MADRID.- La comisaria de Comercio,
Cecilia Malmström, ha pedido este viernes "unidad" y apoyo de los
responsables políticos españoles a las negociaciones del tratado de
libre comercio entre la UE y los Estados Unidos (TTIP, por sus siglas en
inglés) que, ha asegurado, no rebajará las exigencias de protección
europeas ni socavará la capacidad de los estados miembros para legislar
en defensa del interés general.
La política sueca ha afirmado que si el TTIP
llega a buen puerto tendrá tres consecuencias positivas: "grandes
beneficios" económicos y en creación de empleo, menos trabas
burocráticas para los intercambios comerciales "sin reducir los
estándares" de seguridad y calidad, y un "fortalecimiento" de las
relaciones trasatlánticas en torno a valores como los Derechos Humanos o
la Democracia.
"Así tendremos más influencia
en el mundo. El papel relativo de Europa en el mundo actual está
disminuyendo, y tenemos que encontrar aliados para defender estos
valores", ha subrayado Malmström, que reconoce que las negociaciones
"avanzan pero son difíciles" y que hace falta "la mayor unidad posible
en el lado europeo", con los responsables políticos nacionales
cumpliendo un papel esencial de contacto y diálogo con los ciudadanos.
Preguntada por los plazos de las negociaciones, ha recordado que
hay previstas sendas rondas de negociación en abril y julio, y que
espera que en septiembre se pueda "entrar realmente en el ámbito más
político", una vez el Congreso estadounidense apruebe la autorización al
Gobierno para ello.
En cualquier caso, el objetivo es "concluir antes de que acabe" el
mandato de Barack Obama en 2017, para evitar mayores retrasos. "Pero
para mí, que tengo la responsabilidad de finalizar un acuerdo que los
estados miembros puedan aprobar, el contenido es más importante que la
rapidez", ha precisado.
Consciente de los asuntos en los que el TTIP despierta más
recelos, la comisaria ha asegurado que "no se socavará la capacidad" de
los estados para "regular y proteger el interés nacional" ni se
reducirán los derechos laborales, ya que no se plantea una
"armonización", aunque sí se trabaja para que se incluya el "espíritu"
de los principales convenios de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) --incluso los que Estados Unidos no ha ratificado-- en el
acuerdo final.
"Sólo cooperaremos en temas regulatorios donde tenemos los mismos
objetivos. No va a haber una armonización, sino un reconocimiento mutuo
de algunos estándares en una docena de sectores donde el nivel de
protección es muy elevado pero técnicamente distinto. Y en lo que no
haya acuerdo no se tocará", ha insistido, poniendo como ejemplo de lo
que seguro quedará fuera del acuerdo las reglas sobre hormonas en la
carne o los organismos genéticamente modificados.
Tampoco se permitirá que los sistemas de protección de las
inversiones sean un impedimento para que los gobiernos nacionales puedan
tomar las decisiones que crean mejores para el interés general, otro de
los asuntos que más polémica provoca por la posible inclusión en el
TTIP del mecanismo ISDS, que permite a las multinacionales denunciar a
los estados cuando sus regulaciones les perjudican.
"El nuevo enfoque (de la protección de las inversiones) que
queremos dar tendrá límites claros sobre que los estados miembros pueden
hacer leyes para proteger a sus ciudadanos, y las empresas no podrán
impugnarlas ni aquí ni en Estados Unidos", ha afirmado tajantemente.
Malmström ha aclarado asimismo que el sector audiovisual, la
protección de datos y los servicios públicos que actualmente no estén
abiertos a la competencia quedarán excluidos del acuerdo de libre
comercio. Con respecto al último caso, ha asegurado que "serán los
responsables nacionales los que decidan si algún sector se abre al
sector privado, de ninguna manera se van a forzar las privatizaciones".
En ámbitos sensibles como el agrario, donde los modelos son muy
diferentes, se trabajará para dar acceso a ciertos productos europeos
--queso, vino, chocolate, cerveza, etc.-- que tienen aranceles muy altos
en el mercado americano, pero igualmente habrá que abrir las puertas a
otros productos que lleguen desde Estados Unidos.
"El objetivo es llegar a cero aranceles, excepto en algunos
sectores muy sensibles. Hay algunas excepciones que estamos negociando,
pero lo que está prohibido en Europa seguirá prohibido", ha subrayado,
recordando que toda negociación es un "dar y tomar".
Malmström también ha aplaudido el creciente interés público que
estas negociaciones despiertan, que obliga a los dirigentes públicos a
"demostrar que no hay secretos ni conspiraciones" mediante una mayor
transparencia. Por eso, ha añadido, la Comisión ha colgado en Internet
"casi toda" la documentación sobre las propuestas en discusión y las
posiciones comunes, "para que la gente pueda ver qué se negocia y qué
no".
No obstante, ha reconocido que "hay algunas cosas que no se pueden
negociar delante de las cámaras" y que las posiciones estadounidenses
no pueden ser publicadas por la UE. "Pero estamos en discusiones para
ver qué hacer cuando tengamos capítulos listos", ha apostillado.
"Estamos comprometidos a debatir, a escuchar a todos los que
quieran aportar", ha insistido, citando al escritor francés Joseph
Joubert, quien dijo que "es mejor debatir un asunto sin resolverlo, que
resolver un asunto sin debatirlo", y al filósofo español José Ortega y
Gasset, que aseguró que "hay tantas realidades como puntos de vista".
"Nuestro deber es escuchar a todos. El TTIP aportará beneficios
sólo si tenemos éxito en la negociación. Afectará a mucha gente, y no
podemos fallar. Necesitamos la participación de todos a través de un
debate político basado en hechos, no en mitos", ha zanjado, avanzando
que habrá un informe sobre el impacto del acuerdo en los países vecinos
de la UE, aunque las "primeras señales" no avanzan grandes cambios.
Cecilia Malmström también ha aprovechado para referirse a las relaciones comerciales de la UE
con Latinoamérica, que han "avanzado mucho" desde el año 2000 pero que
exigen modernizar algunos de los acuerdos más antiguos, avanzar en la
negociación de otros nuevos, y vigilar de que su aplicación se hace
"correctamente".
En concreto, ha avanzado que entre la primavera y el verano la CE
iniciará negociaciones para revisar los acuerdos con México y Chile, con
la intención de incluir en las discusiones "áreas nuevas como los
servicios, las inversiones, las indicaciones geográficas protegidas o la
contratación pública".
Igualmente, Bruselas quiere "avanzar" en las relaciones con
Brasil, Argentina y Paraguay a través del Mercosur, para lo cual hace
falta "una señal clara, sobre todo de Brasil, de que están dispuestos a
eliminar aranceles y barreras, y de que permitirán la participación de
empresas europeas en las licitaciones públicas".
Malmström también ha pedido a los parlamentarios españoles que
informen sobre las preocupaciones o posibles temas de negociación que se
podrían abrir con Colombia, Perú y el resto de países de Centro
América, aprovechando su contacto más estrecho con dichos estados.
Finalmente, ha reconocido que las conversaciones sobre un acuerdo
de colaboración con Cuba "avanzan" y que habrá un capítulo sobre
derechos humanos. Con respecto a las relaciones comunitarias con África,
la comisaria ha indicado que dentro de un mes se iniciarán las
conversaciones para un acuerdo integral con Marruecos, Túnez y Jornada,
en el marco de la política de vecindad en el Mediterráneo.
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