WASHINGTON.- Los países del G-20 aprovecharon
una reunión en Washington en las últimas horas para fijar lineamientos a Grecia,
presionada a emprender reformas a cambio de ayuda financiera, mientras
la tragedia de Atenas crea pánico en los mercados.
Los ministros
de Finanzas y presidentes de bancos centrales de las veinte mayores
economías del mundo, reunidos en Washington para la cita primaveral del
Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), ignoraron
por completo la situación de Grecia durante su reunión formal: ni una
palabra sobre ese país en su comunicado final.
Pero no dejaron de
hablar del tema en numerosas discusiones bilaterales. El secretario del
Tesoro estadounidense, Jack Lew, advirtió que un fracaso sobre el
paquete de reformas para Atenas crearía "incertidumbre" en Europa y el
resto del mundo.
Según un comunicado del Tesoro, Lew pidió a los ministros de Finanzas de la eurozona buscar "una salida constructiva".
El
presidente estadounidense Barack Obama se unió al coro y urgió a Grecia a implementar reformas y reducir su burocracia.
"Debes
demostrar a aquellos que te están dando crédito y apoyando tu sistema
bancario que estás tratando de ayudarte a ti mismo", señaló Obama.
Grecia
y sus acreedores internacionales se encontraron el sábado en Bruselas
para discutir el programa de pago de su deuda y las reformas que debe
adoptar a cambio de 7.200 millones de euros en fondos que necesita
urgentemente, antes de una reunión ministerial el 24 de abril en
Letonia.
Pero la caída de las bolsas en Estados Unidos y Europa
refleja que los inversionistas están muy preocupados por el fracaso de
un acuerdo.
En Nueva York, el S&P 500 cayó 1,1%, el DAX 30 alemán cayó 2,6% y en París el CAC 40 perdió 1,6%.
El
director para América Latina del FMI, Alejandro Werner, aprovechó la
jornada para reiterar la solidez financiera de la región ante una
eventual regularización de la política monetaria estadounidense.
Las
economías latinoamericanas, que entran en un periodo de crecimiento muy
moderado, podrán disfrutar "en los próximos dos años un ambiente
financiero significativamente laxo", afirmó.
En una rueda de
prensa, Werner señaló que aunque el aumento esperado de las tasas de
interés en Estados Unidos dispararía "volatilidad" en los mercados
latinoamericanos, en general la región "tiene las herramientas para
soportar" esos períodos.
Tras disfrutar de una década de altos
precios de commodities y condiciones financieras favorables, la mayoría
de los países -a los que no nombró- tienen metas reales de inflación,
importantes reservas internacionales y sistemas financieros sólidos,
dijo Werner.
En otra conferencia, ministros latinoamericanos y
expertos para la región de los organismos mundiales coincidieron en la
necesidad de impulsar reformas para navegar el clima de desaceleración
económica.
"Creo que la lección clave es que para avanzar es
necesario ceder en algo. Eso, o continuamos con las reformas para cubrir
las diferencias creadas por el crecimiento acelerado, o crecemos
menos", dijo Alonso Segura, ministro de Economía de Perú.
Los
países deben tener paciencia para alcanzar "consensos políticos o
sociales, pero creo que es el único camino hacia adelante", comentó el
responsable, cuyo país hilvana 16 años continuados de crecimiento, con
promedio anual de 6% en la última década.
En un informe publicado
este viernes, el Banco Mundial insistió a los países latinoamericanos
que dejen de buscar impulsos al crecimiento en factores externos y
"prestar atención a los motores internos para mantener el crecimiento".
Cada
país debe estudiar que "combinación de reformas" le conviene para
mantener el crecimiento y reducir la pobreza, y adicionalmente mantener
el equilibrio fiscal, concluyo el documento.
La región acumula
cuatro años de desaceleración económica, y según el Fondo Monetario
Internacional registrará un ínfimo 0,9% en 2015 antes de rebotar
levemente a 2,0% en 2016.
Durante
la jornada, Liberia, Guinea y Sierra Leona, los países más afectados
por la epidemia del ébola del año pasado, pidieron a la comunidad
internacional desarrollar un "Plan Marshall" por 8.000 millones de
dólares para ayudar a recuperar sus economías.
En la reunión, el
presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, anunció una ayuda por 650
millones de dólares en los próximos 12 a 18 meses para esos tres países
africanos, un monto adicional a los 1.000 millones ya comprometidos por
el organismo para combatir la epidemia.
El virus mortal deja más de 10.000 muertos, la mayoría en esas naciones.
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