LONDRES.- La agencia de calificación
crediticia Fitch Ratings cree que aún es posible que Grecia abandone la
eurozona, lo que tendría un "significativo" impacto en la unión
monetaria, pero considera improbable que su marcha desencadene una
"crisis sistémica" como la de 2012 o la salida de otro país en el corto
plazo.
En un informe, la agencia considera que el riesgo inmediato de que
Grecia abandone la eurozona, denominado 'Grexit', se ha reducido tras
el acuerdo alcanzado el pasado mes entre el Gobierno de Alexis Tsipras y
sus acreedores oficiales.
Sin embargo, Fitch Ratings advierte de que la postura
"intransigente" adoptada por ambas partes justo antes del acuerdo
subraya la posibilidad de que se produzca un futuro fracaso político.
"'Grexit' no es nuestro escenario base, pero seguirá siendo un
riesgo mientras tienen lugar las negaciones sobre los detalles y con el
Gobierno griego intentando mantener el apoyo interno para el acuerdo que
alcance", añadió.
En este contexto, recuerda que Europa ha desarrollado mecanismos
para evitar el contagio a otros países, por lo que las dudas sobre la
solvencia de otros soberanos son menos pronunciadas que en 2012.
"Una
reacción en cadena que vaya de 'Grexit' a la ruptura final del bloque
es, por lo tanto, improbable", agrega.
La agencia prevé un impago de al menos una parte de la deuda
helena, pero remarca que la exposición de otros soberanos a través del
fondo de rescate es "limitada" y los ratios de deuda respecto al PIB no
se verían afectados directamente.
En esta línea, cree que los costes para los soberanos derivados de
un posible impago de los bonos en manos del Banco Central Europeo (BCE)
y el Banco de Grecia serían "manejables" y que el impacto en los bancos
internacionales sería "limitado", dado que ya participaron en la quita
de 2012.
Asimismo, la agencia considera que es "complicado" predecir cuál
sería la reacción del mercado. "Si los diferenciales de la periferia
aumentan con fuerza, las dinámicas de deuda gubernamentales podrían
verse dañadas", admitió.
Por otro lado, apunta que la eventual salida de Grecia demostraría
que formar parte de la unión monetaria requiere aceptar una postura
fiscal estricta y reformas impopulares para crear una economía capaz de
ajustarse a nivel interno.
En su opinión, no hay otro obvio candidato para que abandone la
unión monetaria, pero en el medio plazo habría un mayor riesgo de salida
de los países donde el compromiso reformista se debilite.
"En cambio,
'Grexit' también podría estimular el fortalecimiento de las
instituciones de la eurozona y, en consecuencia, la unión monetaria",
añade.
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