ATENAS.- Grecia y sus prestamistas deben
alcanzar un acuerdo de reforma a comienzos de mayo para lidiar con la
necesidad de liquidez de Atenas, dijo el viceprimer ministro Yannis
Dragasakis en una entrevista con un diario griego.
Grecia, marginada de los mercados internacionales y en
conversaciones con sus acreedores de la Unión Europea y del Fondo
Monetario Internacional por un acuerdo propuesto de reformas a cambio de
efectivo, se arriesga a quedarse sin dinero en pocas semanas.
Pero algunos ministros de Finanzas de la zona euro
advirtieron el viernes a su Gobierno de izquierda que no obtendrá nueva
ayuda financiera hasta que acepte completar un plan de reforma
económica.
Atenas debe pagar al Fondo Monetario Internacional casi
1.000 millones de euros (1.100 millones de dólares) en mayo. El país ha
dicho que quiere cumplir con sus obligaciones y que necesita que los
prestamistas le ofrezcan algo a cambio.
"Claramente hay una necesidad potencial e imperativa de
un acuerdo provisorio a ser concluido en los primeros días de mayo, si
no dentro de abril", declaró Dragasakis en una entrevista con el diario
Avgi, portavoz del Gobierno de izquierda del primer ministro Alexis
Tsipras.
"Principalmente pedimos que el actual problema de
liquidez sea reconocido como un problema de responsabilidad común y que
sea abordado conjuntamente", comentó.
"De otro modo, la capacidad del país de cumplir (...)
con sus obligaciones externas estará en contraste siempre creciente con
la supervivencia del pueblo griego", agregó.
El viernes por la noche, los legisladores griegos
aprobaron un decreto para forzar a entidades estatales a prestar dinero
al Gobierno central, pese a las protestas de municipalidades y
sindicatos.
Las manifestaciones se sumaron a la presión sobre
Tsipras, cuya decisión de resistirse a los prestamistas se ha vuelto
cada vez más impopular.
Según un sondeo de Kappa Research publicado el sábado
en el diario To Vima, un 72 por ciento de los que respondieron dijeron
que el país debe alcanzar un acuerdo con sus acreedores, frente a un 23
por ciento que está a favor de un choque.
Las tensiones con los prestamistas y el lento avance
han dado pie a especulaciones de que el Gobierno podría verse forzado a
convocar elecciones anticipadas o a un referendo si Grecia no logra
llegar a acuerdo con sus acreedores.
Sin embargo, el Gobierno griego ha descartado esa opción por ahora.
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