viernes, 6 de febrero de 2015

La Unión Europea y EE.UU. muestran sus diferencias sobre un virtual acuerdo comercial


BRUSELAS.- La octava ronda de negociaciones para concertar un acuerdo de libre comercio e inversión entre Estados Unidos y la Unión Europea (UE) concluyó  con diferencias en cuanto a temas como energía, transgénicos y servicios financieros. 

"Hemos mantenido unas discusiones intensas y amplias que han cubierto casi todas las áreas del Acuerdo Transatlántico de Libre Comercio e Inversiones", conocido como TTIP por sus siglas en inglés, informó en rueda de prensa el jefe negociador por la parte europea, Ignacio García.

Durante esta semana se abordaron asuntos como el acceso al mercado, la cooperación regulatoria y el estado de sectores como automóviles, maquinaria, medicamentos y cosméticos o químicos.

Fuera del debate solo quedó el capítulo más controvertido, relacionado con la creación de tribunales internacionales de arbitraje para resolver las disputas entre los inversores privados y los Estados.

Ese tema despierta dudas en la Eurocámara, países como Alemania y gran parte de la opinión pública europea, porque podría obligar a los Gobiernos a indemnizar con grandes sumas de dinero a las transnacionales si estas consideran afectadas sus inversiones.

Según el representante estadounidense Dan Mullaney, las reuniones han sido constructivas, pero necesitan ver progresos concretos adicionales.

Al mismo tiempo, la rueda de prensa ofrecida al término de la ronda mostró posiciones divergentes, pues la UE estimó muy importante anclar en el TTIP la cooperación regulatoria en materia de servicios financieros.

Sin embargo, la parte norteamericana sostuvo que la cooperación en esa área puede y debe continuar haciendo progresos en los foros bilaterales y multilaterales ya existentes, y no formar parte del acuerdo de libre comercio.

De igual modo, Bruselas se mostró a favor de que el pacto incluya un capítulo específico dedicado a la energía y a las materias primas, pero Washington dijo que aún no ha alcanzado una posición final sobre si es necesario o útil tener un apartado sobre esa cuestión.

En cuanto a los transgénicos, García negó que la UE esté aplicando de facto una moratoria que impida nuevas autorizaciones, pero Mullaney pidió al bloque implementar en la práctica su legislación para aprobar nuevos cultivos.

Mientras tanto, diversos sectores de la ciudadanía europea rechazan el acuerdo por considerar que solo sirve a los intereses de las grandes corporaciones, según expresaron en enero último miles de alemanes que salieron a las calles a protestar contra el pacto.

En una consulta realizada por la Comisión Europea sobre el TTIP, el 97 por ciento de las 150.000 personas que respondieron rechazó la inclusión de los tribunales de arbitraje o expresaron dudas sobre diferentes capítulos del proyecto.

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