MOSCÚ.- Complementariedad científica y transferencia tecnológica en ambas
direcciones para crear productos innovadores constituyen hoy los
resultados principales de la asociación estratégica integral sellada
aquí en la semana que concluye por Rusia y Argentina.
Tras suscribir en el Kremlin una declaración conjunta sobre ese tipo de
alianza con su par y anfitrión, Vladimir Putin, la presidenta Cristina
Fernández aseguró ante la prensa que constituye una manera muy
particular de conmemorar el aniversario 130 de las relaciones
bilaterales.
Los mandatarios, además, presenciaron la firma de otros nueve documentos de colaboración sobre energética, agricultura, pesca y acuicultura, construcción de una central electronuclear y transferencia tecnológica en el uso pacífico del átomo, sector industrial, cultural y humanitario.
Igualmente, fueron rubricados los planes de acción en cooperación económica y el previsto para concretar la asociación estratégica integral, así como un compromiso de confidencialidad sobre colaboración en el área de la cooperación técnico-militar.
Según Fernández, más de 4.400 megavatios de electricidad en su país (20 por ciento del consumo total) son de origen ruso, por lo cual consideró que existe una larga tradición entre ambos países, en la producción y generación energética.
Mencionó como otro paso estratégico la firma de otro documento para con respaldo de Moscú construir el sexto bloque de la central electronuclear de Atucha.
Argentina es líder de esta esfera en Latinoamérica, y además es firmante del Tratado de Tlatelolco para la Proscripción de las Armas Nucleares en la región y de las salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica, lo cual brinda un adecuado marco de confianza a la contraparte rusa.
Putin, por su parte, destacó que los acuerdos alcanzados permiten a Argentina tener acceso a las tecnologías modernas rusas correspondientes al enriquecimiento de uranio, de acuerdo con los requerimientos de seguridad más estrictos.
Sobre el particular, el ministro de Planificación de la nación rioplatense, Julio de Vido, anticipó que se avanza en la precisión de una oferta rusa para edificar un reactor nuclear de mil 200 megawats de potencia.
De Vido significó que en su encuentro con el titular de Rosatom, Serguei Kiriyenko, abordó el interés de Buenos Aires de continuar los avances en el uso pacífico del átomo, diversificar la matriz energética y ganar soberanía en este campo.
En sus declaraciones, el ministro detalló el contenido de los convenios, los cuales prevén la provisión de uranio metálico, otro para el suministro de elementos combustibles para alimentar reactores atómicos y un tercero sobre intercambio de información y transferencia de tecnología.
Argentina tiene gran desarrollo en materia de combustible, sobre todo uranio de pobre enriquecimiento, pero se adentra ahora en la fase de los reactores con uranio enriquecido, y encuentra la adecuada complementariedad en Rusia.
Durante el Foro empresarial ruso-argentino llevado a cabo durante la visita, llamó la atención de los participantes cómo el proceso de reindustrialización del país suramericano en la última década transcurrió sin privatizar las exportaciones.
Al intervenir, la mandataria enfatizó en que no fueron reprivatizadas las exportaciones argentinas, como sucedió en buena parte del continente, y proclamó que además de tener industria y desarrollar infraestructura, este año Argentina tendrá la cosecha de granos más importante de su historia con 115 millones de toneladas.
Precisamente, las tecnologías argentinas en la agricultura constituyen puntos de atracción para las empresas rusas, y confirman la fortaleza de la complementariedad en la nueva asociación estratégica integral.
Al resumir los resultados de 48 horas de negociaciones en Rusia, la ministra argentina de Industria, Débora Giorgi, expresó satisfacción.
"Avanzamos en la integración bilateral, la transferencia de tecnología en un crecimiento conjunto para ambos pueblos", concluyó la experta en análisis de potencialidades y amenazas en procesos integracionistas en el comercio para la industria, tanto general como sectorial.
Los mandatarios, además, presenciaron la firma de otros nueve documentos de colaboración sobre energética, agricultura, pesca y acuicultura, construcción de una central electronuclear y transferencia tecnológica en el uso pacífico del átomo, sector industrial, cultural y humanitario.
Igualmente, fueron rubricados los planes de acción en cooperación económica y el previsto para concretar la asociación estratégica integral, así como un compromiso de confidencialidad sobre colaboración en el área de la cooperación técnico-militar.
Según Fernández, más de 4.400 megavatios de electricidad en su país (20 por ciento del consumo total) son de origen ruso, por lo cual consideró que existe una larga tradición entre ambos países, en la producción y generación energética.
Mencionó como otro paso estratégico la firma de otro documento para con respaldo de Moscú construir el sexto bloque de la central electronuclear de Atucha.
Argentina es líder de esta esfera en Latinoamérica, y además es firmante del Tratado de Tlatelolco para la Proscripción de las Armas Nucleares en la región y de las salvaguardias del Organismo Internacional de Energía Atómica, lo cual brinda un adecuado marco de confianza a la contraparte rusa.
Putin, por su parte, destacó que los acuerdos alcanzados permiten a Argentina tener acceso a las tecnologías modernas rusas correspondientes al enriquecimiento de uranio, de acuerdo con los requerimientos de seguridad más estrictos.
Sobre el particular, el ministro de Planificación de la nación rioplatense, Julio de Vido, anticipó que se avanza en la precisión de una oferta rusa para edificar un reactor nuclear de mil 200 megawats de potencia.
De Vido significó que en su encuentro con el titular de Rosatom, Serguei Kiriyenko, abordó el interés de Buenos Aires de continuar los avances en el uso pacífico del átomo, diversificar la matriz energética y ganar soberanía en este campo.
En sus declaraciones, el ministro detalló el contenido de los convenios, los cuales prevén la provisión de uranio metálico, otro para el suministro de elementos combustibles para alimentar reactores atómicos y un tercero sobre intercambio de información y transferencia de tecnología.
Argentina tiene gran desarrollo en materia de combustible, sobre todo uranio de pobre enriquecimiento, pero se adentra ahora en la fase de los reactores con uranio enriquecido, y encuentra la adecuada complementariedad en Rusia.
Durante el Foro empresarial ruso-argentino llevado a cabo durante la visita, llamó la atención de los participantes cómo el proceso de reindustrialización del país suramericano en la última década transcurrió sin privatizar las exportaciones.
Al intervenir, la mandataria enfatizó en que no fueron reprivatizadas las exportaciones argentinas, como sucedió en buena parte del continente, y proclamó que además de tener industria y desarrollar infraestructura, este año Argentina tendrá la cosecha de granos más importante de su historia con 115 millones de toneladas.
Precisamente, las tecnologías argentinas en la agricultura constituyen puntos de atracción para las empresas rusas, y confirman la fortaleza de la complementariedad en la nueva asociación estratégica integral.
Al resumir los resultados de 48 horas de negociaciones en Rusia, la ministra argentina de Industria, Débora Giorgi, expresó satisfacción.
"Avanzamos en la integración bilateral, la transferencia de tecnología en un crecimiento conjunto para ambos pueblos", concluyó la experta en análisis de potencialidades y amenazas en procesos integracionistas en el comercio para la industria, tanto general como sectorial.
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