sábado, 7 de marzo de 2015

Augurios optimistas rondan la economía rusa

MOSCÚ.- La estabilidad en las cotizaciones petroleras y una recuperación al alza del rublo estimulan hoy augurios optimistas sobre una eventual salida de la economía rusa del cerco recesivo, antes de los dos años previstos, como mínimo. 

Rusia entró en un período de ralentización del crecimiento en el segundo semestre de 2012, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) cayó a 3,4 por ciento, y siguió cuesta abajo en 2013 al nivel de 1,3 puntos porcentuales, el más bajo guarismo desde la crisis de 2008-2009.

Los signos de recesión se hicieron visibles al cierre de 2014 con un simbólico crecimiento de 0,5-0,6 por ciento, acompañado de una drástica contracción de las inversiones y fuga de capitales, según el Comité Nacional de Estadísticas (Rosstat).

El escenario de crisis se agudizó por el efecto domino de varios factores, internos y externos, como la reducción de las inversiones, creciente salida de capitales frescos y las turbulencias especulativas en el mercado de divisas, con un golpe fuerte sobre el rublo.

Los factores geopolíticos, entre los que descuellan la crisis en Ucrania y las sanciones de Occidente contra Moscú, causa derivada de ésta, supuestamente, han dejado igualmente su impronta.

Pronósticos diversos apuntan a una caída del PIB ruso para 2015 en el diapasón de 3,0 a 6,0 puntos porcentuales.

Las señales de relativa estabilidad en los precios internacionales del petróleo en el entorno de los 50 dólares el barril, lejos aun del valor ideal para las economías dependientes de la venta de hidrocarburos, han insuflado cierto optimismo en círculos gubernamentales.

A la sazón, el ministro de Desarrollo Económico Alexéi Uliukaev vaticinó que la recesión será corta, en el tiempo, y el crecimiento se abrirá paso en el tercer y cuarto trimestres, para continuar una tendencia ascendente en 2016 y 2017.

Como indicador favorable, Uliukaev mencionó el aporte de las exportaciones al PIB, en un alza de 6,0 a 7,0 puntos porcentuales.

El Gobierno, empero, afronta serios desafíos a lo social con la subida de las tarifas de servicios públicos y de los precios de los alimentos y medicinas de alta demanda.

La inflación en 2014 acumuló un incremento de 11,4 por ciento y se espera un pico inflacionario durante la primavera, entre marzo y mayo, al borde de 15,0 por ciento. Se incrementaron asimismo las tarifas del transporte público y la electricidad.

A fin de minimizar los estragos de la crisis en los sectores de bajos ingresos, el presidente instruyó al Ejecutivo un estricto control de los precios en las cadenas comerciales minoristas y en las farmacias, al punto de que se evalúa el establecimiento de redes estatales farmacéuticas.

Putin dispuso ayer por decreto un recorte de su salario y de la alta jerarquía del Gobierno y representantes de otros organismos del Estado, en un 10 por ciento, previsiblemente hasta fines de 2015.

La decisión tiene un carácter provisional motivada por la actual coyuntura económica, alegó el portavoz del Kremlin Dmitri Peskov. Pero advirtió que en caso de un agravamiento de la crisis en el país puede prolongarse la poda salarial en el estamento gubernamental.

En contraste con los ánimos optimistas, las estadísticas de enero y febrero corroboran una dinámica desfavorable. Según un reporte del Ministerio de Desarrollo Económico, el crecimiento de la economía rusa se contrajo en enero en 1,1 por ciento anual, básicamente por efecto de una reducción de las inversiones en capital fundamental, el comercio minorista y una caída récord en los sectores de la construcción y la industria manufacturera.

Disminuyeron asimismo otros indicadores como la producción industrial (1,7) y la extracción de minerales en 0,5 por ciento.

El analista Alexander Dmitriev previno de otra oleada a la baja en el sector productivo, en marzo y abril.

A la par, continúa la sangría de las reservas internacionales a un ritmo sin precedentes desde 2008.

Solo en febrero, Rusia perdió 15.987 millones de dólares de sus activos estratégicos en divisas, oro y títulos, cuyo valor totalizó al cierre de mes 360.221 millones, acorde con un reporte reciente del Banco Central. Se trata del mínimo histórico desde marzo de 2007.

Al 1 de enero las arcas en divisas ascendían a 385.460 millones y un año antes se habían remontado a 510.500 millones de dólares.

En cuanto a la fuga de capitales, el Ejecutivo calcula un flujo al exterior de alrededor de los 115.000 millones de dólares, frente a 151.500 millones en 2014.

Para la vicepresidenta primero del Banco Central, Ksenia Yudaeva, la cifra no es comparable con los ritmos de 2008, pero consideró necesario un control del Estado sobre el movimiento del capital.

Este mes el Ejecutivo debe someter a escrutinio del parlamento la propuesta del presupuesto del trienio en tiempos de crisis, cuyo borrador contempla un déficit de 3,8 por ciento del PIB en 2015 y una sensible poda de los gastos en casi todos los rubros.

Un balance negativo de los meses en curso, con estadísticas en rojo, y un rublo apenas recuperándose, arrojan contradicciones sobre las perspectivas de una pronta reanimación de la economía rusa, dependiente de los mercados de hidrocarburos.

Mientras, como asignatura pendiente emerge el programa de desarrollo innovador de Rusia, que permitirá reducir la dependencia de las materias primas y la industrialización clave en estos tiempos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario