación coyuntural se
estabilizó a finales de año", comentó Destatis.
Para 2015, el
Gobierno alemán espera un crecimiento económico del 1,5%, confiado en la
fortaleza del consumo interno, que cada vez empuja más la actividad
económica del país, apoyada, sobre todo, por las exportaciones. Es una
"clara señal de que la bajada de los precios del petróleo empieza a
tener efecto en los bolsillos de los consumidores", destaca Carsten
Brzeski, economista jefe de ING.
Gracias a su fuerte crecimiento
de fin de año, Alemania confirma su posición como motor de la zona euro y
se distancia de Francia -segunda economía de la región-, cuyo
crecimiento fue de solamente el 0,4% el año pasado, debido a una caída
de las inversiones en un 1,6%, factor clave para el crecimiento.
Sin
embargo, la atonía de las inversiones es también una de las debilidades
que se atribuye a Alemania, en especial en los debates políticos.
Muchos países de la Eurozona piden a Berlín que realice más inversiones
con dinero público y estimule los gastos privados, por los efectos
positivos que ello puede tener en las economías vecinas de Alemania.
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