ATENAS.- La situación de la
economía griega se ha deteriorado sensiblemente en los últimos meses,
debido a la incertidumbre prolongada y la falta de acuerdo con los
acreedores, según destaca el informe de expertos de la oficina
presupuestaria del Parlamento publicado hoy.
La fuerte caída de los depósitos, la vuelta a la recesión (tras un
incremento del PIB del 0,8 % en 2014) y el aumento de la morosidad en
los préstamos son algunos de los factores que han conducido a ese
deterioro económico.
Según datos del Banco de Grecia, en marzo el volumen de los depósitos
en bancos griegos alcanzó los 145.000 millones de euros, lo que supone
2.500 millones menos que en el mes precedente.
Por ese motivo, los expertos piden con "urgencia" un acuerdo con las
ahora llamadas "instituciones" (Comisión Europea, Banco Central Europeo y
Fondo Monetario Internacional).
"La situación actual amenaza no solo a las empresas que están al
borde de la quiebra, sino también a las que durante los años de la
crisis han resistido, no han reducido salarios, han pagado impuestos, y
no han efectuado despidos. En breve amenazará a las empresas que se
encuentran en buen estado de salud", destacan los redactores del
informe.
Los expertos consideran que la salida de Grecia del euro sería un
"error histórico en un momento en que la política económica en la
eurozona ha empezado a cambiar en una dirección favorable para el país".
Desde agosto de 2014 Grecia se financia por sí misma y desde febrero
pasado prácticamente solo a través del mecanismo de provisión de
liquidez del Banco Central Europeo.
El BCE decidió hoy elevar en 1.400 millones de euros la cantidad de
dinero que pueden pedir prestado los bancos a través de este mecanismo,
con lo que el límite asciende a un total de 76.900 millones de euros.
Hasta ahora las entidades financieras griegas han utilizado 73.900
millones de euros, por lo que el margen de liquidez que les queda es de
3.000 millones.
El Gobierno griego no ha informado sobre su estado exacto de caja,
pero sí ha reconocido que empieza a tener problemas de liquidez, lo que
le llevó a promulgar un decreto ley que obliga a las entidades públicas a
prestar al Estado sus reservas en efectivo.
El Ejecutivo del primer ministro griego, Alexis Tsipras, espera
recaudar con ellos hasta 3.000 millones de euros para poder con ellos
hacer frente a los gastos inmediatos mientras cierra un acuerdo con sus
socios que permita el desembolso de los 7.200 millones de euros
pendientes del rescate.
En mayo, el país debe devolver dos tramos del préstamo del Fondo
Monetario Internacional por un valor de casi 1.000 millones de euros.
Además debe hacer frente a los desembolsos mensuales de salarios y
pensiones, sanidad y el gasto social, por un total de unos 2.800
millones de euros.
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