lunes, 20 de abril de 2015

Panamá se consolida como cuarto centro logístico mundial

PANAMÁ.- La ampliación acelerada de puertos y otras infraestructuras aledañas al Canal de Panamá, aspira hoy a posicionar al enclave como cuarto centro de logística para el comercio mundial.

La privilegiada posición geográfica y la centenaria vía interoceánica, actualmente en expansión, ubican las posibilidades de la nación istmeña a los niveles de los puertos de Singapur, Rotterdam, en Holanda, y Shanghai, en China, refiere el gubernamental Centro de Innovación e Investigación Logística de Georgia Tech Panamá.

Los puertos del país aprovechan la oportunidad al adecuar sus instalaciones y equipos para una nueva era en la historia del Canal, que con el paso en 2016 de buques de mayor capacidad promete cambios estructurales al comercio marítimo internacional.

PSA Terminals (Port of Singapore Authority), el primer operador portuario internacional, amplía su rada en la entrada oeste del Istmo en el Pacífico, y se propone elevar la capacidad de trasiego a más de dos millones de TEUS (equivalente a contenedores de 20 pies), aseveró una fuente de la empresa.

Muy cerca en la ribera este, en el área de Corozal, la Autoridad del Canal de Panamá también proyecta la concesión para construir una terminal de contenedores, lo que unido a las posibilidades del coloso puerto Balboa, elevarían la oferta a 12 millones de TEUS solo en el Pacífico.

En el otro extremo de la vía acuática, está en expansión la moderna Manzanillo International Terminal (MIT), que hoy mueve más de dos millones de contenedores por año, y recibe a los Post Panamax, mientras trabaja en la automatización de sus operaciones y el manejo a distancia de las grúas pórtico.

Otro tanto sucede con depósitos de combustible para trasiego de cargas y habilitación de embarcaciones, vías de acceso terrestre y otras facilidades para el comercio internacional.

En pocas palabras, el Canal se convertirá en el eje del desarrollo logístico de Panamá, por donde anualmente transitan un promedio de 14.000 barcos que cubren 144 rutas marítimas, entre ocho decenas de países, cifra que deberá incrementarse tras la apertura de las nuevas estructuras.

El concepto de centro concentrador y redistribuidor de cargas, incluye igualmente al aeropuerto internacional de Tocumen, en la capital, y la creciente flota de la aerolínea bandera COPA.

El economista Rubiel Cajar reflexionó sobre la estrategia impuesta por los cuatros grupos locales de poder, emergidos tras la invasión estadounidense de 1989, y que hoy dominan la economía, la política y los principales medios de comunicación del país.

"En los últimos años, las estructuras gubernamentales han impuesto leyes, acciones, inversiones e infraestructuras que lleven a Panamá a crear espacios económicos para que las grandes empresas privadas transnacionales, sobre todo de Asia y Europa, entren al país y lo utilicen de plataforma de negocios hacia Estados Unidos y Suramérica", dijo.

Pese al florecimiento que exhibe la nación en los últimos 14 años -la economía creció de 13.000 millones de dólares en 2000 a 45.000 millones en 2014- hay una pregunta que se hacen la mayoría de los panameños: ¿adónde van las riquezas?

Una parte importante, comenta Cajar, va a la renta neta de la inversión de las empresas trasnacionales que la repatrían, pues no existe limitación para transferir dinero procedente de una actividad económica, hay libre movilidad de capitales y los inversionistas no están obligados a reinvertir las utilidades como sucede en otras naciones.

Pero todo este modelo trajo consigo efectos perversos, y uno de ellos fue la valorización de las tierras cercanas al Canal de Panamá, lo cual provocó la expulsión forzosa de muchas personas de sus casas, refiere el académico.

La Asociación de vecinos de la Ciudad Jardín de Diablo Heights, ubicada en la zona de la vía marítima, mantienen actualmente una protesta por el desarrollo del puerto intermodal en Corozal, lo que eliminaría 69 hectáreas de humedales y rompería con la estabilidad medioambiental.

Otros residentes corrieron peor suerte, pues fueron obligados a salir de sus viviendas en la llamada zona revertida (anteriormente bases militares estadounidenses) para desarrollos, o quedaron atrapados por los mismos en un cerco de trasiegos y contaminación.

El sueño del general Omar Torrijos de generar riquezas para todos, a través del control del Canal, y lograr un crecimiento con equidad e igualdad fue truncado con la invasión, la cual facilitó que los viejos poderes oligárquicos junto a los nuevos grupos económicos emergentes, tomaran el control absoluto, explicó Cajar.

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