WASHINGTON.- El Banco Mundial (BM) volvió a reducir este lunes sus previsiones de crecimiento para China y el sureste asiático en 2015, en un contexto de ralentización económica del gigante asiático.
Tras un crecimiento del 7,4% en 2014, la
economía de China -la segunda del planeta, después de la de Estados
Unidos- debe crecer un 7,1% este año, según el BM, que en sus anteriores
previsiones de octubre apostaba por un aumento del PIB chino del 7,2%.
Los
países en desarrollo del sureste asiático tendrán un crecimiento de su
Producto Interior Bruto (PIB) del 6,7%, contra el 7,1% estimado en las
previsiones de abril de 2014 y del 6,9% en octubre, añade el Banco
Mundial en un informe actualizado.
"Pese a una ligera reducción de
su crecimiento, el sureste de Asia representará todavía una tercera
parte del crecimiento mundial, equivalente al doble de la contribución
total de todas las demás regiones en desarrollo", destacó Axel van
Trotsenburg, vicepresidente en el Banco Mundial para la región Asia del
este y Pacífico.
Según un grupo
de analistas consultados este lunes, el crecimiento de la
economía china se ha ralentizado con fuerza en el primer trimestre del
año y podría ser incluso menor al 7% en ese período e incluso en todo
2015.
En un contexto de declive de los intercambios comerciales,
átono consumo interno y "enfriamiento" del sector inmobiliario, el
crecimiento del PIB de China entre enero y marzo de 2015 sería del 6,9%
en términos anuales, según la previsión media de este conjunto de 15
expertos.
El crecimiento del PIB en este primer trimestre, que
será revelado el miércoles, quedará pues por debajo del +7,3% registrado
en el trimestre precedente. El crecimiento de China en todo 2014
(+7,4%) representa la cifra más baja desde hace un cuarto de siglo. En
los últimos años, el PIB chino avanzaba anualmente casi a ritmo de dos
dígitos.
Para el conjunto de 2015, el grupo de analistas
interrogado espera un crecimiento del 6,8%. Hace dos meses,
los mismos expertos auguraban un crecimiento del PIB del 7% para este
año.
Las exportaciones de China cayeron con fuerza en marzo, con
un retroceso de casi el 15% en un año, acompañadas también por un
descenso de sus importaciones, reflejo en parte del átono consumo
interno. También hay un freno evidente en el sector inmobiliario,
después de años de hiperactividad: los precios de las viviendas nuevas
volvieron a caer en febrero y marzo, tras una modesta subida en enero.
Pese
a que el país podría registrar este año su crecimiento más bajo en
varios años, el gobierno de Pekín lo justifica por el giro que está
dando a la economía para "reequilibrarla" y "mejorar la gama" de sus
exportaciones.
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