lunes, 16 de marzo de 2015

La gran apuesta de Arabia Saudí está logrando dañar a su competencia

BARCELONA.- El desplome del precio del petróleo desde el verano de 2014, que todavía se sitúa en el 45%, a pesar del leve repunte de las últimas semanas, responde, sobre todo, a factores de oferta. En particular, destaca el cambio de estrategia de Arabia Saudí, que, en un entorno de producción mundial creciente, ha dejado de ejercer su papel de «productor de equilibrio» (swing producer) con la finalidad de desbancar a nuevos competidores, según un informe de coyuntura del Servicio de Estudios de 'La Caixa'.

Durante los úl­timos años, Arabia Saudí se ha va­lido de su po­si­ción pri­vi­le­giada para ac­tuar como swing pro­ducer y man­tener la oferta mun­dial de pe­tróleo acorde con la de­manda del mo­mento, lo que ha fa­vo­re­cido la es­ta­bi­lidad de los pre­cios. Sin em­bargo, en el con­texto ac­tual de in­cre­mento de oferta, el má­ximo pro­ductor de la OPEP ha de­ci­dido no re­bajar su pro­duc­ción, lo cual ha re­per­cu­tido cla­ra­mente en la re­baja de los pre­cios, algo que puede asumir fá­cil­mente dados sus bajos costes de ex­trac­ción.
Esta es una baza que no todos los países pro­duc­tores de crudo pueden ju­gar. Con los pre­cios ac­tua­les, una parte de la oferta no re­sulta ren­ta­ble, lo cual de­bería con­tri­buir a una pau­la­tina subida del precio del pe­tró­leo, puesto que los pro­duc­tores más afec­tados por la menor ren­ta­bi­lidad re­cor­tarán sus in­ver­sio­nes, lo que ge­ne­rará una re­duc­ción de la oferta a medio plazo. Cabe tener en cuenta que el coste de pro­duc­ción del pe­tróleo de­pende tanto de la re­gión como del tipo de ex­trac­ción: el pe­tróleo más ba­rato de ex­traer es, pre­ci­sa­mente, el con­ti­nental de Oriente Medio, se­guido a cierta dis­tancia por el ma­rino de pla­ta­forma y por el pe­tróleo ruso con­ti­nen­tal. Entre los más caros está el pe­tróleo shale o de es­quisto nor­te­ame­ri­cano. Según es­ti­ma­ciones de Rystad Energy, el precio medio que ren­ta­bi­liza la ex­plo­ta­ción del shale se sitúa en los 62 dó­lares por ba­rril, una cifra 2,5 veces su­pe­rior a la de Arabia Saudí. Unos pre­cios inusual­mente bajos du­rante un pe­riodo pro­lon­gado cas­ti­ga­rían se­ria­mente la pro­duc­ción de crudo shale en EE. UU.
¿Está con­si­guiendo Arabia Saudí eli­minar a sus com­pe­ti­do­res? Pues pa­rece ser que sí. En EE. UU. el nú­mero de pla­ta­formas pe­tro­lí­feras en fun­cio­na­miento ha caído hasta mí­nimos desde 2011. Asimismo, el nú­mero de li­cen­cias de ex­plo­ta­ción shale tam­bién se ha re­du­cido, desde las cerca de 3.000 men­suales que se con­ce­dían en sep­tiembre de 2014 hasta las 1.500 en di­ciembre de 2014.
De ma­nera más ge­ne­ral, las grandes em­presas pe­tro­leras han anun­ciado re­cortes en sus in­ver­siones por valor del 20%. Este anuncio en­caja con la re­ti­rada de nu­me­rosos pro­yectos de pros­pec­ción en la zona ár­tica, donde to­davía no se ex­plota el crudo exis­tente por su alto coste de ex­trac­ción.
En de­fi­ni­tiva, es de es­perar que el precio del pe­tróleo se vaya re­cu­pe­rando poco a poco ante las me­nores in­ver­siones de ca­pital por parte de las em­presas ener­gé­ti­cas. Con todo, no po­demos des­cartar algún que otro nuevo so­bre­salto en el pre­cio, en es­pe­cial, en un con­texto de al­ma­ce­naje que ha au­men­tado de ma­nera no­table re­cien­te­mente.

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