MADRID.- La recuperación de la confianza de los consumidores
españoles apuntala la revisión al alza -del 2 al 2,9 por ciento- en los
pronósticos oficiales de crecimiento de la economía para este año.
Las cifras también están alimentando las esperanzas del
gobierno de centroderecha, que cree que el crecimiento puede ayudarle a
ganar las elecciones generales de finales de este año - a pesar de que
las encuestas muestran un fuerte retroceso de la formación - y continuar
por otros cinco años.
Sin embargo, esta historia de recuperación puede ser
puesta a prueba mucho antes, dejando descansar sobre la industria y las
exportaciones el peso del crecimiento.
Algunos economistas predicen que el repunte del consumo
puede ceder en un año, ante la dificultad de reducir sustancialmente en
el medio plazo una tasa de paro que afecta a uno de cada cuatro entre
la población activa.
Además, el presupuesto de las familias sigue muy
constreñido como muestra el hecho de que para la mayoría de los hogares
sondeados en las encuestas su situación no ha mejorado en los últimos
seis meses.
"El repunte ha sido en gran parte a costa del ahorro",
dijo Ángel Laborda, economista de Funcas, que espera que el crecimiento
en el consumo de los hogares se desacelere en 2016, en línea con 13 de
las 17 consultorías encuestadas sobre el asunto.
En el corto plazo, el consumo privado podría alcanzar
el 2,7 por ciento de crecimiento en 2015, una de las tasas más altas de
Europa, después de alcanzar un máximo de seis años en 2014, según las
previsiones de la Comisión Europea.
Muchas empresas ya están viendo el impacto: las ventas
de coches nuevos crecieron un 40 por ciento en marzo, el gasto en
hoteles superó la pasada Semana Santa en un 56 por ciento el de hace un
año y la venta de artículos para el hogar como electrodomésticos ha
crecido un 3,1 por ciento en lo que va de año.
Incluso la recogida de residuos, que muestra que la
gente está reemplazando artículos voluminosos como televisores o
muebles, está creciendo, explican fuentes del sector.
Pero mantener el repunte del consumo depende de que
repunte también el flujo de crédito, que se desplomó cuando el auge
económico del país alimentado por la deuda se detuvo en 2008, pero que
ahora está impulsando el propio Banco Central Europeo con su política de
amplia liquidez.
La patronal de financiadores de créditos de consumo
Asnef dijo recientemente que los préstamos aumentaron en 2014 por
segundo año consecutivo a una tasa del 8,25 por ciento.
Pero los factores clave que han venido impulsando el
gasto, como la inflación negativa o un euro más débil, probablemente
acabarán desvaneciéndose.
Los recientes recortes salariales, una herramienta muy
popular en los últimos años entre los empresarios para ahorrar costes,
podrían actuar también como freno así como la resistencia de algunas
familias españolas- entre las más endeudadas de Europa - a asumir más
crédito.
En el corto plazo, el aumento del turismo y las
exportaciones deberían contribuir a cubrir la brecha desde el punto de
vista macroeconómico.
Sin embargo, todavía está por desvelarse un modelo de
crecimiento a largo plazo mientras el entorno empresarial está todavía
lejos de la bonanza de otras épocas.
"Venimos de años muy malos, y ahora en los primeros
meses hemos visto cierta mejoría, estamos recibiendo más llamadas...
(Pero) las ventas ni siquiera han llegado todavía a los niveles de
2011", dijo una fuente.
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