SANTIAGO.- América Latina
registrará en 2015 un crecimiento de sólo el 0,9% debido al
debilitamiento de los mercados mundiales de materias primas, calculó hoy
el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esa previsión supone una corrección a la baja de más de 1,25 puntos porcentuales con respecto de la hecha en octubre del 2014.
El organismo presentó en Santiago su informe "Perspectivas Económicas
para las Américas", donde se delinea una clara diferencia entre el
comportamiento de los países del norte y del sur del continente.
Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental
del FMI, señaló que el leve repunte en el crecimiento mundial en el
2015 en comparación con el año pasado, estará impulsado por una
recuperación de las economías avanzadas.
"Se proyecta un crecimiento del 3,0 % en Estados Unidos en el
presente año, con un robusto consumo privado respaldado por el aumento
de los ingresos reales", señaló.
En los mercado emergentes, en cambio, se prevé que el crecimiento se
desacelere este año, como reflejo de las fuertes revisiones a la baja de
la expansión de los países exportadores de petróleo y en parte por el
proceso de desaceleración gradual de China.
"Las revisiones a la baja se concentran en América del Sur, donde el
debilitamiento de los mercados mundiales de materias primas está
afectando a la inversión empresarial y a la actividad económica en
general", dijo Werner.
"Los factores específicos de cada país, como la debilidad de la
confianza del sector privado en Brasil o la persistente crisis económica
que se está desarrollando en Venezuela, ensombrecen aún más la
perspectivas", agregó.
Debido a ello, el organismo espera contracciones del producto en tres
de las economías más grandes de América del Sur: Argentina (-0,3 %),
Brasil (-1,0 %) y Venezuela (-7,0 %).
Por el contrario, se proyecta un repunte del crecimiento para Chile (2,7 %) y Perú (3,8 %).
Para América Central, México y la región del Caribe las expectativas
son más favorables, ya que se verían favorecidas por su cercanía con
Estados Unidos y la recuperación de su crecimiento; así como la caída
del coste total de las importaciones de petróleo.
En su revisión más detallada por países, el FMI señala que Brasil
está atravesando la peor desaceleración económica desde principios de
1990.
"Los problemas de competitividad de larga data se ven agravados por
la debilidad de los términos de intercambio y la alta incertidumbre
relacionada en otros aspectos con la investigación de Petrobras y el
impacto de la sequía prolongada sobre la producción de energía
eléctrica", dijo Werner.
Según el FMI la decisión de las autoridades de ajustar políticas
macroeconómicas es fundamental para contener el aumento de la deuda
pública y reconstruir la confianza en el marco de la política
macroeconómica.
En el caso de Venezuela, exportador neto de petróleo, se prevé que
sea el país más afectado con una fuerte contracción de su producto.
"Los desequilibrios macroeconómicos y las distorsiones de la política
han tornado la situación aún más difícil que cuando el petróleo rondaba
los cien dólares", señaló Werner.
En Argentina, en tanto, se estima que las presiones cambiarias se han
atenuado ligeramente, pero las perspectivas siguen siendo difíciles
debido a los persistentes desequilibrios macroeconómicos, los adversos
términos de intercambio y la debilidad de Brasil.
Para México se proyecta un crecimiento de 3,0 %, respaldado por la
demanda externa proveniente de Estados Unidos, aunque el consumo interno
aún no ha repuntado.
Pese al panorama poco alentador para buena parte de los países de la
región, el FMI sostiene que la clave para recuperar un crecimiento
sólido a mediano plazo radica en la aplicación de reformas estructurales
para elevar la inversión, la productividad y el producto potencial.
"Las prioridades son bien conocidas y ahora es necesario aplicar
medidas para hacer frente a problemas de larga data en materia de
educación, infraestructura, gobernanza y clima de negocios", sostiene el
organismo.
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