BRUSELAS.- La UE y EEUU han acordado
intensificar las negociaciones para el Acuerdo Transatlántico para el
Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés) con el fin de
lograr los máximos progresos posibles durante este año, según han
anunciaron ayer viernes los representantes de las dos delegaciones al
término de la octava ronda de contactos.
Los servicios financieros, la
energía y los transgénicos son algunos de los capítulos donde empiezan a
aflorar las mayores diferencias.
"Hemos acordado un intenso calendario de trabajo para los próximos
meses", ha anunciado el negociador jefe de la UE, el español Ignacio
García Bercero, en rueda de prensa para presentar los resultados de las
negociaciones. Las dos partes ya han pactado celebrar la siguiente ronda
de negociación en abril en Washington y otra más en julio y acelerar el
trabajo entre rondas.
"La ronda de esta semana ha sido constructiva, pero necesitamos
ver progresos concretos adicionales", ha señalado por su parte el
negociador estadounidense, Dan Mullaney.
Durante la semana de negociaciones en Bruselas, las dos partes han
abordado todas las cuestiones cubiertas por el pacto, incluyendo el
acceso al mercado, la cooperación regulatoria y sectores como
automóviles, maquinaria, medicamentos y cosméticos o químicos. Sólo ha
quedado fuera el capítulo más polémico, la creación de tribunales de
arbitraje internacionales para resolver las disputas entre inversores
privados y Estados (ISDS, por sus siglas en inglés), cuya negociación se
ha suspendido por las dudas en la Eurocámara, en países como Alemania y
también entre la opinión pública europea.
"El principio fundamental de nuestro trabajo sobre cuestiones
regulatorias en el TTIP es garantizar que nada de lo que hagamos
socavará la capacidad de nuestros Gobiernos para regular de la forma que
consideren necesaria para proteger a los consumidores, a los
trabajadores o al medio ambiente", ha asegurado Mullaney en respuesta a
los críticos.
A falta de avances concretos, la rueda de prensa conjunta ha
servido para poner de relieve algunos de los temas en los que la UE y
EEUU no están de acuerdo. Para la UE sería "muy importante anclar la
cooperación regulatoria en materia de servicios financieros en el TTIP",
según ha explicado García Bercero. En cambio, el negociador de EEUU
considera que la cooperación en el sector financiero "puede y debe
continuar haciendo progresos en los foros bilaterales y multilaterales
ya existentes", como el G-20 y no debe formar parte del acuerdo de libre
comercio.
Otro punto de discrepancia es que mientras que Bruselas defiende
que el TTIP debe incluir un capítulo específico dedicado a la energía y a
las materias primas, Washington "todavía no ha alcanzado una posición
final sobre si es necesario o útil tener un capítulo sobre energía",
según Mullaney.
Por lo que se refiere a los transgénicos, García Bercero ha negado
que la UE esté aplicando una moratoria de facto que impide nuevas
autorizaciones, mientras que el negociador norteamericano ha pedido a la
UE que aplique en la práctica su legislación para aprobar nuevos
cultivos. "Las medidas que se adoptan en el campo de la seguridad
alimentaria deben basarse en datos científicos y en una evaluación de
riesgo", ha resaltado Mullaney.
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