miércoles, 4 de febrero de 2015

Se acerca el choque Grecia-España / A.R. Mendizabal

La chicos de la Furia Española han ganado unas veces y los helenos otras. Pero ahora es distinto. No es fútbol, pero puede haber patadas. Todo el mundo está pendiente del resultado del partido que se está jugando en Europa entre dos socios en el club de los PIIGS convertidos en rivales por las urnas. El inimitable ministro griego de Finanzas, Yanis Varufakis, está al tanto: ‘Nos han advertido de que hay ciertos miembros del Eurogrupo que quieren derribarnos’.

En su se­gunda en­tre­vista con un pe­rió­dico bri­tá­nico en dos días dentro de su gira para vender la ne­ce­sidad de ali­viar la deuda pú­blica griega, Varufakis añade en The Daily Telegraph: ‘Pero tam­bién te­nemos apo­yos; está equi­li­brado, mitad y mi­tad’. Este miér­coles está en Frankfurt, para re­unirse con Mario Draghi, el pre­si­dente del BCE que no está nada con­tento con sus pro­pues­tas.

Y mañana, en Berlín para ver al ogro ale­mán, el mi­nistro Wolfgang Schäuble. ¿Qué le dirá? Esto, según le cuenta a Ambrose Evans-Pritchard, del Telegraph: ‘Le diré a Schäuble que po­dremos ser una chusma de iz­quier­das, pero que puede contar con Syriza para lim­piar Grecia de cár­teles y oli­gar­quías’.

Mientras, el primer mi­nistro Alexis Tsipras vuela de Roma a Bruselas y a París. Un fre­né­tico des­pliegue que le em­puja a The New York Times a ti­tu­lar: ‘En su gira, los lí­deres griegos no llevan cor­bata y as­piran a aflo­jarse los cin­tu­ro­nes’.

Lo que ocurre es que lo que quiere Grecia puede ve­nirle mal a España. O para de­cirlo con más pre­ci­sión, un triunfo de Tsipras po­dría per­ju­dicar a Rajoy, una vic­toria del par­tido Syriza dañaría al PP y au­paría a Podemos. Eso es lo que está en juego en este año elec­to­ral, aparte de la sal­va­ción del euro y el des­tino de Grecia. Ambrose Evans-Pritchard lo re­sume con cru­deza: ‘Se dice que los lí­deres con­ser­va­dores de España y Portugal quieren ver el aplas­ta­miento de Syriza

La prensa in­ter­na­cional tiene todo esto muy claro. Dos ar­tículos des­tacan este miér­coles dentro de los aná­lisis de la si­tua­ción creada por el vuelco de Gobierno en Grecia. Uno lo firma en la re­vista Foreign Policy un an­tiguo asesor de la pre­si­dencia de la Comisión, Philippe Legrain: ‘Bienvenida a la era de la reac­ción en con­tra, Europa’. Y ex­plica con su co­no­ci­miento de los pa­si­llos de Bruselas: ‘De Grecia a España y Francia, los par­tidos ra­di­cales están su­biendo, y los eu­ró­cratas no tienen a nadie a quien culpar más que a ellos mis­mos’.

La tesis de Legrain: la vic­toria de Syriza ‘ha elec­tri­zado a Europa’ y ahí está Podemos a la es­pera, así como otros par­tidos ‘insurgentes’ de iz­quierda o de de­recha en otros paí­ses. Algo ló­gico des­pués de tantos años de aus­te­ri­dad, con la par­ti­cu­la­ridad de que los que han hecho los de­be­res, como España, Irlanda y Portugal, ahora ‘se ven po­lí­ti­ca­mente ex­pues­tos’. Mientras, el pre­su­puesto de Bruselas de casi un bi­llón de euros sirve para que nin­guno de los eu­ró­cratas haya per­dido su puesto de tra­bajo.

Dice Legrain. ‘El enorme peso de la deuda, ma­yor­mente pri­vada en España y más bien pú­blica en Grecia, está so­fo­cando la eco­nomía y es im­pa­gable en su to­ta­li­dad’. Y se des­pacha más: ‘Tampoco es po­lí­ti­ca­mente sos­te­nible que la eu­ro­zona esté go­ber­nada de hecho por una Alemania he­ge­mó­nica que actúa en virtud de sus in­tereses es­tre­chos como acreedor en lugar de por los in­tereses más am­plios de la unión mo­ne­ta­ria’. Conclusión: ‘Europa ne­ce­sita con ur­gencia al­ter­na­tivas tra­di­cio­nales al Merkelismo o se arriesga a que Le Pen llegue a la pre­si­den­cia’.

El se­gundo ar­tículo es una cró­nica de fondo de Tobias Buck, co­rres­ponsal en España de Financial Times: ‘España se pone dura con Grecia entre el des­mo­ro­na­miento de la so­li­da­ridad del sur: Madrid tiene más razón que la ma­yoría para abogar por la línea dura con Atenas’. Los datos de par­tida son si­mi­la­res, aunque Buck hace notar que Madrid no está en el iti­ne­rario de Tsipras ni de Varufakis. La razón es clara: ese choque de in­tere­ses, tanto eco­nó­micos como po­lí­ti­cos, entre Madrid y Atenas.

Choque de in­tereses y cues­tión de ejem­pla­ri­dad. Si Tsipras con­sigue un acuerdo fa­vo­rable para él, ‘¿por qué España no lo ha te­ni­do?’, pre­gunta Buck para ex­poner el pa­pelón que le caería a Merkel, al Eurogrupo y a Rajoy. ¿Tanta aus­te­ridad para que ahora se tenga manga ancha con unos y no con otros?

Sigue la cró­nica: ‘Luego está el factor Podemos’. Si Syriza se sale con la suya, ‘Podemos pro­ba­ble­mente se en­va­len­to­na­ría’ y los es­pañoles ve­rían que votar por la ex­trema iz­quierda ‘podría pro­ducir los re­sul­tados que no han con­se­guido los par­tidos tra­di­cio­na­les’. La as­cen­sión de Podemos se ha hecho a costa sobre todo del PSOE. Dilema para Rajoy: em­pujar a Grecia para que salga del euro sería ca­la­mi­toso para la eco­nomía es­pañola.

Buck ter­mina donde co­men­zaron estas lí­neas, con el choque Atenas-Madrid: ‘Por dis­pa­ra­tados que pa­rezcan todos estos fac­to­res, hay un tema co­mún, que España y otros países si­mi­lares de la pe­ri­feria eu­ropea ya no sienten que están en el mismo barco que Grecia. En Madrid, eso se con­ta­bi­liza cla­ra­mente como un pro­greso. En Atenas, de­bería ser causa de pro­funda preo­cu­pa­ción’.

Faltan siete días. El pró­ximo día 11 Varufakis y De Guindos coin­ciden en el Eurogrupo. Y al día si­guiente, Rajoy y Tsipras se verán en el Consejo Europeo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario