BRUSELAS.- La Comisión Europea (CE) ha decidido hoy dar dos años más a Francia,
hasta 2017, para cumplir con el objetivo de reducir su déficit por
debajo del 3% establecido por la legislación comunitaria y exigirle más
esfuerzos, y no actuar contra Italia y Bélgica por su alto nivel de
deuda pública y sus desequilibrios.
"Francia es el caso más complicado que hemos discutido hoy. Está
claro que tiene que acelerar sus esfuerzos tanto en el plano de reformas
estructurales como en el fiscal", dijo el vicepresidente de la CE para
el Euro, Valdis Dombrovskis.
En principio, Francia se había comprometido a reconducir en 2015 el
desvío de sus cuentas públicas por debajo del 3% recogido en el Pacto de
Estabilidad y Crecimiento (PEC) de la Unión Europea, aunque París ya
había pedido a Bruselas más tiempo debido a la debilidad de la
recuperación económica del país.
Esta segunda prórroga que recibe el país, después de los otros dos
años que ya se le otorgaron en 2013, va acompañada de una serie de
recomendaciones de Bruselas al Elíseo que incluyen la exigencia de que
el país refuerce las reformas estructurales y los ajustes fiscales.
En concreto, la CE pide a Francia que reduzca su déficit estructural
-que no incluye los gastos e ingresos de carácter cíclico- en un 0,5 %
del PIB este año, una exigencia que deberá ser "completamente
respetada", explicó el comisario europeo de Asuntos Económicos y
Financieros, Pierre Moscovici, en una rueda de prensa. Además, Francia
deberá acometer un esfuerzo equivalente al 0,2 % del PIB ya en estos
próximos tres meses.
Francia se ha comprometido a cumplir con estas exigencias, a través
de una carta enviada al Ejecutivo comunitario por el titular galo de
Finanzas, Michel Sapin, explicó Moscovici.
Al mismo tiempo, la CE ha decidido no abrir un procedimiento de
déficit excesivo a Italia y Bélgica. "Hemos analizado si el
incumplimiento del criterio sobre la deuda garantiza la apertura de un
procedimiento de déficit excesivo, teniendo en cuenta todos los
factores, como el débil crecimiento y la aplicación de reformas
estructurales, entre otros", explicó Dombrovskis.
"Hemos concluido que una apertura de este procedimiento en este
momento no es necesario, ni para Italia, ni para Bélgica", añadió.
Advirtió también de que para la CE la economía italiana presenta
"desequilibrios macroeconómicos excesivos que requieren emprender
acciones políticas decisivas y una vigilancia específica", mientras que
la belga tiene "desequilibrios".
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