ATENAS.- Grecia divulgó hoy un decreto legislativo que ordena al sector
público trasferir sus reservas de fondos al Banco Central, para encarar
las dificultades financieras del Estado y pagar a sus acreedores.
Según se informó, con este decreto, que debe ser validada por el
Parlamento, el ejecutivo busca cubrir las necesidades urgentes del
Estado, que ascienden a tres mil millones de euros para los próximos 15
días.
De acuerdo con el texto, esas necesidades son 1.100 millones de euros de salarios, 850 millones para la seguridad social, 200 millones en intereses de los préstamos y, el 12 de mayo, 746 millones para devolver al Fondo Monetario Internacional (FMI).
La medida excluye a los fondos de pensión y a algunas firmas estatales, así como las reservas de efectivo que requieren estas entidades de cara a sus necesidades de pago inmediatas.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha reiterado el interés de alcanzar un acuerdo con la Troika (FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea), para que destrabe los fondos que necesita Atenas, a fin de pagar su deuda pública, sin afectar salarios y pensiones de la población.
Los acreedores reclaman a Atenas modificaciones en las leyes laborales y de pensiones, entre otras reformas, que el ejecutivo griego declara que no está dispuesto a aceptar, pues esas peticiones son contrarias a su mandato electoral.
Tsipras defiende una solución justa en las conversaciones con los prestamistas y su decisión de no aceptar más políticas de austeridad como exige la Troika, la que según no pocos analistas busca una sumisión y rendición de Grecia.
De acuerdo con el texto, esas necesidades son 1.100 millones de euros de salarios, 850 millones para la seguridad social, 200 millones en intereses de los préstamos y, el 12 de mayo, 746 millones para devolver al Fondo Monetario Internacional (FMI).
La medida excluye a los fondos de pensión y a algunas firmas estatales, así como las reservas de efectivo que requieren estas entidades de cara a sus necesidades de pago inmediatas.
El primer ministro griego, Alexis Tsipras, ha reiterado el interés de alcanzar un acuerdo con la Troika (FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea), para que destrabe los fondos que necesita Atenas, a fin de pagar su deuda pública, sin afectar salarios y pensiones de la población.
Los acreedores reclaman a Atenas modificaciones en las leyes laborales y de pensiones, entre otras reformas, que el ejecutivo griego declara que no está dispuesto a aceptar, pues esas peticiones son contrarias a su mandato electoral.
Tsipras defiende una solución justa en las conversaciones con los prestamistas y su decisión de no aceptar más políticas de austeridad como exige la Troika, la que según no pocos analistas busca una sumisión y rendición de Grecia.
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