jueves, 30 de abril de 2015

La eurozona sale oficialmente de la deflación, pero por poco

BRUSELAS.- La zona euro salió oficialmente de la deflación en abril tras cuatro meses de caída de los precios, una buena noticia para el Banco Central Europeo, aunque varios factores siguen lastrando la inflación, en particular la lenta reducción del desempleo.

La inflación de la unión monetaria fue nula en abril (0,0%), según una primera estimación de la oficina europea de estadísticas Eurostat.
En diciembre había pasado a terreno negativo (-0,2%). La caída de precios se acentuó en enero (-0,6%) antes de reducirse un poco al -0,3% en febrero y al -0,1% en marzo.
Se trata de una buena noticia para el BCE: para luchar contra el riesgo de deflación, marcado por una caída de precios y de salarios que lastra la recuperación económica, inició a principios de marzo un ambicioso programa de 'expansión cuantitativa', que prevé la compra de más de 1 billón de euros de títulos de deuda pública y privada hasta septiembre de 2016, lo que supone una inyección de liquidez en el sistema.
En un informe publicado el jueves, la institución de Fráncfort subraya que las "expectativas de inflación en la zona euro a largo plazo se han recuperado" y considera que puede tratarse del primer éxito de su programa.
El objetivo a medio plazo del BCE es mantener una inflación cercana pero inferior al 2%.
La zona euro puso fin así a cuatro meses de deflación en abril, cuando los precios al consumidor se mantuvieron invariables con respecto a los niveles de hace un año, apuntando a un menor riesgo de una caída persistente de los precios.
La inflación en los 19 países que comparten el euro no registró ninguna variación interanual en abril, como se esperaba, tras un descenso de un 0,1 por ciento en marzo, estimó la oficina de estadísticas Eurostat de la Unión Europea.
El hecho de que la caída de precios haya tocado fondo será previsiblemente una buena noticia para el Banco Central Europeo, que quiere mantener la inflación por debajo, pero cerca, del 2 por ciento a medio plazo. Empezó a imprimir dinero en marzo para inyectar más efectivo en la economía y alejar los temores de una caída persistente de los precios, o deflación.
Los economistas han dicho que la inflación debería ser claramente positiva en la segunda mitad de 2015, cuando la energía sea un menor lastre, ya que los precios del petróleo empezaron a caer bruscamente a partir de junio del año pasado.
De hecho, algunos dicen que el mercado podría empezar a cuestionar si el BCE necesitará llevar a cabo todo su programa de flexibilización cuantitativa hasta septiembre de 2016.
Como en meses anteriores, la debilidad de los precios se debió principalmente a la disminución de los costes de la energía, que fueron un 5,8 por ciento más baratos en abril que hace un año.
La inflación subyacente, que excluye los volátiles precios de la energía y los costes de los alimentos no elaborados, se mantuvo sin cambios en el 0,6 por ciento interanual.
La estimación preliminar de Eurostat para el mes no incluye el dato intermensual.
En otra señal ligeramente positiva para la economía de la zona euro, Eurostat dijo que el número de parados de la zona euro cayó ligeramente en marzo en 36.000 personas, a 18,105 millones.
Sin embargo, la cifra no fue suficiente para variar la tasa de desempleo desde el 11,3 por ciento de febrero. Los economistas esperaban que la tasa cayera a un nuevo mínimo de tres años de un 11,2 por ciento.
El BCE no debe reducir sus esfuerzos, estiman los economistas.

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