WASHINGTON.- Los crecientes lazos
económicos entre Corea del Sur y Latinoamérica y el Caribe han
beneficiado de forma extraordinaria la región, pero la relación
transpacífica puede crecer aún más si se eliminan barreras comerciales y
a las inversiones, indicó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En un reciente informe, el BID destacó que el comercio bilateral
entre Corea del Sur y la región de Latinoamérica y el Caribe (LAC), ha
crecido a una media del 17 % anual desde 1990 hasta alcanzar 54.000
millones de dólares en 2014.
Esta cifra es superior a la tasa de crecimiento del comercio de LAC
con Japón, que en el mismo periodo aumentó una media del 7 %, y el
conjunto del este de Asia, donde se situó en el 14 % anual.
El informe "Impulsando una relación diversa y dinámica" también
destaca que las inversiones directas surcoreanas en la región han
seguido una pauta similar de crecimiento: desde 2003 el flujo de
inversiones se ha situado en 10.300 millones de dólares.
La publicación del informe se produce una semana antes de que se
inicie en la ciudad surcoreana de Busán la reunión anual del BID, a la
que asistirán los gobernadores de la institución, cita que incluirá una
Cumbre Empresarial Corea-LAC.
Aunque las cifras palidecen en comparación los 289.000 millones de
dólares de comercio bilateral que LAC registró con China en 2013,
Mauricio Moreira, asesor económico principal del BID para el Sector de
Integración y Comercio, dijo a Efe que Corea del Sur está jugando un
papel fundamental en el desarrollo de la región.
"La relación con Corea ha crecido bastante, especialmente en los
últimos 15 años. En parte gracias a las exportaciones de materias primas
al país asiático. Pero la relación con Corea del Sur es más
diversificada que con China", dijo Moreira.
El economista del BID destacó que, a diferencia de lo que ha pasado
con China, LAC exporta a Corea del Sur no sólo materias primas sino
también una buena cantidad de productos manufactureros.
Y lo que es más importante, las empresas surcoreanas han invertido una creciente cantidad de dinero en la región.
"El comercio con China explotó, pero no pasó lo mismo con la
inversión directa, al menos en un principio. Pero en el caso de Corea
del Sur, comercio e inversiones crecieron de forma paralela. Y lo que es
más positivo, el 80 % de esas inversiones directas están siendo
destinadas al sector manufacturero", explicó el economista.
"Eso ha ayudado a la región a diversificar su estructura productiva y
sus propias exportaciones, lo que todavía no se ve en la relación con
China, donde el 80 % de sus inversiones directas en la región están
destinadas a minería y agricultura, y muy poco a la manufactura",
continuó.
Moreira añadió un elemento adicional que multiplica el valor para
Latinoamérica y el Caribe de la implicación económica de Corea del Sur
más allá de las frías cifras de ventas.
"En términos de escala, el impacto del comercio con China fue más
significativo. Pero en términos de calidad, el impacto de Corea del Sur
ha sido más provechoso porque nos ha permitido exportar productos de más
calidad y sofisticados y al mismo tiempo se ha producido una
transferencia de tecnología muy importante", sostuvo.
Aun así, existe un gran desequilibrio en la relación, ya que el 80 %
del comercio bilateral son exportaciones surcoreanas a Latinoamérica y
el Caribe.
Pero Moreira considera que la relación de LAC con Corea del Sur es un
motivo de "esperanza" de que los vínculos comerciales de la región con
los otros gigantes asiáticos, China y Japón, "pueden ser más
diversificados".
Como subraya el informe, "para LAC, el comercio con Corea proporciona
la oportunidad de participar en comercio intra-industrial con
fabricantes surcoreanos de alta tecnología y categoría mundial a la vez
que añade valor a los productos agrícolas y mineros gracias al elevado
PIB per cápita de Corea".
El economista del BID también cree que "la clave para seguir
mejorando la relaciones con Corea del Sur es aumentar la diversificación
y, sobre todo, reducir las barreras comerciales".
Algo que se ha iniciado con los tratados de libre comercio firmados
por Seúl con Chile, Perú y Colombia, aunque Moreira recordó que siguen
existiendo muchas trabas arancelarias con Argentina y Brasil.
En este sentido, el informe refleja que el desequilibrio comercial ha
empezado a aminorarse, aunque sea levemente, ya que desde 2003 las
ventas de la región han aumentado un poco más, un 16 % anual de media,
que las exportaciones surcoreanas a LAC, con un crecimiento del 14 %.
En este aspecto, México y Brasil son los principales importadores de
productos surcoreanos, el primero con un 41,4 % del total de ventas de
Corea del Sur en la región, y el segundo con un 23,5 %.
Por detrás de estos dos países se sitúan Chile (8,4 %), Perú (3,6 %) y Colombia (3,1 %).
El panorama cambia en cuanto a los cinco principales países en
exportaciones a Corea del Sur: Chile (32,9 %), Brasil (29,5 %), México
(9,2 %), Perú (9,1 %) y Argentina (6,6 %).
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