BRUSELAS.- Las ventas
minoristas de la zona euro en diciembre fueron las más altas en casi
ocho años, con los consumidores derrochando dinero en Navidad en
regalos, alimentos y combustible, probablemente alentados por la caída
de precios en el bloque.
Liderado por un buen dato en España, el volumen del
comercio al por menor creció un 2,8 por ciento en diciembre con respecto
al mismo mes de 2013, el mayor crecimiento interanual desde marzo de
2007, dijo el miércoles Eurostat, la oficina de estadísticas de la UE.
El dato también superó la previsión del 2,0 por ciento de los economistas consultados.
En términos mensuales, las ventas minoristas subieron
un 0,3 por ciento, un ritmo más lento que en noviembre, pero todavía un
poco más elevado de lo previsto. Las ventas de noviembre también se
revisaron al alza.
La mejora de los datos de Eurostat se conoce tras un
sondeo de la Comisión Europea publicado la semana pasada que mostró un
incremento en la confianza del consumidor en enero hasta un máximo de
seis meses. Muchos consumidores parecían más seguros de realizar compras
importantes y veían una caída de los precios en los próximos 12 meses.
Las ventas minoristas sugieren que unos precios del
petróleo más débiles podrían estar aumentando el poder adquisitivo de
los europeos, y de continuar, podría desafiar las expectativas de que la
deflación en la zona euro obligará a consumidores y empresas a retrasar
las compras anticipando precios más bajos en el futuro.
La deflación en la zona euro, un síntoma de las
secuelas de la crisis de deuda del bloque de 2009 a 2012, llevó al Banco
Central Europeo a anunciar un plan de impresión de dinero para impulsar
la inflación.
En términos mensuales, los consumidores en España
estuvieron entre los que más gastaron con la mejoría de la economía,
seguidos de Francia y Alemania. Se incrementaron las ventas de
alimentos, bebidas, tabaco, ropa, ordenadores y combustible.
En datos interanuales, España lideró de nuevo a las
grandes economías del bloque, mientras que los irlandeses también
abrieron sus carteras. Alemania registró un crecimiento sólido, pero los
consumidores franceses fueron más cautos, reflejando una confianza
económica más débil en Francia.
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