PARÍS.- La comisaria europea
de Comercio, Cecilia Malmström, aseguró que "no hay nada qué esconder"
en las negociaciones del acuerdo de libre comercio e inversiones (TIPP)
con Estados Unidos, y que si no se ha hecho público el mandato es porque
la mayoría de los países se han negado.
Malmström, en una entrevista publicada hoy por "Libération", admitió
que se cometieron "errores" al inicio de la negociación porque "se dio
la impresión de que era algo secreto".
Añadió que para levantar suspicacias su predecesor en el puesto,
Karel de Guth, quiso hacer público el mandato "para tranquilizar a los
ciudadanos, pero los Estados mayoritariamente se negaron".
A su juicio, la Comisión y los países miembros tendrían que haber
explicado por qué quieren este acuerdo transatlántico, que se enmarca en
los que se negocian entre las grandes regiones del mundo, y como los
que la UE ya tiene con Corea del Sur o México, que han permitido
aumentar las exportaciones a esos países un 35 % y un 19 %,
respectivamente.
Malmström insistió en que ese tipo de acuerdos es particularmente
importante si se tiene en cuenta que "el crecimiento en los próximos
años no vendrá de Europa, sino del resto del planeta", y en que aunque
el comercio no es la única solución, sí que es una de las que permitirá
la recuperación económica y la creación de empleo.
Recordó que el mandato con el que negocia la Comisión "es un mandato
unánime" de los Estados de la UE, que en ningún momento le han pedido
que ralentice la marcha o la detenga, sino que incluso le piden que
acelere para acabar a finales de este año, algo que -advirtió- "es
imposible".
Frente al temor a que se abandonen muchas normas europeas que ofrecen
garantías alimentarias o medioambientales en los productos que salen al
mercado, la responsable de Comercio contó que en nueve sectores donde
esas reglas son similares a las de EEUU (como el automóvil, la química,
la farmacia o el textil) el objetivo no es armonizarlas, sino "reconocer
recíprocamente" las de la otra parte.
En la práctica, los coches sólo tendrán que responder a las reglas del lugar de fabricación para poder exportarse.
Sobre los productos químicos o la alimentación, aseguró que "lo que
hoy está prohibido en Europa, seguirá estando prohibido", lo que
significa por ejemplo que no se podrán importar a Europa pollos lavados
con cloro, que sí se comercializan en Estados Unidos.
Malmström reconoció "un problema" en el hecho de que la negociación
sólo implique al Gobierno federal estadounidense, pero no a los Estados
federados ni a las agencias independientes, mientras que sí será de
obligado cumplimiento para todas las administraciones de los Estados de
la UE.
También son otro obstáculo las leyes que protegen el mercado
estadounidense y permiten reservarlo para productos o servicios
nacionales.
Pero la comisaria señaló que Estados Unidos ahora "ya tiene un amplio
acceso al mercado europeo, cuando lo contrario no es cierto" y estimó
que "esta negociación" ofrece a la UE "la oportunidad de restablecer el
equilibrio".
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