Grecia soporta el mayor nivel de
deuda pública de la zona euro y de la UE, con un 175% del PIB en 2013
(320.000 millones de euros), debido al excesivo gasto de la
Administración durante los años de la burbuja.
La financiación del Estado griego ha quedado seriamente comprometida desde
que esta semana el Banco Centra Europeo (BCE) decidió poner fin a la excepción
de la que se beneficiaban los bonos griegos y aseguró que el próximo 11
de febrero dejará de aceptar bonos emitidos por Grecia como
garantía en sus operaciones de liquidez. Esto impedirá al Ejecutivo de
Alexis Tsipras financiarse a corto plazo mediante la compra de Letras
del Tesoro.
El nuevo Gobierno griego contaba con que sus bancos se
quedarían sin este recurso a partir del 28 de febrero, pero la medida se
ha adelantado, con lo que el margen de negociación es mínimo.
La incertidumbre ha provocado fuertes caídas en la Bolsa y ha
disparado la prima de riesgo griega por encima de los 1.000 puntos.
Cuánto dinero hay en juego?
La medida afecta a 3.500 millones de euros de deuda soberana y 25.000 millones de deuda emitida por los bancos y avalada por los Gobiernos.
¿Qué pide Siryza?
El nuevo Gobierno de Syriza ha pedido a la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) una profunda reestructuración de su deuda.
Las medidas que plantea son extender los plazos de vencimiento, reducir
los tipos de interés e incluso aplicar una quita sobre la deuda.
¿Puede Grecia pagar su deuda?
La deuda de Grecia soporta uno de los tipos de interés medio más
bajos de toda Europa, inferior al 2,5% en 2013. Con la reestructuración
pactada con la troika en 2012, Grecia consiguió reducir los intereses de
su deuda al 4% del PIB (menos que Irlanda, Italia y Portugal) y alargar
el plazo de devolución.
Ahora bien, el PIB griego se ha desplomado cerca de un 25%
durante la crisis. El BCE no cree que Grecia supere la evaluación del
plan de rescate, de ahí el anuncio de que dejará de aceptar sus bonos la
próxima semana.
¿Qué pretende el nuevo Gobierno griego?
El primer ministro Alexis Tsipras prometió a su electorado acabar con
la austeridad que ha desencadenado una crisis social en Grecia. Su
apuesta incluye un aumento del gasto público, más impuestos y mayor
rigidez económica. Para la troika, esta senda conducirá tarde o temprano
a una nueva crisis.
Tsipras pretende una reestructuración de la deuda,
poniendo como modelo la que se concedió a Alemania tras la II Guerra
Mundial. En 1953 la República Federal de Alemania llegó a un acuerdo con
sus países acreedores para aplicar una quita de más del 50% sobre su
deuda externa.
¿Qué ha dicho el BCE?
Ha ofrecido un programa de 240.00 millones de euros, acompañado de una férrea supervisión. El BCE argumenta que ya ha concedido a Grecia dos reestructuraciones
de deuda durante este periodo de crisis: una quita a los tenedores
privados de bonos en 2012 y un alargamiento de plazos y reducción de
intereses del crédito concedido por la troika.
¿Y el papel de la todopoderosa Alemania?
Esta semana el ministro alemán de Finanzas ha recibido a su homólogo griego
con un discurso duro y un documento de ocho puntos que incluye mantener
la supervisión de la troika hasta que Grecia tenga un
superávit del 3% en sus presupuestos, reducciones en los salarios
mínimos y las pensiones y el cumplimiento de los compromisos adquiridos
por gobiernos anteriores.
¿Cómo afecta la situación a Grecia y a los griegos?
El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, ha pedido al
nuevo Gobierno de Grecia que respete sus compromisos con sus socios
europeos o llevará al país a la bancarrota.
Mario Draghi, presidente del BCE, sólo ha dejado abierta una puerta a Tsipras: recurrir
a la línea de liquidez de emergencia. Se trata de créditos
extraordinarios más caros, sujetos a condiciones y los bancos que los
solicitan deben ser solventes. Si Tsipras mantiene el pulso, Atenas
tendrá serios problemas para financiarse en el mercado y los bancos
tendrán que pagar intereses más altos.
Se calcula que durante el mes de enero los ahorradores han retirado
de los bancos griegos más de 10.000 millones de euros. En las últimas
horas Bloomberg ha desvelado dos datos importantes: que
la línea de liquidez de emergencia del BCE tendrá hasta 60.000 millones
de euros (en principio suficiente para tratar de tranquilizar a los
mercados y parar la fuga de capitales) y que el interés a aplicar será
del 1,55%, frente al 0,05% que Grecia pagaba hasta ahora.
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