LONDRES.- Los precios del petróleo seguirán
bajos durante años, manteniendo a raya la inflación y ayudando a
impulsar el crecimiento global, según los mercados de derivados. El valor del crudo se redujo en más de la mitad en el
último año, debido a un exceso de suministro, y muchas compañías, sobre
todo en Estados Unidos, aseguraron que pronto tendrán que controlar su
producción, recortando el bombeo, a no ser que el mercado se recupere.
Esto hizo que muchos analistas vaticinen que el precio
del petróleo -que representa cerca del 5 por ciento de los costes de las
compañías de media- suba a fines de este año o en 2016, presionando al
alza la inflación.
Pero los derivados del crudo dicen otra cosa.
Los contratos para entrega futura en los grandes
mercados de materias primeras, como el New York Mercantile Exchange y el
InterContinental Exchange muestran que el precio para el petróleo en
cinco años se hundió en los últimos meses.
El crudo en Estados Unidos CLc1 cuesta ahora alrededor
de 42 dólares por barril para su entrega el próximo mes, y apenas 20
dólares más para 2020.
Los precios del petróleo para entrega futura suelen ser
más estables que la volatilidad a corto plazo, manteniendo su valor
incluso aunque colapse el mercado al contado. Pero el reciente
hundimiento del precio del crudo parece diferente.
Los precios para todos los meses futuros en los
próximos años, conocidos también como la "curva" de precios futuros, han
bajado de forma acusada.
"La curva está diciendo que los precios seguirán bajos durante un tiempo", afirmó Amrita Sen, de la consultora Energy Aspects.
Los precios futuros no son estimaciones, sobre todo porque la liquidez tiende a ser baja para los contratos a largo plazo.
Pero son buenos indicadores de la confianza, porque son
un mercado en el que los especuladores apuestan por precios futuros, y
también permite que los grandes productores y los consumidores cubran
negocios futuros.
Los analistas dicen que la curva indica que el actual
colapso de los precios será sostenido, porque está generado por un
enorme exceso de suministro que persistirá probablemente.
Los precios del crudo se hundieron durante el último
año por el aumento de producción de Arabia Saudí y otros miembros de
la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), para intentar
mantener su cuota de mercado de competidores como el esquisto de
Estados Unidos.
La referencia global del crudo, el Brent del Mar del
Norte, cayó a casi 45 dólares en enero frente a los más de 115 dólares
seis meses antes. Los precios subieron entonces, pero volvieron a
descender hasta mínimos no vistos desde la crisis financiera y la larga
recesión que empezó en 2008/2009.
La producción de petróleo en Estados Unidos subió en
más de 4 millones de barriles por día (bpd) en los cinco últimos años,
gracias a las nuevas técnicas de extracción del esquisto, como la
"fracturación", afectando a las ventas de la OPEP.
La producción petrolera mundial está ahora unos 3
millones de bpd por encima de la demanda, llenando los tanques de
almacenamiento desde Houston a Huangdao.
Asimismo, ante la caída de los precios, muchos
productores cubrieron su bombeo futuro usando derivados, vendiendo
contratos futuros de petróleo que será extraído en 2016, 2017 o más
tarde.
Esto ayudó a recortar los precios futuros mientras caen los precios al contado, arrastrando a la baja toda la curva.
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