MOSCÚ.- El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, alertó hoy que la situación
económica del país exige decisiones complejas y difíciles para afrontar
la crisis, aunque reiteró los compromisos sociales como prioridad del
Estado.
Dijo Medvédev durante una reunión del gabinete sobre el Presupuesto del
presente trienio que las necesarias correcciones al plan fiscal
afectarían inexorablemente a una gran cantidad de rubros.
Nos veremos todos compelidos a adoptar una serie de decisiones complejas que tienen que ver con la sobrecarga del Presupuesto, y por ende, fijar las enmiendas a nivel legislativo, indicó el jefe de Gobierno.
Puntualizó, no obstante, que pese a las difíciles circunstancias económicas, la política del Estado no debe modificarse en cuanto a su componente social, como una "prioridad para el Gobierno y el Parlamento".
Nuestra política, subrayó Medvédev, no debe cambiar. El componente social sigue siendo una línea clave en la actividad del Ejecutivo y de nuestros colegas de la Duma estatal, enfatizó, citado por las principales agencias rusas de noticias.
En cuanto al plan fiscal, comentó que el Presupuesto se confeccionó en condiciones que luego cambiaron bruscamente, unido a lo que consideró decisiones del destino de Rusia como la reunificación de Crimea, más los efectos de las presiones externas geopolíticas sobre el país y las sanciones de Occidente.
Instó a los ministros y a los diputados a revisar en detalle, con atención y enfoque multifacético y diferenciado cada una de las líneas y rubros presupuestados, y a echar a un lado intereses estrechos y objetivos populistas.
El gobierno ruso adoptó en enero último el plan anticrisis, contemplado en unas 60 medidas, para capear la recesión económica al menos en estos dos años, garantizar el crecimiento de la economía y la estabilidad social interna.
Sobre esto último, algunas de las medidas están dirigidas a respaldar a los sectores económicamente en desventaja, de bajos ingresos, y a mantener estable el mercado laboral en los límites que el gobierno cataloga de aceptables, con un desempleo en el diapasón del 5,0-5,8 por ciento de cesantes, un indicador estable en los últimos años.
Insistió Medvédev en que unido al mantenimiento de la estabilidad económica y social, una tarea de primer orden debe orientarse al apoyo a las empresas, fundamentalmente, en las que se sustenta el desarrollo económico del país.
Se desprende del enfoque oficial, que los recursos serán priorizados a las esferas de importancia estratégica en estos momentos como la industria, agricultura y el complejo agro-industrial, además de los sectores defensa y seguridad.
Otra particularidad de la coyuntura actual es que el tema económico se abordará a dos manos entre el Gobierno y el Parlamento, en una atmósfera de apertura, transparencia y diálogo, según exhortó Medvédev.
Nos veremos todos compelidos a adoptar una serie de decisiones complejas que tienen que ver con la sobrecarga del Presupuesto, y por ende, fijar las enmiendas a nivel legislativo, indicó el jefe de Gobierno.
Puntualizó, no obstante, que pese a las difíciles circunstancias económicas, la política del Estado no debe modificarse en cuanto a su componente social, como una "prioridad para el Gobierno y el Parlamento".
Nuestra política, subrayó Medvédev, no debe cambiar. El componente social sigue siendo una línea clave en la actividad del Ejecutivo y de nuestros colegas de la Duma estatal, enfatizó, citado por las principales agencias rusas de noticias.
En cuanto al plan fiscal, comentó que el Presupuesto se confeccionó en condiciones que luego cambiaron bruscamente, unido a lo que consideró decisiones del destino de Rusia como la reunificación de Crimea, más los efectos de las presiones externas geopolíticas sobre el país y las sanciones de Occidente.
Instó a los ministros y a los diputados a revisar en detalle, con atención y enfoque multifacético y diferenciado cada una de las líneas y rubros presupuestados, y a echar a un lado intereses estrechos y objetivos populistas.
El gobierno ruso adoptó en enero último el plan anticrisis, contemplado en unas 60 medidas, para capear la recesión económica al menos en estos dos años, garantizar el crecimiento de la economía y la estabilidad social interna.
Sobre esto último, algunas de las medidas están dirigidas a respaldar a los sectores económicamente en desventaja, de bajos ingresos, y a mantener estable el mercado laboral en los límites que el gobierno cataloga de aceptables, con un desempleo en el diapasón del 5,0-5,8 por ciento de cesantes, un indicador estable en los últimos años.
Insistió Medvédev en que unido al mantenimiento de la estabilidad económica y social, una tarea de primer orden debe orientarse al apoyo a las empresas, fundamentalmente, en las que se sustenta el desarrollo económico del país.
Se desprende del enfoque oficial, que los recursos serán priorizados a las esferas de importancia estratégica en estos momentos como la industria, agricultura y el complejo agro-industrial, además de los sectores defensa y seguridad.
Otra particularidad de la coyuntura actual es que el tema económico se abordará a dos manos entre el Gobierno y el Parlamento, en una atmósfera de apertura, transparencia y diálogo, según exhortó Medvédev.
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