SANTIAGO DE CHLE.- Después de un
exitoso aterrizaje en México, Colombia y Brasil, la compañía Uber, que
pone en contacto a chóferes y usuarios de transporte con una aplicación
móvil, quiere seguir su expansión en América Latina con la conquista del
mercado chileno.
La empresa estadounidense ofrece sus servicios en Santiago desde hace
un año y medio y ha incrementado considerablemente el número de
usuarios y de socios conductores.
"Los usuarios han aumentado un 350 % en el último año, los socios
conductores un 600 % y hemos recorrido tres millones de kilómetros",
explica María Argüello, gerente de Expansión de Uber en Chile.
Como en la mayoría de las ciudades donde opera, Uber cuenta en la
capital chilena con la oposición del gremio de taxistas y no tiene el
beneplácito de las autoridades, pero proyecta seguir creciendo y se
presenta como un complemento a las opciones de movilidad urbana
existentes.
Soledad Lago, gerente de Comunicaciones para el Cono Sur, señala que la experiencia de Uber en más de 300 ciudades de 59 países
demuestra que la aplicación desincentiva el uso del automóvil
particular.
"Eso en una ciudad como Santiago tiene un impacto en la congestión
vehicular y los niveles de contaminación", señala Lago, quien agrega que
en Chile la firma proyecta quintuplicar hasta final de año su actual
volumen de negocio.
Fundada en 2009 en San Francisco (EEUU), Uber se ha extendido por
todo el mundo, con una buena acogida también en América Latina, donde
opera en ciudades de Colombia, México, Brasil, Chile, Perú y Panamá.
La aplicación para teléfonos móviles permite a los usuarios contactar
con chóferes registrados en Uber. Las tarifas dependen de la distancia
recorrida y el tiempo, como en los taxis tradicionales, y cuando
finaliza el trayecto, el costo se carga a la tarjeta de crédito del
usuario.
Para la gerente de Comunicaciones de Uber, las principales ventajas
son la comodidad de pago y la seguridad de los usuarios, que tienen
información del conductor y saben cómo lo han evaluado otros pasajeros.
Los requisitos para ser chófer es uno de los puntos más
controvertidos. Para el servicio más económico, se necesita la licencia
de conducir y un vehículo de cuatro puertas en buen estado y con los
papeles en regla.
También se exige al conductor un certificado de antecedentes penales y evaluaciones psicológicas y médicas presenciales.
Uber se ha convertido en una lucrativa opción para conductores
profesionales que manejan horarios flexibles o como segundo empleo para
quienes desean mejorar sus ingresos.
Leonel Gómez es socio conductor casi desde que Uber llegó a Chile.
Trabajó muchos años en una empresa de seguridad y transporte de
políticos y diplomáticos, pero decidió dar un vuelco profesional para
dedicarle más tiempo a la familia.
"Ahora sólo le presto servicios a Uber. Yo elijo mi horario, pero soy
constante porque tengo dos hijos, uno en la universidad, y éste es mi
trabajo", cuenta.
Leonel ha visto crecer el perfil de los usuarios de Uber. Si al
principio el 90 % eran jóvenes profesionales, ahora hay usuarios de
diferentes edades, en su mayoría de clase media y alta.
La irrupción de Uber ha puesto en pie de guerra a los taxistas y a
las autoridades en los países donde se ha establecido, y Chile no es la
excepción.
Luis Pérez, presidente de la Confederación Nacional de Taxis de
Chile, pide a las autoridades mano dura con Uber, cuyo servicio
considera "indignante", y no descarta organizar actos de protesta contra
la empresa, como ha ocurrido en otros países.
El Gobierno chileno cree que Uber ofrece un servicio "informal"
porque los vehículos no están inscritos en el Registro Nacional de
Transporte Público, según explica el subsecretario de Transportes,
Cristián Bowen.
En su opinión, los usuarios de Uber "ponen en riesgo su integridad" y
no tienen certeza de que el conductor sea un profesional. Por ello, las
autoridades han reforzado la fiscalización de los servicios 'pirata' de
transporte que operan en Santiago.
Según Paula Flores, jefa de fiscalización de la Subsecretaría de
Transportes, en 2014 se realizaron 19.000 controles y más de 2.200
vehículos que transportaban a pasajeros fueron retirados de circulación,
aunque no se puede establecer si trabajaban con Uber o eran taxis
ilegales.
Flores explica que han aumentado las multas a los conductores
que llevan a pasajeros sin estar registrados legalmente, aunque la
normativa no permite sancionar a empresas como Uber.
La compañía argumenta que ellos ofrecen una "solución tecnológica" y
aspira a provocar cambios en las normas chilenas tal como sucedió en
México, donde el Gobierno del Distrito Federal anunció recientemente que
regulará las empresas de servicio privado de pasajeros que usan
aplicaciones informáticas.
"Uber no puede estar en el mismo paquete que una empresa de
transporte tradicional", señala Soledad Lago, gerente de Comunicaciones.
"Hace falta que la regulación evolucione y se adapte a las nuevas
tecnologías que cambian el modo en que la gente vive y se traslada",
asegura.
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