LONDRES.- El líder de los laboristas
británicos, Ed Miliband, declaró este lunes en Manchester que está
"preparado" para ser el próximo primer ministro, en un discurso centrado
en la economía, considerada como el punto débil de su partido, a pocas
semanas de las elecciones legislativas del 7 de mayo.
Mientras el
gobernante Partido Conservador predice "un regreso al caos económico"
si vence la izquierda, Miliband prometió que su formación "reducirá el
déficit (público) cada año", presentando un proyecto que, según él, será
"responsable" y más generoso con los humildes.
"Estoy preparado.
Preparado para acabar con la vieja y manida cantinela que dice que,
mientras se ayude a los ricos y a los poderosos, todo irá bien",
declaró, a 24 días de unos comicios que serán muy reñidos, según los
sondeos.
"El programa que presentamos no es menos ambicioso
porque vivamos en tiempos de penuria. Es más ambicioso porque procede de
un compromiso claro para equilibrar el presupuesto", explicó Miliband,
que prometió que ninguna de las medidas que defiende "se financiará con
préstamos adicionales".
El manifiesto muestra que "el Partido
Laborista no es solo el partido del cambio, sino también un partido
responsable", aseguró, a pesar de que sus opositores no dejan de
acusarle de querer "pedir más dinero prestado para gastar más".
El
actual viceprimer ministro y líder de los demoliberales, Nick Clegg,
criticó que no hubiera ninguna fecha concreta para acabar con el déficit
público en el programa laborista.
Los conservadores, que llevan
cinco años gobernando en una coalición con los demoliberales, tampoco
pierden ocasión para atribuirle el déficit que heredaron en 2010 a los
gobiernos laboristas de Tony Blair y Gordon Brown, entre 1997 y 2010.
El
partido del primer ministro, David Cameron, presentará el martes su
propio programa, con la promesa de poner fin al déficit público -que las
previsiones sitúan en el 4% del PIB en el ejercicio 2015/2016- de aquí
al año fiscal 2017-2018.
Los
laboristas aseguran que tendrán que reducir el gasto público en todos
los sectores excepto la educación y la salud, para conseguir su
objetivo.
Si regresan al poder tras cinco años, prevén limitar
los subsidios familiares, reducir el sueldo de los ministros en un 5% y
suprimir para los jubilados más acomodados la ayuda al pago de las
facturas energéticas en invierno.
El partido de Miliband
prometió, además, aportar cada año 2.500 millones de libras -unos 3.663
millones de dólares- adicionales para el sistema público de salud (NHS,
por sus siglas en inglés), que se financiarán con diversas subidas de
impuestos, incluida una tasa sobre las casas más lujosas y un impuesto
para la industria tabacalera.
Los conservadores se
comprometieron, por su parte, a invertir cada año al menos 8.000
millones de libras adicionales en el NHS hasta 2020, tres veces más que
sus rivales. Una promesa que el Partido Laborista calificó de
"fantasiosa".
Los laboristas también repitieron varias promesas
electorales, como una reglamentación estricta para los contratos de
"cero horas" (que no especifican ninguna duración ni remuneración para
el trabajador) y una subida del salario mínimo hasta las ocho libras por
hora (frente a las 6,40 actuales).
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