LONDRES.- El nuevo gobierno griego ha
recurrido a la creatividad financiera, con propuestas sofisticadas, como
los "créditos perpetuos", para aligerar su deuda sin asustar a los
acreedores ni traicionar a sus electores.
"Si es necesario
utilizar eufemismos y herramientas de ingeniería financiera para liberar
al país de la esclavitud de la deuda, lo haremos", dijo en un
comunicado el el ministro de Finanzas, Yanis Varoufakis.
Pero
lo que no hará es "dar marcha atrás" en la principal promesa de campaña
del partido de izquierda radical Syriza, ahora en el poder: aliviar al
país del peso de la deuda de 315.000 millones de euros, el 175% del
Producto Interior Bruto (PIB).
"Call me
Bond, perpetual Bond". Con esta broma que parafrasea al célebre agente
secreto y la palabra inglesa que significa "bono" varios usuarios de
Twitter recibieron la propuesta adelantada por Varoufakis este martes al diario británico Financial Times.
Su idea es sustituir la deuda griega en manos del Banco Central Europeo (BCE) más de 25.000 millones de euros por "créditos perpetuos", es decir, títulos de duración ilimitada.
La
ventaja para el gobierno griego es que sigue pagando los intereses,
pero deja de vivir con la espada de Damocles de los vencimientos. Según
el programa en vigor, Grecia tendría que devolver cerca de 7.000
millones de euros al BCE este verano.
La ventaja para la
institución de Fráncfort es que no supondría una pérdida ni tendría que
declarar un 'default' de Grecia, con todo lo que puede implicar como
reacción en cadena de los mercados.
"Unos títulos perpetuos, que
no se reembolsan nunca, quizá sea un poco difícil de aceptar. Me imagino
más bien un compromiso sobre un vencimiento muy largo, por ejemplo, de
50 años", dice Frederik Ducrozet, analista del Crédit Agricole, quien considera esta maniobra como una "muy buena idea".
Para
la deuda generada con los planes de ayuda europeos, Varoufakis propone
en su entrevista con el FT cambiarla por títulos "indexados al
crecimiento", cuyo rendimiento dependería de los resultados de la
economía griega.
El primer acreedor del país es el fondo europeo FEEF, creado por los socios europeos, con más de 140.000 millones de euros.
"Se
trata de innovación financiera, pero no estamos en terreno
desconocido", dice Ducrozet, porque ya se han emitido títulos de este
tipo para "suavizar" las pérdidas de los bancos privados por la
reestructuración de la deuda griega en 2012.
Argentina, otro país habituado a las turbulencias de la deuda pública, también ha recurrido a este subterfugio.
"Las
propuestas de Varoufakis forman una base de negociación totalmente
plausible", dice Ducrozet, una opinión que parecen compartir los
mercados.
La Bolsa de Atenas se disparó este martes y subía más de
un 11% a media tarde y el rendimiento de la deuda griega, termómetro de
la confianza que inspira el país, caía por debajo del 10%.
Según
el diario griego Kathimerini, Grecia también quiere aumentar a 25.000
en vez de 15.000 millones de euros las emisiones de deuda a corto plazo
(T-Bills) a las que tiene derecho este año, en virtud de los acuerdos
alcanzados a nivel europeo.
Privado de acceso al mercado para
títulos de largo plazo debido a las tasas prohibitivas, Atenas financia
sus necesidades corrientes con emisiones cortas, que compran
esencialmente los bancos griegos, cubiertos a su vez por el BCE.
Según
el diario griego, Grecia también va a reclamar 1.900 millones de euros a
finales de febrero, a título de los beneficios realizados por los
bancos centrales de la zona euro con la deuda griega en sus manos.
La
entrega de esta suma estaba prevista en el marco del programa de ayuda
europeo a Grecia actualmente en vigor, pero como el nuevo gobierno
quiere ponerle fin, los ministros de Finanzas de la zona euro, el
Eurogrupo, tendrán que dar su aprobación. Según una fuente diplomática,
se prevé una reunión del Eurogrupo, posiblemente el viernes.
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