sábado, 11 de abril de 2015

Kiev quiere extender a 2016 el acuerdo con Rusia con un precio reducido del gas

BRUSELAS.- El embajador de Ucrania ante la Unión Europea (UE), Kostiantin Yelisieiev, dijo que su país está dispuesto a prolongar hasta 2016 el acuerdo sobre el precio reducido del gas que su país cerró el año pasado con Rusia, en vigor hasta julio próximo.

"Estaríamos listos para aceptar, casi copiar y pegar, el acuerdo del año pasado", declaró Yelisieiev, días antes de una reunión que iban a celebrar Rusia, Ucrania y la Comisión Europea (CE) el próximo martes en Berlín, pero que ha sido hoy pospuesta para proseguir con los trabajos técnicos.
Se espera que en 2016 se pronuncie el Tribunal de Arbitraje de Estocolmo, al que acudieron la energética ucraniana Naftogaz y el gigante gasístico ruso Gazprom para resolver su disputa.
Rusia suministraba a Ucrania gas a un precio preferencial durante el mandado del presidente Víktor Yakukóvich, destituido en febrero de 2014 después de varios meses de protestas pro-UE, tras lo que Gazprom subió la tarifa a 485 dólares por cada mil metros cúbicos.
Según el embajador, "Rusia ha querido usar el gas como herramienta política para influir y desestabilizar la situación financiera y económica de Ucrania", pero ahora "ha decidido conceder un descuento porque saben que cobrar 500 dólares por el gas no es un precio de mercado y Ucrania simplemente no puede pagarlo".
La semana pasada, Naftogaz y Gazprom firmaron una prórroga hasta finales de junio del "acuerdo de invierno" (de octubre de 2014 a marzo de este año), con un descuento de 100 dólares que redujo a 248 dólares por cada mil metros cúbicos el precio que paga Ucrania por el gas ruso.
"Creemos que es un precio absolutamente justo y un paso lógico y pragmático" por parte de Rusia, que "ha acordado dar un descuento precisamente porque tenemos la alternativa de comprar gas de los Estados miembros (de la UE), así que han decidido ser prácticos", agregó.
Yelisieiev recordó que Ucrania ha conseguido en el último año "reducir drásticamente el uso de gas ruso" y que, desde marzo pasado, está comprando el 60 % del gas a Estados miembros de la UE, en concreto Eslovaquia, Polonia y Hungría.
"El año pasado, también alcanzamos un acuerdo con Noruega", continuó el embajador, para quien la existencia de esta alternativa de suministro para Ucrania ha sido precisamente el desencadenante de las concesiones que ha hecho Moscú en la negociación.
Según dijo, la tarifa de 248 dólares es similar a la que le piden a Ucrania los socios comunitarios y "bastante aceptable".
Yelisieiev cree que se ha llegado a un punto de inflexión en el que Rusia "ya no tiene el monopolio del suministro de gas a Ucrania como pasaba hace tres años", lo que es "muy bueno para Ucrania y para la seguridad energética del continente europeo en su conjunto".
De cara a la próxima reunión negociadora, el embajador sostuvo que el acuerdo actualmente en vigor es "mutuamente beneficioso", pero apuntó que hay que discutir "aspectos como el precio por el tránsito de gas" ruso hacia la UE, que Ucrania quiere elevar porque considera que no llega a estar en línea con el precio de mercado.
"Necesitamos este acuerdo porque nos gustaría ser un país de tránsito en el que puedan confiar los consumidores europeos, porque nos gustaría garantizar la seguridad del suministro hacia Ucrania y la UE", sostuvo, al tiempo que explicó que su país quiere completar en los próximos meses sus almacenes de gas.
Las reservas ucranianas de gas se sitúan en estos momentos en un nivel de 7.000 millones de metros cúbicos, dijo el diplomático, quien explicó que, para poder asegurar el suministro en Ucrania y el tránsito de gas hacia la UE el próximo invierno, el país necesitará llegar a los 19.000 millones de metros cúbicos.
En las negociaciones en Berlín, según el responsable ucraniano, Rusia querrá mantener el contrato que ambas partes firmaron en 2009, que incluye -dijo- cláusulas que perjudican a Ucrania, como la obligación de comprar una cantidad mínima de gas al mes o la prohibición de exportar a otros países el gas ruso que compran.
Según Yelisieiev, es un contrato "terrible" que supone "una gran carga para Ucrania".

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