PARÍS.- La mayoría de los jóvenes franceses son pesimistas sobre la situación
laboral en un país donde la tasa de desocupación se mantiene en torno
al 10 por ciento, mostró hoy un sondeo.
La pesquisa, elaborada por el Instituto OpinionWay para algunas
entidades, arrojó que el 80 por ciento de los menores de 25 años se
sienten desesperanzados en relación con la situación del empleo.
La desconfianza aumentó entre los que están buscando ubicación. Según el estudio, seis de casa 10 jóvenes no descarta la posibilidad de dejar Francia para encontrar trabajo.
El Instituto Nacional de Estadística reportó recientemente que el elevado desempleo se confirma como una de los principales problemas de esta nación europea.
La entidad detalló que en los tres últimos meses del año precedente, la encuesta de población activa arrojó 36.000 desempleados más.
La tasa de paro subió entre los que tienen entre 25 y 49 años, al tiempo que sigue siendo muy elevada en los menores de 25 años. En ese grupo poblacional se situó en 23,7 por ciento.
Para los próximos trimestres, el Instituto pronosticó un incremento de la cesantía.
El Ministerio de Trabajo comunicó que el índice de desempleo, con un alza casi continua desde hace tres años, retrocedió en enero un ligero 0,5 por ciento.
La cantidad de desocupados se ubicó en 3,48 millones, la cuarta disminución del medidor en 33 meses de mandato del presidente François Hollande.
Analistas y sindicatos también se mantienen prudentes al apuntar que es necesario una disminución sostenida del número de cesantes para poder comenzar a hablar de una recuperación del mercado laboral.
Desde su llegada al poder en mayo de 2012, Hollande prometió revertir la curva ascendente del paro. Empero no ha podido solucionar uno de los problemas que más golpea a las personas.
Si se tienen en cuenta el número de individuos que tienen una actividad reducida y estaban también en busca de trabajo, la cifra se eleva supera las cinco millones de personas, por lo que los expertos señalan una precarización de la ocupación.
También vinculan la situación del mercado laboral al estancamiento del Producto Interno Bruto como consecuencia de las medidas de austeridad aplicadas en la Eurozona para intentar contener el incremento del déficit y la deuda pública.
La desconfianza aumentó entre los que están buscando ubicación. Según el estudio, seis de casa 10 jóvenes no descarta la posibilidad de dejar Francia para encontrar trabajo.
El Instituto Nacional de Estadística reportó recientemente que el elevado desempleo se confirma como una de los principales problemas de esta nación europea.
La entidad detalló que en los tres últimos meses del año precedente, la encuesta de población activa arrojó 36.000 desempleados más.
La tasa de paro subió entre los que tienen entre 25 y 49 años, al tiempo que sigue siendo muy elevada en los menores de 25 años. En ese grupo poblacional se situó en 23,7 por ciento.
Para los próximos trimestres, el Instituto pronosticó un incremento de la cesantía.
El Ministerio de Trabajo comunicó que el índice de desempleo, con un alza casi continua desde hace tres años, retrocedió en enero un ligero 0,5 por ciento.
La cantidad de desocupados se ubicó en 3,48 millones, la cuarta disminución del medidor en 33 meses de mandato del presidente François Hollande.
Analistas y sindicatos también se mantienen prudentes al apuntar que es necesario una disminución sostenida del número de cesantes para poder comenzar a hablar de una recuperación del mercado laboral.
Desde su llegada al poder en mayo de 2012, Hollande prometió revertir la curva ascendente del paro. Empero no ha podido solucionar uno de los problemas que más golpea a las personas.
Si se tienen en cuenta el número de individuos que tienen una actividad reducida y estaban también en busca de trabajo, la cifra se eleva supera las cinco millones de personas, por lo que los expertos señalan una precarización de la ocupación.
También vinculan la situación del mercado laboral al estancamiento del Producto Interno Bruto como consecuencia de las medidas de austeridad aplicadas en la Eurozona para intentar contener el incremento del déficit y la deuda pública.
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