PARÍS.- El nuevo ministro griego de la
lucha contra la Corrupción, Panagiotis Nikoloudis, tiene como
"prioridad" luchar contra la evasión fiscal de los contribuyentes más
acaudalados, explicó en una entrevista.
Ministro por
primera vez a sus 65 años, este fiscal es además el primero al que un
gobierno griego encarga de forma específica la lucha contra la
corrupción.
"He oído decir muchas veces: 'vamos a combatir la
corrupción', y siempre eso de 'vamos, vamos'. Yo me quedaba con la boca
abierta diciéndome: ¿pero por qué no lo hacemos ahora? Si el nuevo
gobierno ha venido a verme es porque realmente quiere actuar", explica
Nikoloudis, quien se presenta como un hombre "obstinado", al que "nada
lo para".
Los grandes casos de presunta evasión fiscal que este
ministro ha convertido en su prioridad podrían aportarle al Estado
griego unos 2.500 millones de euros.
Este propósito es fundamental
para el gobierno de izquierda de Alexis Tsipras, que ha hecho de la
lucha anticorrupción una promesa electoral, un arma en su negociación
con los acreedores del país y una esperada fuente de ingresos para un
Estado muy necesitado.
Con ese fin, Nikoloudis trabajará para
recuperar rápido miles de millones de euros disimulados al fisco por
ricos contribuyentes, explicó.
El ministro, que ha
dirigido desde 2010 la autoridad independiente de lucha contra el
blanqueo, ya ha transmitido a la brigada financiera griega SDOE 3.200
expedientes, de los que está "seguro en un 98 o un 99% de que son el
fruto de una evasión fiscal". Según él, se trata de los casos "más
pesados y flagrantes".
Esos casos analizan al detalle cientos de
cuentas bancarias en Grecia y el extranjero y representan un monto
imponible total de 6.400 millones de euros, afirma el ministro. Si a esa
cantidad se le aplica una tasa impositiva del 40%, el Estado obtendría
2.500 millones de euros.
Ese dinero podría financiar en gran
medida las medidas sociales de emergencia prometidas por Tsipras a los
griegos más afectados por la crisis.
Para
recuperar ese dinero, el exfiscal, al que no se le conocen amigos en el
mundo de la política, quiere simplificar los procedimientos de cobro y
reforzar la capacidad de la administración para ingresar las sumas
pendientes. "Si no consigo mejorar esos aspectos, será un fracaso en
gran medida", dice Nikoloudis. "Porque esos impuestos se pagarán algún
día, ¿pero cuándo? El tiempo es nuestro problema". El ministro imagina
así un procedimiento administrativo más directo, en el que la persona
acusada de deber dinero sea alentada a pagar por una amnistía parcial.
Después
de la caza contra los grandes evasores, Panagiotis Nikoloudis promete
encarar otros delitos financieros, como el contrabando de cigarrillos y
de gasolina. "Un embajador europeo me dijo que sólo con optimizar el
funcionamiento de las aduanas podíamos resolver nuestro problema de
deuda", cuenta.
"En estos casos, asumiré mis responsabilidad en
caso de fracaso, pero en cuanto a la corrupción cotidiana no soy un Don
Quijote", afirma el ministro, que apela al sentido de la obligación de
cada ciudadano. "Cuando ayer pedí la factura en la gasolinera, el
empleado me dijo que había muy pocos clientes que la piden...", lamentó.
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