BRUSELAS.- Los países de la UE han
alcanzado este viernes un acuerdo político, pendiente de negociar con la
Eurocámara, sobre un reglamento cuyo objetivo es aumentar los controles
sobre la elaboración de índices de referencia -como el Líbor o el
Euríbor, que se usan para calcular el tipo de interés de las hipotecas-
con el objetivo de aumentar la transparencia y evitar su manipulación.
"El reglamento garantizará que los índices de referencia sean
sólidos, fiables y representativos", se ha felicitado el comisario de
Servicios Financieros, Jonathan Hill, en un comunicado, en el que ha
pedido que se aceleren las negociaciones con el Parlamento. Bruselas
espera un acuerdo definitivo de aquí al verano.
La nueva norma es una respuesta a los recientes escándalos de
adulteración del Líbor o del Euríbor por parte de los grandes bancos.
Bruselas ya ha impuesto multas récord a un gran número de entidades
internacionales y europeas -como Deutsche Bank, Royal Bank of Scotland,
Société Général, JPMorgan o Citigroup- por participar en cárteles para
manipular índices de referencia. Barclays y UBS también estaban pero se
libraron de la sanción por ser los primeros delatores. Otras
investigaciones contra Crédit Agricole o HSBC continúan abiertas.
De acuerdo con el nuevo reglamento, la elaboración de índices de
referencia se convertirá en una actividad regulada y sometida a
supervisión con el fin de garantizar su fiabilidad. Los administradores
de estos índices deberán pedir autorización y estarán sujetos a la
supervisión de las autoridades competentes del país donde estén
localizados.
La Autoridad Europea de Valores y Mercados (ESMA) se encargará de
coordinar la supervisión. Finalmente, se ha renunciado a convertir a la
ESMA en supervisor único de los índices de referencia, lo que habría
supuesto por ejemplo arrebatar a Reino Unido el control sobre el Líbor.
No obstante, cuando un índice se considera de especial importancia a
nivel europeo, la supervisión correrá a cargo de un colegio de
supervisores nacionales.
El administrador de cada índice deberá elaborar un código de
conducta que especifique claramente las obligaciones y las
responsabilidades de los que contribuyen a elaborarlo, incluyendo los
requisitos en materia de gestión de conflictos de intereses. El
reglamento pide usar de forma sistemática cifras basadas en
transacciones realizadas, en lugar de estimaciones, para ser más
sólidos, aunque permite recurrir a estimaciones cuando no haya
alternativas.
La norma no cubre sólo los índices de referencia de tipos de
interés como el Líbor o el Euríbor, sino también los que se aplican a
materias primas, energía o derivados de divisas, así como los que se
utilizan para medir la rentabilidad de fondos de inversión. Los bancos
centrales quedan excluidos porque ya tienen sus propios sistemas de
control.
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