domingo, 8 de febrero de 2015

Ocho claves para entender el ultimatum del BCE a Grecia / Maribel Rodrigo

Grecia soporta el mayor nivel de deuda pública de la zona euro y de la UE, con un 175% del PIB en 2013 (320.000 millones de euros), debido al excesivo gasto de la Administración durante los años de la burbuja.
La financiación del Estado griego ha quedado seriamente comprometida desde que esta semana el Banco Centra Europeo (BCE) decidió poner fin a la excepción de la que se beneficiaban los bonos griegos y aseguró que el próximo 11 de febrero dejará de aceptar bonos emitidos por Grecia como garantía en sus operaciones de liquidez. Esto impedirá al Ejecutivo de Alexis Tsipras financiarse a corto plazo mediante la compra de Letras del Tesoro. 
El nuevo Gobierno griego contaba con que sus bancos se quedarían sin este recurso a partir del 28 de febrero, pero la medida se ha adelantado, con lo que el margen de negociación es mínimo. 
La incertidumbre ha provocado fuertes caídas en la Bolsa y ha disparado la prima de riesgo griega por encima de los 1.000 puntos.

Cuánto dinero hay en juego?
La medida afecta a 3.500 millones de euros de deuda soberana y 25.000 millones de deuda emitida por los bancos y avalada por los Gobiernos.

¿Qué pide Siryza?
El nuevo Gobierno de Syriza ha pedido a la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional) una profunda reestructuración de su deuda. Las medidas que plantea son extender los plazos de vencimiento, reducir los tipos de interés e incluso aplicar una quita sobre la deuda.

¿Puede Grecia pagar su deuda?
La deuda de Grecia soporta uno de los tipos de interés medio más bajos de toda Europa, inferior al 2,5% en 2013. Con la reestructuración pactada con la troika en 2012, Grecia consiguió reducir los intereses de su deuda al 4% del PIB (menos que Irlanda, Italia y Portugal) y alargar el plazo de devolución.  
Ahora bien, el PIB griego se ha desplomado cerca de un 25% durante la crisis. El BCE no cree que Grecia supere la evaluación del plan de rescate, de ahí el anuncio de que dejará de aceptar sus bonos la próxima semana.

¿Qué pretende el nuevo Gobierno griego?
El primer ministro Alexis Tsipras prometió a su electorado acabar con la austeridad que ha desencadenado una crisis social en Grecia. Su apuesta incluye un aumento del gasto público, más impuestos y mayor rigidez económica. Para la troika, esta senda conducirá tarde o temprano a una nueva crisis. 
Tsipras pretende una reestructuración de la deuda, poniendo como modelo la que se concedió a Alemania tras la II Guerra Mundial. En 1953 la República Federal de Alemania llegó a un acuerdo con sus países acreedores para aplicar una quita de más del 50% sobre su deuda externa.

¿Qué ha dicho el BCE?
Ha ofrecido un programa de 240.00 millones de euros, acompañado de una férrea supervisión. El BCE argumenta que ya ha concedido a Grecia dos reestructuraciones de deuda durante este periodo de crisis: una quita a los tenedores privados de bonos en 2012 y un alargamiento de plazos y reducción de intereses del crédito concedido por la troika. 

¿Y el papel de la todopoderosa Alemania?
Esta semana el ministro alemán de Finanzas ha recibido a su homólogo griego con un discurso duro y un documento de ocho puntos que incluye mantener la supervisión de la troika hasta que Grecia tenga un superávit del 3% en sus presupuestos, reducciones en los salarios mínimos y las pensiones y el cumplimiento de los compromisos adquiridos por gobiernos anteriores.

¿Cómo afecta la situación a Grecia y a los griegos?
El presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, ha pedido al nuevo Gobierno de Grecia que respete sus compromisos con sus socios europeos o llevará al país a la bancarrota. 
Mario Draghi, presidente del BCE, sólo ha dejado abierta una puerta a Tsipras: recurrir a la línea de liquidez de emergencia. Se trata de créditos extraordinarios más caros, sujetos a condiciones y los bancos que los solicitan deben ser solventes. Si Tsipras mantiene el pulso, Atenas tendrá serios problemas para financiarse en el mercado y los bancos tendrán que pagar intereses más altos.
Se calcula que durante el mes de enero los ahorradores han retirado de los bancos griegos más de 10.000 millones de euros. En las últimas horas Bloomberg ha desvelado dos datos importantes: que la línea de liquidez de emergencia del BCE tendrá hasta 60.000 millones de euros (en principio suficiente para tratar de tranquilizar a los mercados y parar la fuga de capitales) y que el interés a aplicar será del 1,55%, frente al 0,05% que Grecia pagaba hasta ahora.

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