BERLÍN.- La discusión sobre
una salida de Grecia del euro sigue ganando terreno en Alemania y,
mientras hay empresas que ya han hecho preparativos para esa
eventualidad, algunos analistas ven ese extremo como un mal menor ante
la alternativa de hacer concesiones a Atenas.
Tal es el caso, por ejemplo, de Thiess Büttner, presidente del
consejo de asesores científicos del Ministerio de Finanzas, que
sostiene, en un artículo que publica hoy el periódico económico
"Handelsblatt", que hacer concesiones sería más peligroso que el así
llamado "Grexit".
A su juicio, la estrategia de confrontación con la que el gobierno
griego intenta forzar una renegociación de la ayuda puede explicarse con
las promesas electores de Alexis Tsipras, pero los socios europeos no
deben ceder "aunque la consecuencia sea una salida de Grecia del euro".
Buttner recuerda que Grecia actualmente depende de la ayuda europea,
pese a lo cual el gobierno actual "ha roto unilateralmente la
cooperación en torno al programa que se había acordado previamente".
Si Grecia mantiene su posición y los socios europeos se niegan a
conceder una financiación puente y a negociar un nuevo programa
entonces, según Büttner, es de temer un impago de Grecia con dramáticas
consecuencias para su economía.
Este asesor del Ministerio que dirige Wolfgang Schäuble admite que
eso también traería problemas a los socios europeos, empezando por la
pérdida de los créditos de ayuda, pero sostiene que hacer concesiones
implicaría un riesgo peor que afectaría la arquitectura de los fondos de
rescate.
Según se refleja en una encuesta realizada por el "Handelsblatt" y
por el diario "Die Welt", los empresarios alemanes han comenzado a tomar
medidas preventivas para enfrentar la eventualidad del "Grexit".
Así, por ejemplo, el consorcio turístico TUI ha asegurado sus contratos con hoteles griegos contra posibles riesgo cambiarios.
En todo caso, las exportaciones alemanas a Grecia se han reducido
desde 2008 en un 80 %, según datos de "Die Welt", y muchos bancos y las
aseguradoras se han retirado del país.
"Por ello, y asumiendo que no haya un efecto dominó, muy pocas
empresas alemanas se verían afectadas por una salida de Grecia", señala
Anton Börner, miembro de la Confederación Alemana de Comercio Exterior.
Durante los últimos días diversos economistas han mostrado en
distintos informes y análisis opiniones divididas ante el riesgo que
implicaría una salida de Atenas del euro.
El director del Instituto de Estudios Económicos de Berlín (DIW)
Marcek Fratzscher, considera que las consecuencias son impredecibles y
estima que aunque la situación afectaría ante todo a los griegos,
también tendría un coste político y económico para los socios europeos.
El director del Instituto de la Economía Alemana (IfW) de Colonia
Michael Hüther, en cambio, destaca que uno de los principales riesgos,
el peligro de contagio, ha disminuido considerablemente.
Según Hüther, a diferencia de lo que pasó hace tres o cuatro años las
primas de riesgo para los bonos de Portugal, España e Italia casi no se
han visto afectadas por las irritaciones en Grecia.
Por su parte, el economista jefe del Commerzbank, Jörg Krämer, cree que Grecia ya no puede desestabilizar a toda la eurozona.
Hasta ahora, el Gobierno alemán no se ha movido de su línea de que
cualquier negociación tiene que hacerse a partir del programa en curso,
que rechaza el Gobierno griego, y entre los diputados de los partidos de
gobierno se oyen declaraciones cada vez más destempladas sobre el
gobierno de Atenas.
Así, por ejemplo, el vicepresidente del grupo parlamentario de la
Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de Angela Merkel, Hans-Peter
Friedrich, dijo hoy que los integrantes del gobierno griego se están
comportando "como adolescentes".
"Poco a poco tienen que asumir que son responsables de su país", advirtió Friedrich.
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