ATENAS.- El proyecto de ley
griego para impedir las ejecuciones hipotecarias en las principales
residencias va más allá de la simple protección de los deudores con
bajos ingresos y podría fomentar impagos intencionados, dijo el sábado
el Banco Central Europeo (BCE) en un dictamen jurídico, lo que podría
convertirse en un serio revés para el plan.
El ministerio de Economía griego había pedido la
opinión del BCE sobre el proyecto de ley, que busca proteger a los
ciudadanos endeudados griegos para que no pierdan sus hogares y cumple
una promesa del partido gubernamental Syriza gobernante para hacer
frente a la crisis humanitaria del país tras varios años de sacrificios.
El proyecto de ley ofrece protección a los hogares
principales con un valor máximo de hasta 300.000 euros y requiere que
los dueños hipotecados no tengan un ingreso anual de más de 50.000
euros.
También establece que los residentes endeudados no
tengan un patrimonio superior a los 500.000 euros, con un límite máximo
de 30.000 euros en depósitos bancarios y otros activos líquidos.
Las nuevas condiciones son más generosas que las
estipuladas por la ley de ejecución hipotecaria anterior, que expiró el
año pasado y que protegía a viviendas valoradas en hasta 200.000 euros y
fijaba el tope para los ingresos anuales de los dueños hipotecados en
35.000 euros con un patrimonio total de hasta 270.000 euros.
"El proyecto de ley establece unos criterios de
elegibilidad significativamente más amplios en términos del valor de la
propiedad protegida, del ingreso familiar anual, del valor de los bienes
muebles e inmuebles y de los depósitos", dijo el BCE.
El banco central añadió que una interpretación muy
amplia de subastas forzosas no era una solución sostenible para abordar
el alto nivel de morosidad de la banca griega.
"Es probable que las prohibiciones establecidas en el
proyecto de ley incentivarán a deudores sin necesidad real de protección
a incumplir sus obligaciones o reducirlas significativamente, incluso
si dispone de los recursos para satisfacerlas en su totalidad".
El BCE supervisa a los bancos de la eurozona, incluyendo a las entidades griegas.
El volumen de préstamos morosos de los bancos griegos
representaba al cierre del tercer trimestre de 2014 el 34,2 por ciento
de su cartera de créditos.
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