ATENAS.- Los líderes de la oposición griega
se tomaban con calma el domingo su la búsqueda de una nueva coalición,
haciendo caso omiso a los llamamientos dentro y fuera del país a un
movimiento rápido hacia unas elecciones de modo que la nación pueda
gestionar su crisis económica humanitaria.
No había previstas reuniones cara a cara para la
jornada, aunque el líder conservador, Evangelos Meimarakis, planeaba
llamar al líder del partido comunista KKE - un previsible ejercicio de
futilidad incluso si se producía la llamada.
El lento avance en las negociaciones para una nueva
coalición desde que el primer ministro Alexis Tsipras dimitiese el
jueves - tras sólo siete meses en el cargo - ha llevado a llamamientos
desde los medios a que un líder provisional implemente más austeridad y
políticas de reformas que son esenciales para asegurar que Grecia siga
recibiendo un dinero vital dentro de su nuevo rescate.
Sin utilizar nombres, Tsipras denunció la táctica de
Meimarakis y del izquierdista radical Panagiotis Lafazanis - el hombre
que encabezó una rebelión parlamentaria contra el partido de Tsipras por
el rescate de 86.000 millones de euros.
"No se molesten con trucos para retrasar las
elecciones. No irán a ninguna parte y la gente lo sabe", dijo el sábado
Tsipras a miembros del Gobierno y su partido, Syriza.
Tsipras sigue siendo favorito para formar Gobierno,
pero sea quien sea el que lidere Grecia, se enfrentará a los mismos
problemas. El país evitó por poco el derrumbe financiero y su posible
salida de la zona euro cuando Tsipras capituló ante las demandas de la
zona euro y el FMI para asegurarse un acuerdo de rescate.
Aunque el dinero ha comenzado a llegar, podría
detenerse si los acreedores creen que Atenas no se atiene a sus promesas
en una revisión del programa en octubre. Eso hundiría los planes de
rescate para los bancos griegos, sumidos en la crisis.
Además de por la crisis económica, Grecia necesita un
Gobierno estable por las dificultades que genera la llegada de miles de
inmigrantes, muchos de ellos refugiados de la guerra civil siria.
Llegan a las islas de Grecia en pequeños botes,
abriéndose paso hasta el interior y luego hacia territorio de Macedonia,
en cuya frontera se agolpan miles de ellos en un estado caótico a la
espera de dirigirse a un futuro más próspero en el norte de Europa.
Según la Constitución de Grecia, los tres mayores
partidos tienen tres días cada uno para tratar de formar un nuevo
Gobierno si un Ejecutivo dimite después de menos de un año.
Si fracasan estos intentos - algo casi seguro - el
presidente, Prokopis Pavlopoulos, puede nombrar un primer ministro
provisional y convocar elecciones.
Algunos creen que Grecia no puede esperar a actuar
hasta después de las elecciones, que Tsipras quiere que se celebren
antes de finales de septiembre.
"El país necesita un primer ministro provisional con
experiencia", dijo el diario Kathimerini. "Implementar el acuerdo
alcanzado con los acreedores, recapitalizar los bancos y la crisis
migratoria son asuntos candentes que no pueden esperan ni siquiera un
mes", añadió.
Incluso Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo
que a menudo se oponía a Atenas en las negociaciones del rescate, tiene
una causa común con Tsipras por las elecciones. "Espero que sean lo más
rápido posible para que se pierda el menor tiempo posible", dijo a
periodistas.
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