LONDRES.- Un euro cercano a la paridad con
el dólar, el rendimiento de la deuda casi a cero, las bolsas europeas,
pletóricas. El plan de reactivación lanzado el lunes por el BCE
ha alterado los mercados financieros.
Las
plazas financieras esperaban desde hace meses las inyecciones masivas
de dinero del Banco Central Europeo en el marco de su programa de compra
de activos sin precedentes: 60.000 millones de euros mensuales hasta
septiembre de 2016, en total, 1,14 billones para el sistema financiero.
El día que entró en vigor, el lunes, el BCE reiteraba su deseo de permanecer "neutro".
Pero
menos de una semana después, los efectos, pese a que ya se habían
anticipado, no se han hecho esperar. Y la tendencia que ha llegado de la
mano de este programa de expansión cuantitativa 'QE' europeo parece
duradera.
"El BCE realmente ha cambiado la situación de los
mercados", dice Christopher Dembik, economista en el Banco Saxo.
"Hay
una nueva normalidad con las tasas de los créditos vecinas a cero y los
mercados han entrado en una fase de exuberancia irracional relacionada
con la política monetaria acomodaticia" del BCE, tras la de la Reserva
Federal estadounidense, explica.
"Las lecciones de los primeros
días hacen pensar que habrá una ampliación neta de los movimientos ya
engendrados por la perspectiva de este 'QE'", subraya por su parte
Patrick Jacq, experto del mercado de la deuda del BNP Paribas.
El
primer efecto espectacular ha sido la caída del euro, iniciada ya con
los primeros rumores de un programa europeo de expansión cuantitativa a
principios del verano pasado y que se ha acelerado en los últimos días,
hundiendo la moneda única al nivel de marzo de 2003, que la acerca a la
paridad con el dólar.
El rendimiento que pagan los grandes países
europeos, que estaba bajo presión desde hace meses, por la deuda marca
cada día nuevos mínimos.
La referencia del mercado de la deuda
soberana, el famoso Bund alemán a diez años, se situó en el 0,186% el
jueves. Y todos las tasas de interés para préstamos por menos de seis
años son negativas.
Paralelamente, los índices bursátiles se han disparado y, en el caso del Dax alemán, ha alcanzado cumbres históricas.
En
cambio, en el caso de los mercados de fuera de la zona euro, como Wall
Street o Tokio, han registrado sesiones difíciles los días que el euro
caía seriamente.
En este punto, los expertos identifican pocos factores susceptibles de invertir la tendencia.
Más
allá de la subida, surge el problema de la "total desconexión del
precio del mercado con los fundamentales de los países y las empresas",
alerta Dembik.
Aunque el BCE buscaba algunos efectos, como la
caída del euro, sigue en pie el interrogante sobre la eficacia para la
economía.
"El impacto para la economía seguirá siendo relativamente
débil en términos de crecimiento", dice Dembik, y el "proceso para que
las empresas empiecen a recuperar partes de mercado que llevarían a la
contratación es muy largo, dos o tres años como mínimo".
"Uno de
los efectos que se pretende, que los bancos concedan más créditos,
tomará tiempo", dice por su parte Jacq. "En cambio, en términos de pura
especulación, es el buen momento", dice Dembik.
Una oportunidad
que no ha escapado a los inversores del otro lado del Atlántico, que en
los últimos meses "han invertido 70.000 millones en activos europeos, de
ellos el 38% por empresas estadounidenses", dice Pascale Seivy,
responsable del consejo de inversiones del banco Pictet. "Se aprovechan
del euro bajo para salir de compras en Europa", agregó.
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